Este no es sólo un evento cultural y turístico internacional, sino también un saludo respetuoso de Vietnam a los amigos de todo el mundo en un espíritu de paz , apertura y homenaje a los valores culturales humanos.
Una imagen cultural colorida en el corazón del patrimonio
Con el lema «La cultura es la base, el arte es el medio», el festival reúne a 48 países, 45 espacios culturales, 34 puestos de comida internacional y 23 grupos artísticos, una cifra suficiente para demostrar la talla y la influencia de un festival de talla mundial . Durante los dos fines de semana de apertura gratuita, la afluencia de público a la Ciudadela Imperial de Thang Long crea una vibrante imagen de intercambio cultural.
Artistas realizan caligrafía, transmitiendo la esencia de la escritura en el espacio de la Ciudadela Imperial de Thang Long. (Foto: Thanh Nguyen)
El punto focal del festival es la "Ruta Cultural", donde cada stand se asemeja a una "ventana al mundo", ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar diferentes civilizaciones. Desde los coloridos trajes de Sudamérica y las suaves danzas de Tailandia hasta la sofisticación del arte cerámico de Bat Trang, todo se fusiona para crear un viaje emocional sin fronteras.
Tò he, un juguete popular recreado en el festival, atrae a numerosos turistas y niños. (Foto: Thanh Nguyen)
Hoang Thuy Mai (Hanói) compartió: «Experimentamos muchas culturas diferentes. Además de las características asiáticas, también exploré la cultura europea y de Oriente Medio, lo cual fue muy interesante. Sentí que viajaba por el mundo sin salir de Hanói».
La zona de té recrea la cultura tradicional vietnamita y atrae a numerosos visitantes. (Foto: Thanh Nguyen)
Además de los stands de exhibición, se presentaron continuamente representaciones de arte tradicional y contemporáneo en el escenario circular central, lo que contribuyó a un ambiente animado y atractivo. En representación de Vietnam, el Teatro Cheo de Hanói presentó melodías folclóricas rústicas y elegantes. El artista Nguyen Thu Huyen comentó: «Queremos transmitir a nuestros amigos internacionales la encantadora cultura del pueblo vietnamita a través del vestido de cuatro paneles y las melodías rústicas del Cheo, mostrando la imagen de un país pacífico y en desarrollo».
El espacio dedicado al arte del tallado de papaya recrea la sofisticación de la gastronomía y la cultura vietnamitas. (Foto: Thanh Nguyen)
De los amigos internacionales, la Sra. Olga Golubeva (miembro de la Compañía de Arte Ruso) comentó: «Interpretamos danzas y canciones tradicionales, contando historias sobre el río Volga, las tierras y los lagos, símbolos de Rusia. Fue un placer ver al público vietnamita recibirnos con tanto cariño y unirse a las melodías de nuestra patria».
Esos momentos, aunque provienen de continentes diferentes, todos tienen algo en común: el lenguaje del arte es el lenguaje del corazón.
Más que solo imagen y sonido, más de 100 delicias de todo el mundo llevaron a los visitantes a un viaje de sabor y memoria. Desde currys picantes indios, delicado sushi japonés, hasta el tradicional pescado camboyano Amok, cada degustación era una historia cultural.
Los visitantes pueden elegir y disfrutar de numerosos platos tradicionales en el espacio culinario de Hanói. (Foto: Thanh Nguyen)
Los visitantes pueden elegir y disfrutar de numerosos platos tradicionales en el espacio culinario de Hanói. (Foto: Thanh Nguyen)
La Sra. Chav Channy (representante del stand camboyano) expresó: «Traemos platos tradicionales con dos sabores: pescado y pollo, que expresan la armonía entre la tierra y el agua, el espíritu del pueblo jemer. Estoy muy feliz de compartir la cultura culinaria de mi tierra natal con amigos internacionales en Hanói».
En los stands de Tailandia, Perú, Cuba, Malasia o Sri Lanka, los visitantes no sólo podrán degustar la comida, sino también vestir trajes tradicionales, tomar fotografías de recuerdo o escuchar interesantes historias sobre las costumbres, la vida y el arte de cada nación.
Puente cultural en el flujo de integración
El Festival Cultural Mundial de Hanói no solo es un espacio para promover las culturas de los países, sino que también contribuye a proyectar la imagen de Vietnam, un país pacífico, abierto y hospitalario. En el contexto de la globalización, organizar un festival internacional como este tiene un significado especial: es una actividad cultural extranjera clave en 2025 y un testimonio de la creciente importancia de Hanói, Ciudad por la Paz.
Zona de exposiciones de la aldea alfarera de Bat Trang, Hanói. Foto: Colaborador
Zona de exhibición culinaria de la aldea tradicional de Bat Trang, Hanói. Foto: Colaborador
Ingredientes para preparar la famosa sopa de calamar con brotes de bambú, típica de la aldea alfarera de Bat Trang. Foto: Colaborador
La fiesta tradicional de la aldea alfarera de Bat Trang se recrea vívidamente. Foto: Colaborador
En el brillante espacio de la Ciudadela Imperial de Thang Long, cada sonrisa, cada vestido, cada canción resonaba en una sinfonía de amistad. El festival no solo trajo alegría, sino que también despertó en cada vietnamita un profundo orgullo por su identidad cultural nacional, perdurable, amable pero orgullosa del flujo de la integración.
Cuando Hanoi se ilumina por la noche, las melodías del Cheo, el ritmo de los tambores rusos, los sabores del curry indio y las sonrisas amistosas de los vietnamitas se mezclan en el espacio patrimonial, lo que es una prueba vívida de la vitalidad de la cultura, el poder blando que ayuda a las personas a acercarse entre sí.
El Festival Cultural Mundial de Hanoi no es sólo un encuentro de culturas, sino también un lugar para que la humanidad se dé cuenta de que somos diferentes, pero aún podemos brillar juntos sobre la base de la comprensión y el respeto.
Fuente: https://kinhtedothi.vn/le-hoi-van-hoa-the-gioi-mot-ha-noi-ruc-ro-trong-sac-mau-the-gioi.873542.html
Kommentar (0)