Pescadores con rostros bronceados y sonrientes traían cestas de mariscos a tierra. Los comerciantes los compraban y luego los transportaban a otros lugares para venderlos. Las campesinas también iban al muelle a elegir mariscos frescos para llevar a casa y preparar las comidas familiares. Mucha gente optaba por comprar calamares recién capturados. Estos calamares se cocinan con sopa de espinacas de Malabar, deliciosa y saludable.
Los calamares y las espinacas de Malabar forman una sopa dulce y deliciosa.
En enero y febrero, los setos de espinacas de Malabar lucen exuberantes bajo el sol radiante. Esta verdura es deliciosa en estofados, sopas, salteados... con solo una cucharada de aceite de cacahuete, un puñado de pescado fresco o un poco de carne de cerdo picada y espinacas de Malabar, tendrás una deliciosa sopa. En particular, la sopa de espinacas de Malabar con calamares es deliciosa. Es la combinación perfecta para una vida llena de color y variedad.
Para que la sopa quede dulce y deliciosa, los calamares deben estar frescos y tener una piel brillante. Lave los calamares y escúrralos en una cesta. Vaya al huerto, recoja las hojas y las puntas de las espinacas de Malabar y lávelas. Caliente aceite de cacahuete con chalotas cortadas hasta que desprendan su aroma. Luego, ponga los calamares en la olla y remueva bien con palillos. A continuación, añada agua a la olla con un poco de sal y unas rodajas de chile. Cuando el agua hierva, añada las espinacas de Malabar picadas. Cuando el agua vuelva a hervir, sazone al gusto y retire del fuego para disfrutar de una sopa sabrosa.
La sopa tiene un aspecto rústico debido al líquido marrón oscuro que segrega el calamar, pero es extremadamente deliciosa. Dale un sorbo y su dulce sabor te llevará a la boca y al esófago. Mastica lentamente el calamar y las verduras para sentir lo deliciosa que está.
La dulzura del calamar, mezclada con el suave sabor de las espinacas de Malabar, está profundamente grabada en mi memoria. El calamar desprende el aroma del océano, las espinacas huelen a sol, viento y rocío nocturno en la tranquilidad del campo. La sopa de espinacas de Malabar ayuda a refrescar el cuerpo, aliviando la fatiga tras horas de duro trabajo.
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