La falta de sueño afecta negativamente la función cerebral. (Imagen ilustrativa creada por IA) |
En el mundo moderno actual, dormir parece ser una parte negociable de la vida. Navegar por internet a altas horas de la noche, tener horarios de trabajo irregulares o ver películas sin parar durante horas pueden no parecer una preocupación a primera vista.
Sin embargo, acostarse de forma irregular contribuye silenciosamente a una crisis sanitaria mundial y perjudica la salud. El Dr. Sameer Bhati, experto en salud pública de la India, señala las consecuencias de este hábito.
El reloj biológico del cuerpo se ve alterado.
El cuerpo humano funciona según un ritmo circadiano, es decir, un reloj interno que regula la liberación de hormonas, el metabolismo y el funcionamiento de los órganos.
Cuando interrumpimos este ritmo durmiendo de forma irregular, nuestros órganos se vuelven disfuncionales. Este desequilibrio puede eventualmente estar relacionado con tasas más altas de hipertensión arterial, obesidad, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
Mayor riesgo de enfermedad cardiovascular
La relación entre la falta de sueño y las enfermedades cardíacas es cada vez más preocupante. Estudios recientes han demostrado que los patrones de sueño irregulares aumentan las hormonas del estrés, como el cortisol, lo que puede provocar hipertensión arterial y deterioro de la función vascular. Estos son los principales factores de riesgo de enfermedades cardíacas graves.
La Asociación Americana del Corazón ahora clasifica el sueño, junto con la dieta y el ejercicio , como una buena protección para la salud cardíaca. Los hábitos de sueño irregulares aumentan el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular, especialmente cuando se combinan con otros factores de riesgo relacionados con el estilo de vida.
Mayor riesgo de trastornos metabólicos
El sueño es fundamental para mantener el equilibrio glucémico. Las personas que duermen menos de 6 horas por noche o que tienen un horario de sueño en constante cambio corren el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2.
Los estudios demuestran que bastan unas pocas noches de mal sueño para reducir la capacidad del cuerpo para procesar el azúcar, perjudicando la sensibilidad a la insulina.
Efectos sobre la salud mental
La falta de sueño afecta negativamente la función cerebral. Cuando tu rutina no está sincronizada, se altera la regulación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, lo que aumenta el riesgo de ansiedad, depresión y trastornos del estado de ánimo.
Las alteraciones crónicas del ritmo sueño-vigilia también pueden acelerar el deterioro cognitivo con el tiempo.
Pasos sencillos para mejorar el sueño
Mantener una hora fija para acostarse y despertarse durante toda la semana ayuda a reforzar el ritmo circadiano natural del cuerpo. Evite comer, tomar bebidas con cafeína o usar dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse.
Además, las técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda pueden ayudar al cuerpo a entrar en un estado de descanso.
Para quienes trabajan en turnos o tienen frecuentes interrupciones del sueño, medidas como la terapia de luz, las siestas estratégicas y una dieta equilibrada son formas útiles de minimizar los impactos negativos en la salud.
Fuente: https://baoquocte.vn/nhung-nguy-co-suc-khoe-neu-khong-ngu-deu-dan-va-cach-khac-phuc-don-gian-328042.html
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