Con su forma larga y sinuosa, la cueva de hielo de Vatnajokull, escondida bajo el glaciar más grande de Islandia, recibe el apodo de "Cueva de hielo Anaconda".
Cueva de hielo de Anaconda bajo el glaciar Vatnajökull, Islandia. Foto: Arctic Adventures
Ubicada en el Parque Nacional Vatnajökull, la Cueva de Hielo Anaconda presume de una belleza impresionante con su suave hielo azul. Las cuevas glaciares tienen un color azul único debido a la presión ejercida sobre el hielo. Este proceso expulsa todo el aire del hielo, un factor que normalmente le da al hielo un color blanco en lugar de azul.
"Este es el resultado de cientos de años de copos de nieve cayendo, comprimiéndose y recristalizándose en hielo. Durante este proceso, las burbujas de aire atrapadas en el hielo son expulsadas", explica Arctic Adventures, la empresa que organiza excursiones al Parque Nacional Vatnajökull.
Cuando un bloque de hielo es demasiado denso para contener aire en su interior, la luz viaja a mayor profundidad. Cuanto más profundo viaja la luz, más se pierde el espectro rojo en el camino, lo que hace que el hielo parezca azul al ojo humano. Por eso el hielo de los glaciares de Islandia tiene un color azul tan mágico, explica Arctic Adventures.
El color azul puede volverse más vibrante en el techo de la cueva cuando la luz lo atraviesa, haciendo que el hielo parezca brillar. El hielo azul, sin burbujas, a veces se mezcla con depósitos de ceniza volcánica gris, blanca y negra, creando complejas combinaciones de colores que se arremolinan a lo largo de las paredes de la cueva.
Las cuevas de hielo de Anaconda son cuevas glaciares, distintas de las cuevas de hielo auténticas (cuevas llenas de hielo). Se forman cuando el hielo de un glaciar se derrite y el agua crea túneles lisos. Por eso, cuevas glaciares como Anaconda tienen paredes lisas tan singulares.
Los visitantes pueden realizar caminatas guiadas por el interior de la "vientre de la pitón" con la ayuda de empresas locales de expedición. Tradicionalmente, la temporada de visitas se extiende de noviembre a marzo, ya que el clima es lo suficientemente frío como para garantizar la estabilidad de las cuevas glaciares. En verano, el clima más cálido puede volver las cuevas peligrosas, ya que el hielo continúa derritiéndose, aunque algunas cuevas permanecen congeladas todo el año.
La naturaleza volátil de las cuevas glaciares de Islandia implica que cambian constantemente de forma y estructura, lo que hace que cada visita sea única. Esto también resulta emocionante para los guías que regresan más tarde en verano en busca de nuevas cuevas o túneles.
Thu Thao (según IFL Science )
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