Thomas Tuchel se mostró aliviado y mantuvo su filosofía habitual tras el sorteo del Mundial 2026, un evento considerado extraño, largo y lleno de momentos increíbles. Mientras los medios y la afición analizaban, predecían e incluso se preocupaban constantemente en nombre de Inglaterra sobre los posibles escenarios en la fase eliminatoria, Tuchel mantuvo la calma e insistió en que su equipo solo debía centrarse en lo que realmente estaba bajo su control.

El sorteo en Washington D. C. duró casi dos horas y generó muchas situaciones que impactaron al público y a los medios de comunicación. Se anunciaron los partidos de la fase de grupos con diversos destinos en Norteamérica: Croacia jugará en Toronto o Dallas; Ghana en Boston o Toronto; Panamá en Nueva Jersey o Filadelfia. Determinar la ubicación por sí solo basta para que los equipos calculen cuidadosamente los horarios de viaje, el clima y los horarios de los partidos.
En Inglaterra, la emoción y la ansiedad habituales se apoderaron rápidamente. Se barajaban diversos escenarios: un partido de octavos de final en el legendario Azteca contra México, sede de la Mano de Dios, o un apasionado partido de cuartos de final contra Brasil en Miami. Al preguntarle sobre estas perspectivas, Tuchel simplemente hizo una mueca, como diciendo que era demasiado pronto para pensar en ello. Todo dependía aún del rendimiento de Inglaterra en su ya difícil grupo.
De hecho, antes del sorteo, el mayor problema de Inglaterra no eran los rivales, sino el horario, el clima y la asignación de la sede, factores que podrían tener un impacto significativo en el estado físico de los jugadores. Estos detalles no se anunciaron hasta el día siguiente en una ceremonia aparte, lo que suspendió los preparativos de la FA. Tuchel incluso afirmó que la FA podría tener que reconsiderar sus planes de establecer su sede en Kansas City, ya que Inglaterra jugará la mayoría de sus partidos en la Costa Este. La FA también confirmó oficialmente dos amistosos en marzo contra Japón y Uruguay en Wembley para preparar el torneo.
En medio de un aluvión de preguntas sobre los rivales, las condiciones y la posibilidad de enfrentarse a gigantes sudamericanos, Tuchel recalcó repetidamente una cosa: evitar darle demasiadas vueltas. Repitió una frase que los jugadores ingleses conocen desde hace tiempo: simplemente haz lo que puedas, afronta cualquier reto que se te presente. "No estamos preocupados", insistió Tuchel. "No nos preocupan los rivales ni lo que pase en otros grupos. Solo nos centramos en lo que podemos influir. Esa es la energía que queremos mantener".

Al ser preguntado sobre la posibilidad de enfrentarse a México o Brasil, Tuchel admitió que le encantaría jugar en Ciudad de México, donde de adolescente vio el Mundial como algo de otra galaxia. Sin embargo, advirtió que no se deben hablar de escenarios descabellados cuando Inglaterra aún no ha disputado ningún partido de la fase de grupos. "Primero tenemos que asegurarnos de estar ahí. No podemos influir en quién nos acompañará en la siguiente ronda".
El primer rival de Inglaterra será Croacia, que los venció 2-1 en las semifinales del Mundial de 2018, pero luego cayó 1-0 ante Inglaterra en la Eurocopa 2020. Ghana, con estrellas de la Premier League como Mohammed Kudus y Antoine Semenyo, también es impredecible, mientras que Panamá perdió 6-1 en el Mundial de 2018, pero ha mejorado significativamente desde entonces. Al preguntársele si este fue un sorteo favorable, Tuchel simplemente respondió: "Es un grupo difícil y complicado, pero así es. No vamos a evitar nada".
El caos y la confusión de la ceremonia del sorteo serán recordados durante mucho tiempo, pero no por los momentos solemnes. Justo afuera del Kennedy Center, cientos de reporteros internacionales tuvieron que hacer fila durante más de dos horas bajo la nieve, pasando por múltiples controles de seguridad para entrar. Dentro, los momentos incómodos continuaron. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien se autodenomina el "hombre feliz" del Mundial, intentó repetidamente animar a la multitud con cánticos de "¡EE. UU., EE. UU., EE. UU.!".
El momento más impactante fue cuando Infantino entregó al expresidente estadounidense Donald Trump un premio de la paz de la FIFA, junto con un gran trofeo, una medalla y un certificado. Infantino dijo: "Puedes llevar esta medalla donde quieras". Trump se la colocó inmediatamente al cuello, causando revuelo entre el público. Posteriormente, Trump, junto con el primer ministro canadiense, Mark Carney, y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, fueron invitados al escenario como asistentes de dibujo, aunque solo dibujaron los nombres de sus países coanfitriones.

Ni siquiera las figuras del fútbol han escapado a la atención. El seleccionador argentino, Lionel Scaloni, apareció con el trofeo dorado, pero con guantes blancos, provocando la risa de muchos, pues parecía un árbitro de snooker custodiando cuidadosamente el tesoro.
Tras casi 90 minutos tensos, descoordinados pero dramáticos, el sorteo final quedó decidido. Y en medio del caos, Thomas Tuchel se aferró a una sola cosa: Inglaterra avanzaría con concentración, serenidad y fe en su propio control.
Según The Guardian
Fuente: https://baovanhoa.vn/the-thao/doi-tuyen-anh-roi-bang-dau-kho-hlv-tuchel-noi-gi-186121.html










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