Después de casi 7 años de infertilidad, todavía persistente en el viaje para encontrar un hijo, la Sra. Bui Thi Giang (36 años, de Ninh Binh ) ha superado muchos prejuicios y dificultades para poder ser completamente feliz con su esposo y sus 3 pequeñas princesas.
Giang y su esposo con su pequeña princesa Tran Cat Thien An - Foto: Proporcionada por el personaje
Sorprendido al saber la causa de la infertilidad
En junio de 2012, la maestra de primaria Bui Thi Giang se casó con Tran Van Thien, un marino. La felicidad parecía completa, pero la pareja seguía sin tener buenas noticias.
Debido a la naturaleza de su trabajo, el Sr. Thien solía estar fuera de casa, lo que dejaba a la Sra. Giang angustiada y sola. Tras meses de espera sin buenas noticias, la pareja emprendió su viaje para encontrar un hijo utilizando tanto la medicina oriental como la occidental.
En 2013, tras acudir al hospital para un chequeo de salud reproductiva, los resultados los impactaron a ambos. Al Sr. Thien le diagnosticaron infertilidad masculina debido a complicaciones derivadas de paperas en la infancia.
El único método que podía ayudarles a realizar su sueño de ser padres era la fecundación in vitro (FIV), una técnica muy cara en aquella época.
Con un salario de profesora contratada de tan solo 2 millones de VND al mes, la pareja no contaba con los recursos económicos suficientes para someterse de inmediato a una FIV. La Sra. Giang decidió posponer temporalmente el tratamiento, centrarse en su desarrollo económico y trabajar, mientras guardaba la esperanza de un futuro mejor.
"Hubo momentos en que oí a la gente murmurar que esta familia no podía tener hijos. Pero lo dejé todo de lado y me dije a mí misma que debía ser fuerte para seguir adelante con mi marido", confesó Giang.
En 2015, tras casi un año de ausencia del Sr. Thien, la pareja decidió intentar de nuevo tener un hijo. Pero su pequeña esperanza se vio truncada tras dos transferencias de embriones fallidas. "Cada vez que me hacía una prueba de embarazo y solo aparecía una línea, me dolía el corazón", dijo.
Fruta dulce para un viaje duradero
A pesar del fracaso, la Sra. Giang nunca se rindió. Le aseguró a su esposo: «No importa cuánto dolor sienta, puedo soportarlo mientras tenga un hijo. Nunca me rendiré».
En 2017, la búsqueda de un hijo continuó. Ella y su esposo acudieron al Hospital de Andrología e Infertilidad de Hanói y decidieron someterse de nuevo a una FIV. Esta vez, la tranquilidad psicológica y el tratamiento adecuado dieron resultados inesperados: creó nueve embriones en el quinto día.
Tras la segunda transferencia de embriones congelados, la Sra. Giang recibió buenas noticias. A finales de 2017, su primer angelito, la bebé Tran Cat Thien An, lloró al nacer, poniendo fin a un viaje de siete años lleno de lágrimas y añoranza.
Sin detenerse allí, en 2020 continuó transfiriendo los embriones congelados restantes y dio la bienvenida a dos niñas gemelas más, Tran Cat Thien Di y Tran Cat Thien An.
Gracias a la perseverancia de la pareja, a su amor y al avance de la medicina moderna, los diminutos embriones, pequeños como granos de arena, se han convertido en “ángeles” para su familia.
Las familias infértiles que esperan con ansias tener hijos deben mantenerse fuertes. No importa cuán difícil o dura sea la situación, tengan siempre fe y piensen que su bebé aún los espera en algún lugar, solo que se ha retrasado un poco —aconsejó la Sra. Giang.
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Fuente: https://tuoitre.vn/hanh-phuc-sau-7-nam-hiem-muon-co-giao-tieu-hoc-lam-me-3-cong-chua-nho-20241120141802274.htm
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