Los expertos aseguran que el insomnio o los trastornos del sueño no sólo provocan fatiga y reducen el rendimiento laboral, sino que también perjudican la función hepática, especialmente en personas con problemas hepáticos como hepatitis, hígado graso y cirrosis.
El sueño: el momento en el que el hígado “trabaja”
Durante el sueño, el hígado realiza muchas funciones importantes, como la desintoxicación, el almacenamiento de glucógeno, la producción de bilis y la regulación hormonal y metabólica. El hígado funciona según un reloj biológico. Si no se duerme lo suficiente o se duerme a deshoras, este ritmo biológico se altera, impidiendo que el hígado se desintoxique eficazmente cuando el cuerpo lo necesita.
El insomnio o los trastornos del sueño no sólo provocan fatiga y reducen el rendimiento laboral sino que también perjudican la función hepática.
Foto: AI
¿Qué encontró el estudio?
Una investigación publicada en la revista Nutrition & Diabetes muestra que dormir menos de 7 horas al día o realizar menos de 3 horas de actividad física a la semana puede aumentar significativamente el riesgo de hígado graso, que puede progresar a cirrosis o cáncer de hígado. El estudio, realizado con más de 10.000 personas, de las cuales casi 4.000 padecían hígado graso, demostró que cuanto peor es la calidad del sueño, mayor es el riesgo de padecer la enfermedad; incluso dormir un poco menos aumenta el riesgo de hígado graso en un 20 %.
Sin embargo, combinar un sueño adecuado (7-8 horas diarias) con ejercicio moderado a intenso reduce significativamente el riesgo de enfermedad. Según el Dr. Vicente Carreño, presidente de la Fundación Española para la Investigación de la Hepatitis, además de controlar los lípidos y la glucemia, mejorar el sueño y aumentar el ejercicio también debería ser una prioridad en el tratamiento y la prevención del hígado graso, según la página web de noticias de salud Clínica FEHV (España).
La falta de sueño provoca resistencia a la insulina y acumulación de grasa en el hígado.
Una de las consecuencias más evidentes de la falta de sueño es el aumento de la resistencia a la insulina, un importante factor de riesgo para el hígado graso. Cuando el cuerpo resiste la insulina, el azúcar en sangre y los ácidos grasos libres aumentan y se acumulan en las células hepáticas, lo que provoca hígado graso.
Trastornos genéticos en el hígado
La función hepática está controlada por genes biológicos. Cuando se altera el sueño, estos genes también se ven afectados, lo que dificulta la desintoxicación y el metabolismo del azúcar y la grasa en el hígado.
Aumento de la inflamación: el camino hacia la cirrosis
La falta de sueño también aumenta la producción de citocinas inflamatorias. La inflamación crónica es un signo distintivo de la esteatohepatitis y la cirrosis.
Exacerbación de una enfermedad hepática preexistente
En personas con hepatitis viral o hepatopatía alcohólica, la falta de sueño debilita el sistema inmunitario, reduce la capacidad de controlar el virus, aumenta la inflamación y acelera la progresión de la enfermedad hepática. De hecho, expertos han descubierto que los pacientes con apnea del sueño, trastornos del sueño e insomnio crónico suelen presentar enzimas hepáticas elevadas y signos de daño hepático en la ecografía, según el Times of India.
Cómo dormir para proteger el hígado
- Duerma regularmente todas las noches de 7 a 8 horas.
- Evite comer tarde por la noche o beber alcohol antes de acostarse.
- Trata trastornos del sueño como la apnea del sueño.
- Haga ejercicio regularmente para mejorar el sueño y el metabolismo.
- Si el insomnio persiste, busque ayuda profesional.
Un sueño de calidad no sólo ayuda a sentirse renovado, sino que también es clave para mantener un hígado sano.
Fuente: https://thanhnien.vn/thieu-ngu-tac-hai-khon-luong-doi-voi-gan-185250819233004843.htm
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