El cáncer de tiroides es cada vez más común, especialmente en mujeres. Los nódulos tiroideos detectados mediante ecografía cervical ya no son raros, pero ante la información contradictoria, muchas personas se asustan demasiado y se apresuran a operarse, o ignoran por descuido los signos de malignidad.
En el seminario en línea "Cirugía de Tiroides: Lo que los Médicos Quieren que Entienda Correctamente", organizado por el periódico Dan Tri , el Dr. Nguyen Xuan Quang, Msc. y Jefe del Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital General Hong Ngoc Phuc Truong Minh, compartió información clave para ayudar a los pacientes a ser conscientes de su enfermedad.
La infección por el virus del papiloma humano es muy común, así que no te asustes ni la subestimes.
Según el Dr. Nguyen Xuan Quang, la aparición de un nódulo o masa anormal en la glándula tiroides es extremadamente común.
Se estima que entre el 60% y el 70%, o incluso el 80%, de la población tendrá al menos un nódulo tiroideo detectado durante una ecografía, especialmente en mujeres. Esta noticia puede ser impactante, pero la buena noticia es que la mayoría de estos nódulos son benignos y no requieren intervención, solo un seguimiento regular.

Se estima que entre el 60 y el 70, o incluso el 80% de la población tendrá al menos un nódulo tiroideo detectado durante un examen de ultrasonido, especialmente en mujeres (Foto: Getty).
Según el médico, el punto crucial es la actitud del paciente al recibir los resultados de la ecografía que muestran un nódulo tiroideo. El Dr. Quang enfatizó que ambos extremos son peligrosos. Uno es el pánico excesivo, solicitar inmediatamente una biopsia y exigir una cirugía al enterarse de la existencia de un nódulo. El otro es la complacencia, leer en alguna parte que "el cáncer de tiroides no es peligroso" y luego ignorarlo, sin volver a examinarse ni controlarse.
En primer lugar, no hay que entrar en pánico ni preocuparse, pero tampoco debemos ser complacientes. Los pacientes necesitan acudir a centros de confianza y consultar a médicos experimentados para una evaluación exhaustiva y un asesoramiento adecuado, evitando así dos situaciones igualmente peligrosas: el sobretratamiento o perder la oportunidad de oro para el tratamiento, afirmó el Dr. Quang.
La pregunta más importante al detectar un nódulo tiroideo es: "¿Es preocupante?". Según el Dr. Quang, la ciencia médica actual se basa en dos pilares principales para evaluar el riesgo de malignidad antes de la cirugía: la ecografía y la citología por aspiración con aguja fina.
En la ecografía, los médicos utilizan el sistema de clasificación TIRADS con 5 niveles. Los niveles TIRADS 1, 2 y 3 suelen ser benignos y solo requieren seguimiento. Los niveles TIRADS 4 y 5 son el grupo con más factores sospechosos de cáncer; dependiendo del tamaño, el médico solicitará una biopsia por aspiración con aguja fina.
La biopsia por aspiración con aguja fina, o biopsia celular con aguja fina, implica insertar una aguja muy pequeña en un tumor y extraer una pequeña muestra de células para su examen microscópico.
Como un tumor puede contener muchos tipos diferentes de células, los resultados se dividen en 6 grupos, desde el grupo 1 (células insuficientes para sacar una conclusión), grupo 2 (benigno) hasta el grupo 6 (normalmente canceroso).

Dr. Nguyen Xuan Quang, Jefe del Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, Hospital General Hong Ngoc Phuc Truong Minh (Foto: Hai Long).
Los grupos 3 y 4 son grupos "intermedios", con células atípicas o quísticas, y un riesgo de cáncer de aproximadamente el 30 % al 40 %, e incluso mayor, respectivamente. Se concluye que el grupo 5 es sospechoso de cáncer.
El Dr. Quang señaló que estos grupos sólo reflejan la claridad de la conclusión, no la "malignidad" del tumor.
Más importante aún, si bien la combinación de ecografía y citología por aspiración con aguja fina permite diferenciar entre benignidad y malignidad con una precisión superior al 95 %, ningún método es completamente infalible. Aún existen casos en los que un resultado ecográfico deficiente sugiere malignidad, pero la aguja impacta en una zona sana, lo que resulta en un diagnóstico provisional de benignidad.
"Si una biopsia revela cáncer, es casi seguro que se trata de cáncer. Si revela una lesión benigna, no es necesariamente una cura completa. Hay que considerar muchos factores para brindar el consejo más preciso al paciente", enfatizó el Dr. Quang.
¿Cuándo es necesaria la cirugía y cuándo es suficiente el seguimiento?
No todos los nódulos tiroideos requieren cirugía. El Dr. Quang aclaró:
El primer grupo está formado por tumores malignos o con sospecha de malignidad. La mayoría de estos casos requieren intervención, principalmente cirugía, aunque en algunos casos excepcionales se realiza un seguimiento estrecho en lugar de operarse de inmediato.

Según el Dr. Quang, no todos los nódulos tiroideos requieren cirugía (Foto: Hai Long).
El segundo grupo consiste en tumores benignos de tamaño suficiente para deformar el cuello o causar compresión, lo que provoca dificultad para tragar, problemas respiratorios o ronquera. En estos casos, aunque benignos, el tumor afecta la función y la estética, por lo que la cirugía es una opción razonable.
Los tumores benignos restantes, generalmente menores de 2 cm, no causan molestias, y los médicos creen que pueden controlarse periódicamente cada uno o dos años sin intervención. Esto también ayuda a evitar cirugías innecesarias en un órgano endocrino muy importante.
En particular, con respecto al cáncer de tiroides en sí, los protocolos de tratamiento actuales en todo el mundo han incorporado el concepto de "monitoreo activo" para tumores muy pequeños, de menos de 5 mm o 1 cm, que están diferenciados, son de bajo riesgo, están confinados dentro de la glándula tiroides y no están cerca de la cápsula o estructuras vitales.
En estos casos se permite posponer la cirugía, con seguimiento estrecho mediante ecografía cada 6 meses o un año. La cirugía solo se realiza si el tumor crece rápidamente, supera los límites de seguridad o aparecen ganglios linfáticos anormales.

Una de las preguntas que el Dr. Quang recibe casi a diario es: "¿Me extirparán toda la glándula tiroides o solo una parte?" (Foto: Hai Long).
"Esto es cáncer, pero aún así puede que no se requiera una acción inmediata. Muchos pacientes son monitoreados durante 5 a 10 años y el tumor no progresa a un nivel peligroso", dijo el médico, enfatizando que esta decisión debe ser cuidadosamente meditada e individualizada para cada persona, y es más adecuada para personas mayores con la enfermedad en una etapa muy temprana.
Tiroidectomía endoscópica: ¿Cuándo se puede realizar?
Una de las preguntas que el Dr. Quang recibe casi a diario es: "¿Me extirparán toda la glándula tiroides o solo una parte?"
Anteriormente, cuando se hablaba de cáncer de tiroides, el principio general era extirpar completamente la glándula tiroides para asegurar una "erradicación radical", después de lo cual el paciente recibiría terapia de reemplazo hormonal de por vida.
En los últimos años, muchos estudios a gran escala han demostrado que en casos de cáncer de tiroides en etapa temprana y de riesgo bajo o moderado, los médicos pueden extirpar por completo solo el lóbulo de la tiroides que contiene el tumor, dejando intacto el otro lóbulo y aun así controlar bien la enfermedad.
La decisión sobre la cantidad de tejido a extirpar depende de muchos factores. Además de la edad, el sexo, los antecedentes familiares y las comorbilidades, los más importantes son las características del tumor: tamaño, ubicación, grado de invasión, presencia de ganglios linfáticos sospechosos con metástasis, y el número y la ubicación de estos. Con base en estos factores, el médico clasifica al paciente en un grupo de riesgo bajo, medio o alto de recurrencia.

Las técnicas modernas proporcionan un excelente apoyo para la cirugía del cáncer de tiroides (Hong Ngoc).
Recientemente, la tiroidectomía endoscópica a través del vestíbulo oral ha atraído mucha atención, especialmente entre las mujeres, debido a que no deja cicatrices externas. El instrumento se inserta a través de la mucosa del labio inferior, a poca distancia de la glándula tiroides, con un impacto mínimo en el tejido sano, y permite acceder a ambos lóbulos tiroideos desde un único punto de entrada.
Sin embargo, el Dr. Quang enfatizó que este no es un método para todos. La endoscopia oral solo se aplica a cánceres en etapas muy tempranas, donde el tumor suele medir menos de 2 cm, se ubica dentro de la glándula tiroides y esta no es demasiado grande. Algunos centros grandes pueden tener indicaciones ligeramente más amplias, pero el principio general sigue siendo seleccionar tumores pequeños en etapas tempranas.
En los tumores que son aptos para tratamiento, la cirugía laparoscópica puede resolver el problema por completo y controlar eficazmente el sistema ganglionar central. Sin embargo, el factor más importante sigue siendo el estadio de la enfermedad y la elección correcta del tratamiento. No podemos sacrificar la minuciosidad del tratamiento oncológico por razones estéticas, afirmó el Dr. Quang.
En el Hospital General Hong Ngoc Phuc Truong Minh, una ventaja clave es su equipo de cirujanos con amplia experiencia en el campo de la oncología de cabeza y cuello.
El Dr. Quang afirmó que ha realizado personalmente miles de cirugías de tiroides en los últimos casi 15 años, incluidas nuevas técnicas como la endoscopia y la cirugía a través del abordaje vestibular-oral para minimizar las cicatrices en el área del cuello.

En el Hospital General Hong Ngoc Phuc Truong Minh, una ventaja clave es la amplia experiencia del equipo quirúrgico en el campo de la oncología de cabeza y cuello (Foto: Hai Long).
La experiencia ha permitido al equipo no solo dominar los procedimientos quirúrgicos, sino también comprender a fondo los posibles errores de juicio en la evaluación de los nódulos tiroideos. Esto les permite orientar a los pacientes sobre cuándo es necesaria la cirugía y cuándo la monitorización es suficiente, evitando así intervenciones excesivas.
La tecnología moderna reduce las complicaciones.
Entre las complicaciones de la cirugía de tiroides, el daño al nervio laríngeo recurrente se considera la más preocupante, ya que este nervio controla la voz.
Si las cuerdas vocales están dañadas, el paciente puede experimentar ronquera o pérdida de la voz, ya sea temporal durante unas semanas o permanentemente. En casos más graves, el daño a ambas cuerdas vocales puede provocar su cierre, impidiendo la respiración del paciente y requiriendo una traqueotomía para asegurar la permeabilidad de las vías respiratorias.

Entre las complicaciones de la cirugía de tiroides, el daño al nervio laríngeo recurrente se considera la más preocupante, ya que este nervio controla la voz.
Además, la hipocalcemia puede ser una complicación que afecta a las glándulas paratiroides, que son glándulas endocrinas muy pequeñas ubicadas cerca de la glándula tiroides, pero que desempeñan un papel en el mantenimiento de los niveles de calcio.
Para minimizar estas complicaciones, en el Hospital General Hong Ngoc Phuc Truong Minh, el Dr. Quang dijo que el equipo quirúrgico aplica tecnologías de apoyo modernas como el Dispositivo de Neuroimagen (NIM).
Este es un dispositivo de vanguardia que ayuda a identificar, monitorear y maximizar la protección del nervio laríngeo que controla la voz durante la cirugía, junto con un sistema de iluminación especializado para detectar las glándulas paratiroides. Estas tecnologías no están disponibles en todos los centros, y cuando se aplican correctamente, reducen significativamente los riesgos, especialmente en cirugías complejas o de revisión.
Después de la cirugía, ¿tengo que tomar medicación de por vida y seguir una dieta estricta?
La glándula tiroides es un órgano esencial para el cuerpo que secreta hormonas. Cuando se extirpa la glándula tiroides por completo, el paciente debe recibir terapia de reemplazo hormonal de por vida.
Si solo se realiza una tiroidectomía parcial, en algunos casos la glándula tiroides restante puede seguir produciendo suficientes hormonas, pero en otros casos se pueden requerir suplementos para compensar la deficiencia y reducir el riesgo de recurrencia. Un endocrinólogo ajustará la dosis periódicamente; no existe una fórmula única que se aplique a todos.

Según el Dr. Quang, los pacientes necesitan comprender su condición y seguir las instrucciones de su médico para lograr los mejores resultados (Foto: Hai Long).
Respecto a la dieta, en los casos en los que sólo se ha extirpado una parte de la glándula tiroides y no se administra tratamiento con yodo radiactivo, se anima a los pacientes a complementar su dieta con alimentos ricos en yodo, como huevos, leche, mariscos y verduras de color verde oscuro, para ayudar a que la glándula tiroides restante funcione correctamente.
Por el contrario, para las personas que se preparan para el tratamiento con yodo radiactivo después de una tiroidectomía total, desde después de la cirugía hasta antes de tomar el yodo radiactivo, el cuerpo necesita estar "deficiente en yodo", por lo que deben evitar casi por completo todas las fuentes de yodo, incluida la sal yodada, los mariscos y algunos productos lácteos.
En cuanto a las citas de seguimiento, durante el primer año tras la cirugía, los pacientes suelen programar revisiones cada 3 a 6 meses, siendo especialmente importante la revisión a las 3 o 4 semanas para controlar la función tiroidea y ajustar la medicación. Durante el segundo año, el intervalo entre revisiones es de aproximadamente 6 meses. A partir del tercer año, la mayoría de los pacientes solo necesitan una revisión anual, salvo que presenten alguna anomalía.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/phat-hien-khoi-uo-tuyen-giap-khi-nao-can-phai-mo-20251211082429626.htm






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