Hanói: Un paciente con esquizofrenia solía sentarse inmóvil con un paraguas, negándose a comer o beber. La enfermera Thanh Huyen reflexionó un buen rato y decidió sostener un paraguas y sentarse con él.
La enfermera Nguyen Thi Thanh Huyen, de 41 años, lleva 18 años trabajando en el Hospital Psiquiátrico Diurno Mai Huong, atendiendo directamente al paciente mencionado. Este hombre de 55 años, ingresado en el hospital en marzo de hace dos años, padece esquizofrenia, sufre alucinaciones auditivas y oye voces constantemente en su cabeza. A menudo se acuclilla en un rincón con un paraguas, los brazos cruzados y las rodillas dobladas, viviendo solo en su propio mundo interior.
Además de administrarle medicamentos y tratamiento, la enfermera Huyen intentó permanecer a su lado para observarlo y hablar con él para comprenderlo mejor. Tras un rato sentado con el paciente sosteniendo un paraguas, logró convencerlo de caminar y comer bajo él, y poco a poco comenzó a recuperarse.
"Quiero entrar en el mundo interior del paciente y compartir con él como un verdadero amigo", dijo la Sra. Huyen.
Enfermera Nguyen Thi Thanh Huyen. Foto de : Phuong Thao
Según Elevate Psychiatry , la empatía, la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de una persona, es clave para el tratamiento. Los pacientes con problemas de salud mental a menudo se sienten abrumados por emociones, pensamientos y dificultades. Los médicos pueden aliviar esta carga creando un espacio seguro y sin prejuicios donde los pacientes se sientan escuchados y apoyados.
La empatía también es un catalizador para una comunicación y un tratamiento eficaces. Al comprender la personalidad del paciente, los médicos y enfermeros desarrollarán un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades y experiencias únicas. Un enfoque personalizado ayuda a mejorar los resultados del tratamiento.
El programa de Primeros Auxilios en Salud Mental (MHFA) sugiere que la empatía consiste en ponerse en el lugar del paciente para comprender y compartir. Esto no solo beneficia la salud del paciente, sino también la del cuidador. Al mostrar empatía, los profesionales de la salud mental pueden manejar situaciones estresantes o emocionalmente desafiantes, lo que les ayuda a gestionar su propio estrés con mayor eficacia y a brindar una mejor atención a sus pacientes.
La Sra. Huyen cree que, para los pacientes esquizofrénicos, la voz que siempre está presente en su cabeza actúa como una radio, escaneando constantemente el entorno en busca de señales de retroalimentación. Esto a veces conduce a un comportamiento antisocial.
“Es importante que se sientan escuchados”, dijo. Las personas con enfermedades mentales no solo enfrentan dificultades de salud mental, sino también discriminación y estigma social. Son ridiculizadas y despreciadas, por lo que se sienten heridas y solas. El dolor es aún mayor cuando pierden el respeto y la compasión de quienes las rodean, tienen dificultades para encontrar trabajo y para mantener relaciones.
El hospital atiende a más de 100 pacientes con diversas afecciones mentales, como depresión, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, epilepsia y retrasos en el desarrollo. La Sra. Huyen atiende diariamente a unas pocas docenas de pacientes, supervisando personalmente a cada uno.
Cuidar a un paciente con problemas mentales es una tarea difícil, especialmente cuando el paciente no coopera, presenta inestabilidad mental y requiere mucho tiempo de apoyo psicológico. Por ejemplo, un paciente se alteró, entró al hospital con dos cuchillos en la mano y amenazó a los médicos. Huyen tuvo que hacerle preguntas cuidadosamente durante 15 minutos antes de que el paciente se calmara. Dijo que tenía un fuerte dolor de cabeza, que le asaltaron imágenes extrañas y aterradoras y que sentía que alguien quería hacerle daño, así que agarró un cuchillo para defenderse. Cuando el paciente dejó el cuchillo sobre la mesa, la enfermera lo guardó rápidamente y, junto con el equipo, le administró una inyección.
O bien, un paciente mayor con demencia grave presenta con frecuencia un comportamiento peligroso e inusual. Al principio, el paciente se muestra agresivo, lo que dificulta el acercamiento del médico y la enfermera. Posteriormente, mediante habilidades de comunicación no verbal, como expresiones faciales y gestos, la enfermera y sus colegas crean gradualmente un entorno seguro y amigable, lo que ayuda a reducir la ansiedad del paciente.
"El personal médico psiquiátrico debe siempre actuar con moderación, mantener una actitud tranquila y controlar sus emociones en todas las situaciones", dijo, y agregó que "sin importar las circunstancias, debemos respetar a las personas con enfermedades mentales".
Una enfermera dispensa medicamentos a un paciente. Foto: Phuong Thao
Atender a pacientes normales es difícil, y atender a pacientes psiquiátricos lo es aún más. Al comenzar su carrera, Huyen tuvo dificultades para lidiar con las emociones negativas y encontrar maneras de liberarlas.
"Los pacientes con problemas mentales tienen sus propias razones", dijo la enfermera, añadiendo que siempre se esfuerza por comprenderlos y aprovechar al máximo las oportunidades disponibles para tratarlos. A cambio, Huyen recibe mucho cariño de los pacientes. Un joven paciente, graduado universitario, le escribió un papel deseándole paz en la vida. Huyen también atiende a un paciente médico al que le encanta dibujar. Cuando recuperó la salud y recibió el alta hospitalaria, dibujó una obra de arte como regalo para la enfermera.
"Esos pequeños gestos me llenan el corazón", dijo Huyen. "Espero que la gente siempre vea a las personas con enfermedades mentales con compasión y respeto".
Thuy Quynh
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