Según Roxana Ehsani, nutricionista estadounidense, las uvas contienen muchos carbohidratos, hidratación, vitaminas, minerales, antioxidantes y polifenoles esenciales.
Las necesidades energéticas y los requerimientos dietéticos varían de persona a persona, dependiendo de la edad, el nivel de actividad, el sexo y el historial médico.
Las uvas son ricas en antioxidantes.
Se recomienda que los adultos consuman entre 350 y 440 gramos de fruta al día. Por lo tanto, puedes incorporar uvas a tu dieta junto con otras frutas, según EatingWell .
Proporciona antioxidantes
Las uvas son ricas en antioxidantes, especialmente las negras y las moradas. Independientemente del tipo de uva, todas están repletas de antioxidantes.
Los antioxidantes ayudan a proteger el cuerpo de enfermedades crónicas como la inflamación, el cáncer, las enfermedades cardíacas y la diabetes. Las uvas también favorecen la salud intestinal y circulatoria.
Mejora la salud cerebral y cardíaca
Las uvas contienen antioxidantes que ayudan a proteger el corazón y a combatir los radicales libres. También pueden considerarse un alimento funcional para ayudar a tratar la hipertensión.
Los vasos sanguíneos sanos también garantizan que el cerebro reciba suficiente oxígeno. Esto se traduce en una mejor función cerebral, incluyendo la atención y la memoria.
Aporta vitaminas y minerales
“Las uvas son ricas en vitamina K, que favorece la circulación sanguínea y la salud ósea”, afirma Ehsani.
Las uvas también contienen potasio, que ayuda a mantener sanos el corazón y los músculos. Aunque no tanto como los cítricos, las uvas también contienen una pequeña cantidad de vitamina C, que refuerza el sistema inmunitario.
Ayuda a dormir bien
La melatonina es la principal hormona que regula el sueño producida por el cuerpo. Sus niveles aumentan a lo largo del día y alcanzan su punto máximo por la noche, indicándole al cuerpo que es hora de dormir.
La melatonina se encuentra de forma natural en una serie de alimentos y bebidas, como las cerezas ácidas, los huevos, el pescado azul, los kiwis, los frutos secos y las uvas.
En 2006, los científicos descubrieron que la piel de la uva contiene melatonina, y que esta sustancia permanece en las uvas incluso después de ser procesadas para convertirlas en vino.
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