Urano, el planeta inclinado del sistema solar, ha resultado ser más extraño de lo que pensábamos, gracias a observaciones del telescopio espacial James Webb.
Los astrónomos descubren que Urano emite rayos X
Foto: NASA/CXO/Universidad de Londres
Urano ha atraído durante mucho tiempo la atención de los astrónomos debido a su impresionante distancia, unos 2.600 millones de kilómetros de la Tierra.
Para observar este planeta, los investigadores necesitan el apoyo de potentes instrumentos astronómicos como el telescopio espacial James Webb.
Recientemente, se publicaron tres estudios que muestran que es probable que una de las lunas de Urano, Miranda, posea un océano subterráneo. Esto significa que Miranda tiene el potencial de contener vida extraterrestre.
En un informe publicado en la revista The Planetary Science , el astrónomo Caleb Strong, de la Universidad de Dakota del Norte (EE.UU.), explicó que la posibilidad de que la luna Miranda albergue un océano es bastante extraña.
“El hecho de que Miranda pudiera esconder un océano bajo su superficie es algo que nunca se había considerado antes debido a su tamaño”, según el experto Strong. Miranda tiene un diámetro de sólo unos 500 km, aproximadamente 1/7 del tamaño de la luna de la Tierra.
El informe de Miranda se basa en imágenes tomadas por la nave espacial Voyager 2 de la NASA y transmitidas a la Tierra. La Voyager 2 es hasta ahora la única nave espacial humana que ha pasado y fotografiado Urano en 1986.
La luna Miranda vista por la Voyager 2
Descubrimiento inusual en el campo magnético de Urano
También basándose en datos de la Voyager 2, los investigadores también descubrieron anomalías en los movimientos internos de Urano, lo que lleva a que el campo magnético del planeta funcione con un mecanismo diferente al de la Tierra.
Los campos magnéticos actúan como un escudo para proteger a un planeta de la radiación dañina del sol. Según un informe publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences dirigido por la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), la superficie de Urano tiene diferentes capas. Al igual que el aceite y el agua, estas capas nunca se mezclan.
Sus hallazgos muestran que el campo magnético de Urano es caótico y no tiene polos magnéticos norte-sur claros como los de la Tierra, Júpiter y Saturno.
Es por eso que tanto Urano como su vecino Neptuno tienen campos magnéticos diferentes al que observamos en el caso de la Tierra.
En concreto, los campos magnéticos de Urano y Neptuno se originan en una fina capa encajada entre las capas del manto, mientras que la Tierra genera su campo magnético en su núcleo.
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Fuente: https://thanhnien.vn/kham-pha-nhung-bi-mat-moi-cua-hanh-tinh-nghieng-185241202092448794.htm
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