Durante los 40 años de implementación del proceso de renovación, la integración de Vietnam en la economía mundial se ha profundizado y ampliado, en paralelo con la Cuarta Revolución Industrial y el sólido desarrollo de la transformación digital, caracterizada por los datos, la tecnología y las plataformas digitales. Este contexto no solo promueve cambios en el modelo de crecimiento, sino que también plantea la urgente necesidad de reestructurar la economía hacia la modernidad, la inclusión y la sostenibilidad. La cuestión clave en este proceso es la transformación de las fuerzas productivas, que a su vez conduce al ajuste de las relaciones de producción. En el artículo "Transformación digital: un importante motor para el desarrollo de las fuerzas productivas, el perfeccionamiento de las relaciones de producción y la entrada del país en una nueva era" (1) , el secretario general del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, enfatizó que las fuerzas productivas desempeñan un papel decisivo y que las relaciones de producción deben ajustarse continuamente para adaptarse al nuevo nivel de desarrollo. Cuando las relaciones de producción se quedan atrás, se convierten en un obstáculo para el desarrollo integral.
El nuevo contexto plantea la necesidad teórica de continuar investigando y clarificando el alcance, el contenido y los métodos de interacción de algunos conceptos y categorías tradicionales, como "medios de producción", "trabajo" o "propiedad", a la vez que se redefinen los roles del Estado, las empresas y los trabajadores en la estructura de las relaciones de producción modernas. Surgen numerosas preguntas nuevas: ¿Quién posee los datos? ¿Quién controla la plataforma digital? ¿Cuál es el rol y la posición de los trabajadores y la relación entre trabajadores y empleadores en la economía digital? ¿Cómo deberían adaptarse las relaciones de producción cuando las fuerzas productivas cambian profundamente en estructura, forma y funcionamiento?
Bases teóricas de las fuerzas productivas y las relaciones de producción en la era digital
En el curso de la historia humana, el desarrollo de la sociedad siempre está asociado a cambios fundamentales en el modo de producción, y tras dicho cambio se encuentra la reestructuración de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El marxismo, doctrina revolucionaria, considera el par de categorías "fuerzas productivas - relaciones de producción" como el eje para explicar la ley del movimiento histórico. Al entrar en la era digital, cuando la economía mundial se orienta fuertemente hacia la digitalización, la dataización y la automatización, la aplicación creativa y dialéctica de este sistema teórico se vuelve urgente. Esta es una base importante para ayudar a identificar correctamente la naturaleza de los cambios en la estructura productiva y, al mismo tiempo, guiar la formulación de políticas y estrategias para el desarrollo social en el nuevo contexto.
Teoría marxista de las fuerzas productivas y las relaciones de producción
En el sistema teórico de C. Marx, las fuerzas productivas y las relaciones de producción reflejan la estructura interna del modo de producción, factor decisivo en la naturaleza, el nivel y la tendencia de desarrollo de la sociedad. La relación dialéctica entre estos dos factores constituye la base para explicar el movimiento de la historia humana a través de sucesivas formas socioeconómicas. Según C. Marx, las fuerzas productivas son toda la capacidad práctica del ser humano en el proceso de transformación de la naturaleza para producir riqueza material. Las fuerzas productivas incluyen los medios de producción (herramientas y objetos de trabajo), los trabajadores y el nivel de aplicación de la ciencia y la tecnología en la producción. En este contexto, las herramientas de trabajo se consideran la "medida" del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en cada período histórico. Las relaciones de producción son el conjunto de relaciones económicas entre las personas que surgen en el proceso de producción, incluyendo las relaciones de propiedad sobre los medios de producción, las relaciones de organización y gestión del proceso de producción y las relaciones de distribución de los productos. Las relaciones de producción son objetivas, no dependen de la voluntad subjetiva y son el resultado inevitable del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en cada período histórico.
Según la ley del movimiento del modo de producción, las fuerzas productivas desempeñan un papel decisivo en las relaciones de producción y, al alcanzar cierto nivel de desarrollo, vuelven obsoletas las relaciones de producción existentes, obstaculizando la producción y, por lo tanto, conduciendo inevitablemente a su sustitución por nuevas relaciones de producción más progresistas. C. Marx afirmó: «En una determinada etapa del desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en conflicto con las relaciones de producción existentes... De ser formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en sus grilletes. Entonces comienza el período de transformación social» (2) . Sin embargo, la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción no es unidireccional, sino dialéctica, a la vez unificada y contradictoria, que se influye mutuamente. En muchos casos, las relaciones de producción pueden crear un entorno, una organización y una distribución favorables para el desarrollo de las fuerzas productivas. Pero cuando las relaciones de producción se convierten en grilletes que restringen las fuerzas productivas, la necesidad de mejorar los métodos de producción se convierte en una necesidad objetiva. Otra importante contribución de Karl Marx es su énfasis en el papel de la revolución científica y tecnológica como motor directo del avance de las fuerzas productivas. En «El Capital» y sus obras posteriores, Karl Marx mostró una visión que trascendió las anteriores, prestando especial atención al impacto de la maquinaria, la automatización y la división del trabajo en la fábrica sobre la productividad laboral, la estructura de clases y las relaciones laborales. Esto demuestra la apertura del marxismo y su capacidad de adaptación a nuevas formas de producción, más allá del marco de la industria mecánica.
“Evolución” de las fuerzas productivas en la era digital
En la era digital, las fuerzas productivas han experimentado profundos cambios tanto en su estructura como en su forma y funcionamiento. Si en la era industrial, el centro de las fuerzas productivas residía en las herramientas de trabajo tangibles, como máquinas, cadenas mecánicas o sistemas eléctricos, ahora ese papel está siendo reemplazado gradualmente por los datos, la inteligencia artificial, las plataformas digitales y la tecnología digital. Estos nuevos factores están transformando la forma en que se organiza la producción y la división del trabajo a escala global.
Con sus características excepcionales de replicación ilimitada, distribución instantánea y acumulación exponencial, los datos se han convertido en un insumo indispensable en la mayoría de las actividades socioeconómicas. A diferencia de los medios de producción tradicionales, que son escasos y limitados, los datos no son solo un subproducto del proceso de producción y consumo, sino que se están convirtiendo cada vez más en un recurso fundamental que crea ventaja competitiva en la cadena de valor global. Desde la perspectiva de la economía política marxista, el auge de los datos como medio de producción inmaterial requiere expandir el concepto de "herramientas de trabajo" y reconsiderar el mecanismo de formación de plusvalía en nuevas condiciones, cuando la aplicación de algoritmos, sistemas automatizados e inteligencia artificial ayuda a crear una mayor productividad laboral que la mano de obra directa. Paralelamente a los datos, la aplicación de tecnología, como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IdC), la cadena de bloques y los ecosistemas de plataformas digitales, está creando una nueva forma de fuerzas productivas. Se pueden identificar tres características destacadas de esta forma: 1- El conocimiento se automatiza gradualmente; las máquinas ya no solo reemplazan el trabajo manual, sino que han recreado parcialmente las funciones de pensar, analizar y tomar decisiones; 2- El proceso de producción se desarrolla según el mecanismo de "plataformaización", donde las actividades se organizan a través de infraestructura digital intermedia (p. ej., Amazon, Grab, Airbnb). El sujeto no posee directamente los medios físicos de producción, sino que controla el flujo y la distribución del valor en la cadena de producción. 3- El modelo de producción actual tiende a ser conectado, descentralizado y flexible, operando más allá de las fronteras físicas de fábricas, empresas o incluso países. Junto con los datos, las aplicaciones tecnológicas, como la inteligencia artificial (IA), el internet de las cosas (IdC), la cadena de bloques (blockchain) y las plataformas digitales, están contribuyendo a configurar una nueva forma de fuerzas productivas.
Estos cambios implican una profunda transformación en los roles y modos de participación de los trabajadores. Mientras que en la era industrial, la mayoría de los trabajadores solo realizaban tareas repetitivas con máquinas, en la economía digital se convierten en diseñadores, monitores, analizadores y optimizadores de sistemas digitales. La capacidad laboral está más estrechamente vinculada a los datos, algoritmos y tecnología, lo que requiere pensamiento lógico, comprensión de sistemas automatizados y la capacidad de adaptarse al entorno de producción inmaterial. Hoy en día, los trabajadores interactúan no solo con máquinas, sino también con sistemas de toma de decisiones basados en big data y plataformas digitales. La "hibridación" de humanos y tecnología en la nueva forma de fuerzas productivas crea características sin precedentes: se puede crear valor sin medios de producción tangibles, los procesos de producción pueden operar fuera del ámbito del espacio físico convencional y la división del trabajo se lleva a cabo casi en tiempo real, a través de las fronteras mediante infraestructura en la nube y plataformas de conexión. El proceso de desmaterialización de las fuerzas productivas se está haciendo evidente, conformando un tipo de organización de la producción que va mucho más allá del concepto tradicional de herramientas o cadenas mecánicas.
Transformación de las relaciones de producción modernas
Junto con la transformación de las fuerzas productivas en la era digital, las relaciones de producción, que son formas de organización económica que reflejan el nivel de desarrollo de dichas fuerzas, también experimentan cambios estructurales. Elementos fundamentales como las formas de propiedad, la organización del trabajo, los mecanismos de distribución y los métodos de gestión se ven cada vez más transformados por el auge de los datos, las plataformas digitales, la inteligencia artificial y las redes de producción transfronterizas. A diferencia del lento proceso de transformación que seguía al ciclo industrial tradicional, la transformación de las relaciones de producción en el nuevo contexto se está produciendo a un ritmo acelerado, con una alta complejidad y una multidimensionalidad sin precedentes.
Capital de Plataforma y Control Inmaterial: Una característica destacada de las relaciones de producción contemporáneas es el surgimiento y la expansión del modelo de "capitalismo de plataforma". De esta forma, en lugar de invertir y poseer directamente medios de producción tangibles, como tierras, fábricas o materias primas, las empresas se centran en dominar los sistemas de plataformas digitales, que actúan como intermediarios para organizar las interacciones entre usuarios, proveedores y las fuerzas del mercado. La esencia de este mecanismo reside en que el poder de producción ya no está ligado a herramientas materiales, sino a factores inmateriales, como algoritmos y datos. Los datos sobre el comportamiento del usuario se recopilan y procesan no solo para personalizar servicios, sino también para predecir tendencias, guiar el comportamiento e incluso influir en las decisiones de clientes, socios y trabajadores. En la visión de C. Marx, esta es una forma extendida de explotación; la plusvalía proviene no solo del trabajo material, sino también de los datos, los fondos de tiempo interactivos y la energía cognitiva humana, áreas que anteriormente estaban fuera del alcance del análisis de la economía política clásica.
Redes de producción descentralizadas y reestructuración del poder económico: Junto con el proceso de desmaterialización, las organizaciones de producción en la era digital también están cambiando a un modelo descentralizado e interconectado. Las actividades de producción ya no se limitan a la cadena lineal de una fábrica o un complejo fijo, sino que se gestionan en numerosos clústeres funcionales, realizados por entidades independientes, pero estrechamente conectados a través de plataformas digitales. Por ejemplo, hoy en día, un producto tecnológico puede diseñarse en EE. UU., programarse en India, fabricarse en Vietnam, ensamblarse en Tailandia, conectarse para su promoción global a través de TikTok y distribuirse a través de Amazon. Este nuevo modelo de red ha transformado radicalmente las relaciones de propiedad y gobernanza en la producción: el control del proceso productivo ya no depende principalmente de la posesión de medios físicos de producción, sino del control de la infraestructura, los flujos de datos y las conexiones. En esta estructura, unas pocas corporaciones tecnológicas globales ostentan una ventaja dominante gracias a su capacidad para coordinar mercados, influir en el comportamiento del consumidor y configurar la distribución de las cadenas de valor. En cambio, la mayoría de las pequeñas y medianas empresas, junto con sus trabajadores, dependen de algoritmos de caja negra a los que no tienen acceso ni control. Se trata de la concentración del poder blando en un sistema de producción distribuido, donde el centro del poder se desplaza de la fábrica al software, las plataformas y las bases de datos. El resultado es la formación de una «superestructura de producción digital» en la que los propietarios de plataformas y algoritmos pueden apropiarse de un volumen de plusvalía muy superior a su capacidad física de producción real, una forma de apropiación de plusvalía mediante la intermediación digital.
Transformación en las relaciones laborales, trabajo en plataformas y algoritmos: Otra transformación importante es el cambio en el modelo de relaciones laborales, de formas estables y formales a trabajo flexible, informal y algorítmicamente coordinado. El trabajo por encargo, el trabajo freelance y el trabajo remoto se están convirtiendo gradualmente en la tendencia dominante en muchas industrias. Las estructuras tradicionales de relaciones laborales, que se basan en contratos a largo plazo, mecanismos de protección de derechos y marcos organizativos claros, están siendo reemplazadas por formas flexibles de trabajo, que tienen una base menos institucional y carecen de canales para el diálogo colectivo. A pesar de llamarse "libertad", los trabajadores están de hecho estrechamente controlados mediante criterios ocultos, sistemas de calificación por estrellas y comentarios de los clientes, lo que convierte la libertad en una nueva forma de dependencia. Se trata de una forma de "autogestión a través de la vigilancia", en la que los individuos se ven obligados a seguir reglas unidireccionales, sin negociación, sin explicaciones y sin mecanismos de retroalimentación. Un gran desafío es cómo proteger los derechos de los trabajadores que trabajan a través del entorno digital.
Aumento de la desigualdad y el surgimiento de una “nueva clase digital”: Una profunda consecuencia social del cambio en las relaciones de producción modernas es el auge de la polarización social y la desigualdad digital. Los grupos capaces de adoptar la tecnología, controlar los datos y adaptarse al entorno de producción digital captarán cada vez más una gran parte de la plusvalía recién creada. Por el contrario, los trabajadores que carecen de competencias digitales, no reciben formación ni reciclaje profesional, o viven en zonas de “blanco digital”, corren el riesgo de verse marginados de las cadenas de valor globales. Esto crea el riesgo de una “subclase digital”, un grupo social explotado a través de plataformas digitales y sin plenos derechos sociales básicos garantizados.
En general, las relaciones de producción en la era digital se están reestructurando de una manera más flexible y descentralizada, pero a la vez más desigual. En este contexto, el marxismo, con su análisis dialéctico y espíritu crítico, conserva su valor como marco de referencia clave para identificar y explicar las nuevas contradicciones que surgen en las relaciones de producción en la era digital y de los datos. Sobre esta base, construir un sistema institucional adecuado a la nueva estructura productiva, que garantice la equidad, la sostenibilidad y el control, se convierte en una tarea estratégica para todo país.
Estado actual del desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción en Vietnam hoy
El desarrollo de las fuerzas productivas en Vietnam hoy
En Vietnam, se está configurando una nueva forma de fuerza productiva basada en la combinación de tecnología digital, datos, inteligencia artificial y el ecosistema de innovación, creando condiciones materiales y técnicas diferentes a las de períodos anteriores. Sin embargo, este proceso es desigual y se ve influenciado por factores institucionales, el mercado, la calidad de los recursos humanos y el espacio de desarrollo.
En primer lugar, en cuanto a la infraestructura digital, la nueva base material de las fuerzas productivas. Si antes las fuerzas productivas se asociaban con fábricas, máquinas y equipos mecánicos, ahora la base material es principalmente el sistema de infraestructura digital, que incluye redes de telecomunicaciones de banda ancha, centros de datos, computación en la nube, computación en el borde y capacidad de computación de alto rendimiento. Para finales de 2024, más del 75% de la población usará internet, el 74% de los hogares tendrá conexión fija de banda ancha y el 100% de las comunas/barrios tendrá cobertura 4G. Grandes corporaciones como VNPT, Viettel y FPT están invirtiendo fuertemente en redes 5G, centros de datos de nivel 4 e infraestructura de computación en la nube, contribuyendo a sentar las bases materiales para la producción digital.
En segundo lugar, sobre los datos y las plataformas: nuevos medios de producción en la economía digital. Los datos, con su naturaleza infinitamente renovable, su coste marginal casi nulo y su capacidad de generar beneficios exponenciales, se consideran el nuevo petróleo del siglo XXI. En 2023, la Asamblea Nacional aprobó la Ley de Transacciones Electrónicas (anteriormente, la Ley de Transacciones Electrónicas de 2005). En 2024, la Asamblea Nacional aprobó la Ley de Datos, y en 2025, la Ley de la Industria de la Tecnología Digital y la Ley de Protección de Datos Personales, documentos legales importantes para la transformación digital.
En tercer lugar, sobre la inteligencia artificial y la tecnología: la nueva "fuerza laboral". En la teoría marxista, la mano de obra es el factor central para convertir los medios de producción en productos. Sin embargo, en el entorno digital, cada vez más actividades de producción se automatizan gracias a algoritmos, software y sistemas de IA, lo que provoca que la "mano de obra viva" sea reemplazada gradualmente por "mano de obra con aprendizaje automático". Vietnam ha realizado numerosos esfuerzos para aplicar la IA en los ámbitos financieros: banca, comercio electrónico, logística y sanidad. Actualmente, Vietnam ocupa el puesto 59 de 193 países según el índice de "Preparación Gubernamental para la IA", con 54,48 puntos, y el 5.º en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) (3). La mayoría de las empresas se han estancado en la fase de pruebas, mientras que la infraestructura de datos, la capacidad informática y los recursos humanos para la IA siguen siendo retos por resolver.
En cuarto lugar, sobre el conocimiento y las habilidades digitales: el factor humano en la fuerza productiva. En una economía del conocimiento, el conocimiento humano y las habilidades creativas son pilares fundamentales. Los trabajadores ahora no solo necesitan habilidades mecánicas básicas, sino también competencias digitales, como el análisis de datos, la operación de sistemas inteligentes, el pensamiento de diseño y la comunicación multiplataforma. Según un informe del Foro Económico Mundial, la tasa de trabajadores vietnamitas que poseen habilidades digitales básicas sigue siendo inferior a la media de la ASEAN. Mientras tanto, el sistema educativo, especialmente la formación profesional y universitaria, sigue siendo lento en la incorporación de las habilidades digitales, la inteligencia artificial y la ciencia de datos en el currículo principal.
En quinto lugar, en cuanto al espacio digital y las regiones dinámicas, la nueva "geografía" de la producción. En la era industrial, las fuerzas productivas se asociaban a parques industriales y fábricas centralizadas. Hoy, el espacio productivo se ha expandido al espacio digital, la nube y las plataformas en línea, aunque la geografía aún determina la distribución de los recursos. Grandes ciudades como Hanói, Ciudad Ho Chi Minh, Da Nang y Bac Ninh están formando gradualmente "agrupaciones de fuerza productiva digital" con un papel protagónico. En contraste, las regiones del Noroeste, las Tierras Altas Centrales y el Suroeste aún carecen de infraestructura, recursos humanos y políticas de apoyo, lo que aumenta la brecha entre regiones.
Estado actual de las relaciones de producción
En el proceso de desarrollo socioeconómico, Vietnam ha ajustado proactivamente las relaciones de producción para satisfacer las necesidades de desarrollo de las fuerzas productivas, especialmente en el período de innovación e integración y antes del profundo impacto de la Cuarta Revolución Industrial. Sin embargo, estas relaciones aún presentan algunas limitaciones que requieren un análisis en tres niveles: las relaciones de propiedad, las relaciones entre la organización y la gestión, y las relaciones de distribución.
En primer lugar, sobre la propiedad de los medios de producción. Vietnam mantiene un modelo de propiedad mixta con tres formas principales: propiedad pública (donde el Estado representa al propietario), propiedad colectiva y propiedad privada. En este modelo, el sector privado y el sector con inversión extranjera desempeñan un papel cada vez más importante en el desarrollo de las fuerzas productivas y la innovación tecnológica. Sin embargo, la acumulación y concentración de medios de producción para formar grandes empresas capaces de liderar la cadena de valor aún es limitada. Mientras tanto, el sector público, a través de las empresas estatales, aún mantiene una posición de liderazgo en industrias esenciales, pero la eficiencia en la explotación de los medios de producción (especialmente la tierra, el capital y los recursos) no es proporcional.
En segundo lugar, sobre la relación entre la organización y la gestión de la producción. La transición a una economía de mercado de orientación socialista ha creado un ecosistema diverso de organización de la producción, desde empresas estatales, empresas privadas, empresas de inversión extranjera directa (IED), cooperativas, hasta plataformas digitales y modelos económicos compartidos. Sin embargo, la capacidad de transformarse de los modelos de gobernanza tradicionales a una gobernanza moderna basada en datos, tecnología digital y conexiones de red aún es lenta. Las empresas estatales enfrentan una serie de desafíos en la innovación y la mejora de la eficiencia del sistema de gobernanza, lo que limita su papel como pioneras y líderes en la formación y expansión de las cadenas de producción, suministro y valor nacionales, regionales y globales; el sector privado, especialmente las pequeñas y medianas empresas, aún tiene limitaciones para acceder a la infraestructura digital, las plataformas de datos y las habilidades para reorganizar la producción de acuerdo con los modelos digitales. En particular, las nuevas relaciones laborales que surgen en el trabajo de plataforma o el trabajo remoto requieren un nuevo modelo de gobernanza. Esto requiere ajustes en el marco legal y los mecanismos de gestión laboral para adaptarse a la nueva forma de producción.
En tercer lugar, sobre la distribución de los productos laborales. Vietnam aplica actualmente un mecanismo de distribución basado principalmente en un mercado regulado, pero la brecha de ingresos entre grupos de población, regiones, industrias y ocupaciones sigue en aumento. La clase media crece rápidamente, pero gran parte de la fuerza laboral, especialmente en los sectores informales y rurales, aún no ha disfrutado plenamente de los frutos del crecimiento. En la economía digital, el sistema de distribución de beneficios aún presenta numerosas limitaciones. Los datos personales, un importante activo digital, no se han valorado ni distribuido de forma justa; los trabajadores de plataformas no han tenido garantizados ingresos mínimos ni prestaciones sociales acordes con el valor que generan para las plataformas digitales.
Características y tendencias destacadas en la reestructuración de las fuerzas productivas y las relaciones de producción en Vietnam en la era digital
En los últimos años, las fuerzas productivas y las relaciones de producción en Vietnam han experimentado un proceso de profunda reestructuración, y esta transformación se demuestra claramente a través de tres características destacadas y tendencias principales.
En primer lugar, el cambio en la estructura de las fuerzas productivas hacia la digitalización y la integración del conocimiento. El nivel tecnológico, especialmente el digital, se convierte en un factor clave para la productividad laboral y la competitividad nacional. La escala de la economía digital de Vietnam en 2024 alcanzará aproximadamente el 18,3 % del producto interior bruto (PIB), con una tasa de crecimiento anual superior al 20 %, tres veces superior a la tasa de crecimiento del PIB en general y una de las más rápidas del Sudeste Asiático. El comercio electrónico minorista alcanzará unos 25 000 millones de dólares, un aumento de casi el 20 % con respecto al año anterior. Los pagos no monetarios mantienen una tasa de crecimiento superior al 50 % anual, liderando la ASEAN (4). Sectores económicos digitales, como el comercio electrónico, las finanzas digitales, la logística inteligente y la tecnología financiera (fintech), están creando nuevas "zonas dinámicas" para el crecimiento.
En segundo lugar, la reestructuración de las relaciones de producción se refleja en una nueva diferenciación en la propiedad, la organización y la distribución. Las formas de propiedad de los medios de producción son cada vez más diversas, incluyendo no solo la propiedad estatal o privada, sino también la aparición de nuevos modelos, como la propiedad intelectual, la propiedad de datos, la equitización, las plataformas de intercambio, el trabajo flexible y formas de organización no tradicionales, como la cadena de bloques o las organizaciones autónomas descentralizadas (OAD). El proceso de organización de la producción a través de plataformas digitales hace que las relaciones laborales sean flexibles, cortoplacistas e informales, lo que plantea urgentes necesidades de innovación en las instituciones jurídicas, las políticas de seguridad social y la gestión laboral.
En tercer lugar, la aplicación de avances científicos y tecnológicos revolucionarios, como el big data, la inteligencia artificial (IA), la computación en la nube, la biotecnología, la robótica y la automatización, y el Internet de las Cosas (IdC), ha impulsado la formación de nuevas formas de fuerza productiva. Estos factores no solo actúan como herramientas de producción, sino que también se convierten en medios de producción centrales, llegando incluso a dominar nuevas industrias. En particular, los datos, que antes no se consideraban un medio de producción, se han convertido ahora en un "combustible" esencial para la economía digital. Vietnam ha promulgado una Estrategia Nacional de Datos, aprobado la Ley de Datos, la Ley de Protección de Datos Personales y la Ley de la Industria de Tecnología Digital, y ha establecido un Centro Nacional de Datos, lo que demuestra el papel estratégico de los datos en la estructura productiva moderna.
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(1) Prof. Dr. To Lam: “Transformación digital: un importante motor para el desarrollo de las fuerzas productivas, el perfeccionamiento de las relaciones de producción y la entrada del país en una nueva era”, Revista Comunista Electrónica, 25 de julio de 2025, https://www.tapchicongsan.org.vn/media-story/-/asset_publisher/V8hhp4dK31Gf/content/chuyen-doi-so-dong-
(2) C. Marx y F. Engels: Obras completas, Editorial La Verdad, 2011, vol. 1, pág. 21
(3) Hoang Giang: Vietnam ocupa el quinto lugar en la ASEAN en términos del índice global de preparación para la IA, Periódico electrónico del Gobierno, 25 de julio de 2025, https://baochinhphu.vn/viet-nam-xep-thu-5-trong-asean-ve-chi-so-san-sang-ai-toan-cau-102240116173427249.htm
(4) Ha Van: La economía digital de Vietnam está creciendo más rápido en la región, Periódico Electrónico del Gobierno, 25 de julio de 2025
Fuente: https://tapchicongsan.org.vn/web/guest/kinh-te/-/2018/1141502/cau-truc-lai-luc-luong-san-xuat-va-chuyen-doi-quan-he-san-xuat-trong-ky-nguyen-so--tiep-can-ly-luan-mac-xit-va-ham-y-chinh-sach-%28ky-i%29.aspx
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