La ansiedad es diferente de la preocupación. La preocupación suele ser específica de ciertas situaciones y desaparece rápidamente, como una entrevista de trabajo. En cambio, la preocupación es prolongada y puede derivar en un trastorno de ansiedad.
La ansiedad es una reacción natural del cuerpo ante el estrés o un riesgo determinado. Sin embargo, cuando la ansiedad se presenta con frecuencia y se convierte en ansiedad, incluso en un trastorno de ansiedad, esta condición, si se prolonga, puede tener muchos efectos negativos en la mente y el cuerpo, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
La ansiedad crónica puede provocar hipertensión arterial.
Mientras tanto, la presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Este es un factor importante para la vida. La hipertensión se produce cuando esta fuerza es superior a lo normal. La ansiedad puede aumentar la presión arterial y provocar hipertensión, ya que estimula el sistema nervioso simpático.
Cuando el cuerpo experimenta ansiedad, se activa el sistema nervioso simpático, lo que provoca la secreción de adrenalina y cortisol. Estas dos hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, lo que conlleva un rápido incremento de la presión arterial.
Además de aumentar la frecuencia cardíaca, la adrenalina y el cortisol también contraen los vasos sanguíneos, provocando su estrechamiento y, por consiguiente, un aumento de la presión en las paredes vasculares. Esta condición, si se prolonga, dañará las arterias.
A largo plazo, la ansiedad crónica puede provocar cambios fisiológicos en el organismo, como la alteración del sistema de control de la presión arterial y la disminución de la sensibilidad de los receptores de los vasos sanguíneos. Como consecuencia, la presión arterial no se regula correctamente, lo que puede derivar en hipertensión.
La hipertensión arterial no controlada aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y daña los vasos sanguíneos de los riñones, los ojos y el cerebro. En casos extremos, la hipertensión arterial prolongada puede provocar la rotura de una arteria cerebral y causar un accidente cerebrovascular.
Para reducir la ansiedad, las personas pueden buscar ayuda de un psiquiatra para obtener medicamentos o de un psicoterapeuta. Métodos como la meditación, el yoga o los ejercicios de respiración profunda también pueden ayudar a reducir la ansiedad.
El ejercicio regular ayuda a regular el sistema nervioso y a bajar la presión arterial. Además, según Healthline , las personas con ansiedad también deben evitar los estimulantes como la cafeína y el tabaco, y mantener una dieta nutritiva.
Fuente: https://thanhnien.vn/lo-au-keo-dai-co-lam-tang-huyet-ap-185250122161651283.htm






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