En Vietnam, la educación se mantuvo durante mucho tiempo bajo la perspectiva del siglo XIX. Desde 2013, el estado ha impulsado la innovación educativa integral y fundamental en todo el sector. El equipo sigue siendo el mismo, pero ahora se está transformando, por lo que mejorar la capacidad profesional del profesorado (GV) es una tarea extremadamente compleja, por lo que se requiere un pensamiento creativo basado en la valiosa experiencia de todo el sector.
La política de otorgar certificados o diplomas gratuitos a los docentes para su uso vitalicio debe implementarse con cautela. Las lecciones aprendidas de la emisión de una serie de cuatro circulares (títulos profesionales, clasificaciones y clasificaciones salariales docentes), inicialmente emitidas conjuntamente por los ministerios y posteriormente redactadas y firmadas únicamente por el Ministerio de Educación y Formación, causaron revuelo en la opinión pública y fuertes reacciones en todo el sector.
Por ello, la propuesta de expedir certificados docentes aún presenta algunos desacuerdos.
La política puede ser correcta, pero su implementación es muy difícil. Seguramente la sociedad y toda la industria lo entenderán: la naturaleza de esto es la emisión de "sublicencias". Todos tenemos experiencias dolorosas sobre las consecuencias de las sublicencias. Dado que es valioso para la vida, debemos "correr" a toda costa para conseguirlo. A partir de aquí, se desatará una competencia interna y la opinión pública sin duda se agitará a nivel nacional.
Todavía hay muchas opiniones que no están de acuerdo con la propuesta de expedir certificados docentes.
La formación docente es gratuita, pero ¿es realmente gratuita? Si decenas de miles de docentes tienen que implementar esta política, ¿cuánto costará? ¿Cuánta presión sufrirá la generación de docentes con muchos años de experiencia en la profesión al acercarse su fin? Tenemos docentes en escuelas públicas y privadas, ¿cuáles son las normas para la emisión de certificados? En particular, a los docentes que imparten clases gratuitas o que no cumplen con los requisitos pedagógicos se les prohibirá ejercer la docencia sin obtener un certificado, en igualdad de condiciones. La gestión escolar tendrá más trabajo y más dificultades cuando nos esforcemos por reemplazar los nuevos libros de texto y desarrollar nuevos métodos de enseñanza...
Además, la ley parece inestable e insegura. De hecho, los docentes que se han graduado en pedagogía y que imparten clases y reciben un salario del estado tienen la condición legal de docentes y no necesitan renovar su licencia. Ahora bien, debido a la necesidad de desarrollar la educación y mejorar y consolidar el equipo, debemos capacitar y actualizar las competencias profesionales, lo cual es correcto. Sin embargo, esta es una tarea habitual de cada escuela y de cada docente, y solo se requiere que se confirme la finalización del trabajo con un certificado de la unidad que organiza la clase, sin necesidad de un certificado emitido por el estado. Esta actividad es sencilla de organizar, pero tiene efectos prácticos y minimiza la negatividad.
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