
Durante mucho tiempo, los psicólogos y economistas han luchado por encontrar respuestas a la cuestión de las diferencias en la toma de decisiones de cada persona (Ilustración: ST).
Basado en casi dos décadas de datos de más de 3.900 adultos mayores en el Reino Unido, un estudio ha demostrado que las personas con coeficientes intelectuales más altos cometen menos errores en sus predicciones de vida.
Por el contrario, las personas con un coeficiente intelectual más bajo suelen verse influidas por expectativas falsas, lo que conduce a decisiones menos beneficiosas.
Para comprobarlo, los investigadores plantearon una pregunta sencilla pero desafiante: "¿Qué probabilidades hay de que usted viva hasta los 75 años o más?"
Las respuestas de los participantes se compararon con las estadísticas de esperanza de vida reales.
Los resultados mostraron que las personas con coeficiente intelectual alto hicieron predicciones significativamente más precisas.
En particular, el grupo con el coeficiente intelectual más bajo (2,5% de la población) tuvo un error de pronóstico dos veces mayor que el grupo con el coeficiente intelectual más alto (2,5% de la población).
Esto demuestra que la capacidad de evaluar la probabilidad de eventos futuros es una ventaja extremadamente importante, no sólo en el ámbito académico sino en todos los aspectos de la vida, desde las finanzas hasta la salud.
«Evaluar con precisión la probabilidad de que nos ocurran cosas buenas y malas es fundamental para tomar buenas decisiones», afirmó el investigador principal, el profesor Chris Dawson. «Casi todas las decisiones que tomamos requieren una evaluación de la probabilidad».
Dado que los genes se heredan de forma aleatoria y fija, no se ven afectados por la educación ni los ingresos, lo que sugiere un papel causal de la inteligencia.
Por lo tanto, es posible ver esta aleatoriedad funcionando como un experimento natural: si las personas con puntajes genéticos más altos para la inteligencia también hacen predicciones más precisas, eso es una evidencia sólida de que la inteligencia en sí misma juega un papel causal en la configuración de la precisión con la que juzgamos un futuro incierto.
En concreto, un aumento de tan solo 15 puntos en el coeficiente intelectual puede reducir los errores de predicción en casi un 20 %. Las personas con un coeficiente intelectual alto también muestran mucha más consistencia en sus predicciones a lo largo del tiempo, mientras que las personas con un coeficiente intelectual bajo tienden a realizar predicciones inestables.
Este hallazgo tiene importantes implicaciones en un mundo turbulento. Sugiere que parte de la razón por la que las personas más inteligentes alcanzan el éxito en la vida (salud, finanzas, carrera profesional) se debe a su capacidad para evaluar con realismo lo que les depara el futuro.
Esto también plantea interrogantes sobre la desigualdad. Si algunas personas tienen una ventaja natural en la toma de decisiones, ¿debería la sociedad hacer más para apoyar a quienes están menos favorecidos?
El profesor Dawson sugiere que presentar información como los riesgos para la salud y el asesoramiento financiero como probabilidades explícitas, en lugar de obligar a los individuos a calcularlas ellos mismos, podría ayudar a las personas a tomar decisiones más informadas.
Esta investigación, publicada en el Journal of Personality and Social Psychology , es un poderoso recordatorio del papel de la inteligencia y cómo podemos aprovechar este conocimiento para ayudar a la sociedad a tomar mejores decisiones en el futuro.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/nguoi-co-iq-cao-tien-tri-cuoc-doi-chuan-xac-hon-it-mac-sai-lam-20250713222626584.htm
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