En 2021, Google pagó a Apple unos 18 000 millones de dólares para garantizar que su motor de búsqueda siguiera siendo la opción predeterminada en los iPhone. Al mismo tiempo, Google ideaba discretamente un plan para contrarrestar las ambiciones de búsqueda de Apple.
Google ha estado explorando maneras de superar a Spotlight, el motor de búsqueda de Apple para iPhone, creando su propia versión para el iPhone y animando a más usuarios a usar el navegador Chrome de Google en lugar de Safari, según documentos internos obtenidos por The New York Times . Al mismo tiempo, Google está explorando nuevas leyes europeas para desafiar el control de Apple sobre el iPhone.
Se espera que el gigante de las búsquedas presente pronto su defensa en el juicio antimonopolio. Google ha argumentado anteriormente que su popularidad se debe a la calidad y la innovación, no a los acuerdos predeterminados. Sin embargo, los documentos revelan que la compañía reconoció la influencia de los acuerdos predeterminados al guiar a los usuarios hacia un producto e intentó cambiar la forma en que Apple eligió Safari como navegador web predeterminado para iPhones.
Además de pagar, Google tiene muchas estrategias para ayudar a mantener su dominio en el mercado de búsquedas.
A principios de 2022, Google buscaba maneras de reducir su dependencia del navegador Safari y utilizar las nuevas leyes europeas para desafiar el ecosistema de software de Apple. La Ley de Mercados Digitales (DMA) de la Unión Europea busca brindar a las empresas más pequeñas la oportunidad de competir con las grandes tecnológicas, obligando a empresas como Apple a abrir sus plataformas a la competencia.
Google vio la oportunidad de ganar cuota de mercado en las búsquedas presionando a los reguladores europeos para acceder al sistema operativo de Apple. La compañía estimó que, si los usuarios tuvieran que elegir un navegador, el número de usuarios de iPhone en Europa podría triplicarse en comparación con Chrome, lo que permitiría a Google retener una mayor parte de sus ingresos por publicidad en búsquedas.
El esfuerzo de Google por proteger su dominio en el sector de las búsquedas ha puesto de relieve la feroz competencia entre los gigantes tecnológicos y la complejidad de las alianzas industriales. El resultado del juicio antimonopolio podría tener importantes implicaciones para el futuro de la competencia en los motores de búsqueda y la relación entre las grandes empresas tecnológicas.
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