En el contexto de la rápida urbanización y la presión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, muchas ciudades de todo el mundo recurren a los teleféricos urbanos como una solución de transporte sostenible. Este sistema no solo ayuda a reducir la congestión, sino que también contribuye a mejorar la calidad del aire y a conectar zonas de difícil acceso.

La Paz y Medellín: dos modelos pioneros
La Paz (Bolivia) cuenta hoy con la red de teleférico urbano más grande del mundo, con 10 líneas de más de 30 km de longitud, que transportan alrededor de 300.000 pasajeros al día y han atendido a más de 200 millones de pasajeros desde su inauguración en 2014. El sistema Mi Teleférico reduce el tiempo de viaje entre La Paz y El Alto de más de una hora a alrededor de 20 minutos, al tiempo que reduce significativamente las emisiones de los autobuses y automóviles privados.
En Medellín (Colombia), el proyecto Metrocable se lanzó en 2004 con el objetivo no solo de mejorar el transporte, sino también de promover la inclusión social. Las líneas de teleférico conectan las zonas montañosas desfavorecidas con el centro de la ciudad, facilitando el acceso de los residentes al empleo y a los servicios públicos. Medellín cuenta actualmente con cinco líneas de Metrocable que atienden a decenas de miles de pasajeros diariamente; tan solo la primera línea tiene una capacidad de aproximadamente 30.000 pasajeros al día. El profesor Julio Dávila (Universidad de Londres) comentó: “El Metrocable se ha convertido en un símbolo de renovación urbana, acercando el transporte público a lugares que antes estaban aislados”.

La principal razón por la que La Paz, Medellín y muchas otras ciudades están implementando teleféricos es la complejidad del terreno: zonas residenciales ubicadas en laderas montañosas, carreteras estrechas, pendientes pronunciadas y la dificultad para construir un metro o una carretera. Según un informe del Banco Mundial, los teleféricos son una solución eficaz para zonas urbanas de alta densidad y terrenos montañosos, ya que su costo de construcción es menor que el del metro (19-32 millones de dólares/km) y su implementación es rápida (aproximadamente dos años).
El experto Morten Flesser (Universidad Técnica de Braunschweig) afirmó: “Los teleféricos urbanos no son una solución para todas las situaciones, pero en ciudades con terreno complejo y alta densidad, son una opción estratégica para reducir la congestión y las emisiones”.
Beneficios ambientales y desafíos de implementación
Encuestas en Medellín y Bogotá revelaron que los residentes valoraban la reducción de los tiempos de viaje, la seguridad y la comodidad. Un estudio en Bogotá reveló que las expectativas de reducción de la contaminación no se cumplieron plenamente, pero la satisfacción general fue alta gracias a las mejoras en la calidad de vida y las conexiones sociales. En La Paz, el sistema Mi Teleférico se considera la columna vertebral del transporte público, con un uso constante y una buena integración con autobuses y taxis.

Según la UITP, los teleféricos urbanos tienen las emisiones de CO₂ más bajas de todos los medios de transporte público, con alrededor de 44 g/km por pasajero, en comparación con los 144 g/km de los coches. El sistema es eléctrico y puede funcionar con energías renovables, lo que reduce la contaminación atmosférica y el ruido.
Sin embargo, persisten desafíos: los costos iniciales de inversión, la aceptación de la comunidad y la necesidad de integrarse con las redes de transporte existentes. Varios proyectos en la Ciudad de México y Santo Domingo han demostrado que la combinación del teleférico con el metro y los autobuses es un factor clave para el éxito.
Fuente: https://baolangson.vn/cap-tréo-do-thi-giai-phap-xanh-hoa-giao-thong-trong-cac-thanh-pho-hien-dai-5061305.html
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