Más de un mes después de su anuncio, la nueva política estadounidense sobre visas H-1B sigue generando controversia, especialmente en el sector tecnológico global. La tarifa de $100,000 que el presidente Donald Trump impuso a cada nueva solicitud de H-1B podría obligar a muchas empresas estadounidenses a trasladar su fuerza laboral al extranjero en lugar de contratar localmente.
Según los expertos, esta nueva estructura tarifaria pretende frenar el fenómeno de los extranjeros que "quitan empleos a los estadounidenses", permitiendo únicamente la permanencia del personal verdaderamente excepcional e irremplazable. Sin embargo, esta política está resultando contraproducente, ya que muchas empresas estadounidenses están considerando trasladar puestos de trabajo a centros globales en Europa o la India, donde los costos son más bajos y la mano de obra altamente cualificada está fácilmente disponible.
El diputado indio Shashi Tharoor declaró: «El mayor desafío lo enfrentarán las empresas indias que cumplen contratos con socios estadounidenses. El pago de 100.000 dólares adicionales por empleado transferido hará que estos contratos sean financieramente inviables. Muchas empresas podrían verse obligadas a cancelar o renegociar, lo que interrumpiría la cadena de suministro de tecnología entre ambos países».
Esta política de visados dificultaría la contratación de ingenieros tecnológicos indios para trabajar en Estados Unidos con salarios de alrededor de 60.000 dólares anuales. Mientras tanto, los trabajadores estadounidenses se resisten a aceptar los mismos puestos a menos que se les pague al menos 85.000 o 90.000 dólares anuales. La tarifa de 100.000 dólares haría inalcanzables los puestos de ingeniero de nivel inicial, reteniendo solo a los de alto nivel, aquellos que son realmente irremplazables. No estoy seguro de que funcione eficazmente en la práctica, ya que impacta significativamente el mercado laboral y perjudica tanto a Estados Unidos como a sus países socios.
En primer lugar, para muchas empresas, la solución obvia es la externalización, lo que significa que el trabajo que antes se realizaba en EE. UU. ahora puede transferirse a las sucursales de la corporación en Europa, como Alemania, el Reino Unido, Irlanda, Francia o, en muchos casos, a centros de capacidad global en India. Esto significa que, en efecto, los ingenieros indios realizan el mismo trabajo y ganan los mismos ingresos, pero en lugar de estar en EE. UU., trabajan aquí mismo, en India.
Según datos del gobierno estadounidense, India representó el 71% de todas las visas H-1B emitidas el año pasado, mientras que China ocupó el segundo lugar con casi el 12%. Tras el anuncio, las acciones tecnológicas indias perdieron aproximadamente 10 000 millones de dólares en capitalización bursátil en un solo día, lo que refleja la preocupación de que la política estadounidense de visas pudiera provocar una fuga inversa de talento tecnológico altamente cualificado de Estados Unidos, en lugar de atraerlo como se pretendía inicialmente.
Fuente: https://vtv.vn/doanh-nghiep-my-co-the-chuyen-viec-ra-nuoc-ngoai-100251022060916137.htm






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