La caballa es rica en omega-3.
Las investigaciones nutricionales modernas demuestran que los ácidos grasos omega-3 son uno de los nutrientes esenciales para el cuerpo humano, pero no pueden ser sintetizados por sí mismos.
Por lo tanto, la suplementación con omega-3 a través de los alimentos es esencial para mantener la salud cardiovascular, controlar la inflamación, favorecer el desarrollo cerebral y fortalecer el sistema inmunitario. Entre los alimentos ricos en omega-3, la caballa se considera una de las opciones óptimas y más accesibles.

Entre los alimentos ricos en omega-3, la caballa se considera una de las opciones óptimas y fácilmente accesibles (Foto: Getty).
Según una publicación en el American Journal of Clinical Nutrition, el contenido de omega-3 en la caballa alcanza aproximadamente 2.616 mg/100 g de carne de pescado, superior al del salmón de cultivo convencional (aproximadamente 2.260 mg).
Cabe mencionar que la proporción de EPA y DHA en la caballa se considera ideal, ya que ayuda a proteger la salud cardiovascular, mejorar la función cerebral y ralentizar la neurodegeneración.
Consumir caballa de 2 a 3 veces por semana puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, estabilizar la presión arterial, favorecer el control del azúcar en sangre y mejorar la actividad del sistema nervioso.
En los niños, el DHA presente en los ácidos grasos omega-3 desempeña un papel importante en el desarrollo intelectual y la memoria. En los adultos y las personas mayores, los omega-3 ayudan a mantener la lucidez mental y reducen el riesgo de pérdida de memoria y enfermedades relacionadas con la degeneración cerebral.
Además de omega-3, la caballa también contiene altos niveles de proteínas, es fácil de digerir y es rica en vitaminas del grupo B, especialmente en vitamina B12.
Este nutriente favorece la producción de glóbulos rojos, acelera el metabolismo y mejora la salud nerviosa. El contenido de hierro en la caballa también es superior al de muchos pescados de agua dulce, lo que ayuda a prevenir la anemia, especialmente en mujeres y niños.
Es importante destacar que el omega-3 presente en alimentos naturales como la caballa tiene mayor biodisponibilidad que el proveniente de suplementos. Por ello, muchos expertos recomiendan priorizar la ingesta a través de los alimentos sobre los suplementos dietéticos.
Pescado popular con muchas formas de preparar
La caballa se puede procesar fácilmente en muchos platos conocidos, como caballa estofada con tomate, caballa frita, caballa en salsa de tomate, caballa al vapor con jengibre o caballa a la parrilla con cúrcuma.
Este tipo de pescado no solo es adecuado para el paladar de las familias vietnamitas, sino que también es fácil de preparar, no requiere mucho tiempo, es fácil de conservar y se puede combinar con muchas otras verduras para aumentar su valor nutricional.
Otro punto a favor es que la caballa tiene pocas espinas pequeñas, una carne tierna y aromática, y es fácil de comer tanto para personas mayores como para niños. Por lo tanto, se considera un plato apto para muchas edades, especialmente recomendable para quienes necesitan recuperar la salud o complementar su ingesta de omega 3, vitamina D y calcio de forma natural y segura.
Aunque la caballa tiene muchos beneficios, si se consume de forma inadecuada, los consumidores aún pueden correr riesgos para la salud.
Para aprovechar su valor nutricional sin causar daño, la caballa debe utilizarse en comidas principales, con arroz y verduras para equilibrar las proteínas y la fibra.
Las personas con problemas estomacales, gota o trastornos digestivos deben limitar la ingesta de alimentos con el estómago vacío, ya que es cuando aumenta el ácido estomacal, lo que facilita que las purinas del pescado se conviertan en ácido úrico, incrementando el riesgo de artritis, especialmente en personas con antecedentes de gota.
Al mismo tiempo, los usuarios deberían priorizar la cocción al vapor o estofada en lugar de freír con mucho aceite para reducir la carga sobre el sistema digestivo.
Cómo elegir caballa fresca:
- La caballa fresca tendrá las branquias rojas, los ojos claros y la boca cerrada.
Al presionar el pescado con la mano, notará que su carne es firme y elástica. Si la carne está blanda y se desmorona, sin duda es pescado viejo. Al comprar pescado fresco, es fácil elegir pescado no congelado.
El pescado fresco no tendrá mal olor, la piel estará intacta y no estará arañada ni escamosa.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/loai-ca-re-beo-giau-omega-3-hon-ca-hoi-nhieu-nguoi-viet-an-moi-ngay-20250916092856374.htm






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