Japón se enfrenta a un importante debate sobre el aumento salarial docente. El debate se centra en una propuesta del Consejo Central de Educación de Japón para aumentar la remuneración por horas extras, una política que no se ha ajustado en más de 50 años.
Los jóvenes ya no compiten para convertirse en profesores.
El número de solicitantes a los exámenes de admisión docente en Japón ha disminuido en los últimos seis años. Según un informe de The Mainichi , el examen de admisión docente del año escolar 2023 registró un mínimo histórico de tan solo 3,4 solicitantes por puesto, lo que representa una disminución de 0,3 puntos porcentuales con respecto al año anterior.
Esto refleja una realidad preocupante sobre el atractivo de la profesión docente entre los jóvenes en el país del sol naciente. Para aumentar el número de candidatos, es urgente mejorar el entorno docente, no solo para atraer a personas con talento, sino también para garantizar la calidad de la educación del alumnado, creando así una generación de capacidad y responsabilidad.
La idea del actual primer ministro Fumio Kishida de "invertir en la gente" es una parte clave de su política económica , que también se aplica al sector de la educación.
Según un informe de 2019 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los profesores de secundaria en Japón tienen el promedio de horas de trabajo más alto entre los 48 países y territorios encuestados, con 56 horas/semana, mientras que el promedio de los países miembros es de 38,3 horas/semana.
Este es el segundo año consecutivo que la OCDE registra que los docentes japoneses trabajan más horas y, en comparación con la encuesta anterior de 2013, la cifra ha aumentado en 2,1 horas.
Recibir pago por horas extras trabajadas
NHK informó que el 19 de abril de 2024, el Comité Especial del Consejo Central de Educación, en coordinación con el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT), propuso un proyecto para aumentar el pago de horas extras de los docentes del actual 4% de su salario mensual a al menos el 10%.
El ajuste se produce en un momento en que el sector educativo de Japón enfrenta grandes desafíos, como la escasez de profesores, largas horas de trabajo y una creciente presión laboral.
Si bien la propuesta podría aumentar significativamente los ingresos mensuales de los docentes, ha generado controversia, especialmente por parte de quienes sostienen que la reforma no es suficiente para abordar los problemas sistémicos de la fuerza laboral educativa de Japón.
En Japón, los docentes reciben una remuneración por horas extra, calculada en un 4% de su salario mensual, independientemente del número real de horas extra trabajadas. En este contexto, se entiende por "horas extra" el trabajo que realizan los docentes fuera del horario habitual, como preparar clases, corregir exámenes, asistir a reuniones, asesorar a los estudiantes o participar en actividades extracurriculares.
El sistema, establecido bajo la Ley Especial de Salarios (Kyutokuho) hace más de cinco décadas, parte de la premisa de que los docentes trabajarán aproximadamente ocho horas extra al mes. Sin embargo, en realidad, muchos docentes trabajan mucho más, y el sistema actual ha sido criticado por no reflejar su carga de trabajo real.
La nueva propuesta, que contempla aumentar la tasa de horas extra del 4% al 10%, representaría el primer cambio importante en los salarios docentes en 50 años. Según los cálculos del MEXT, un docente con un salario base de 300.000 yenes (unos 51 millones de VND) vería sus ingresos mensuales aumentar de 12.000 yenes (unos 2 millones de VND) a 30.000 yenes (5,1 millones de VND). La propuesta también implicaría un aumento del gasto público, estimado en hasta 210.000 millones de yenes (unos 36,2 billones de VND).
Según Trading Economics, entre 1970 y 2024, el salario mensual promedio para todas las ocupaciones en Japón rondaba los 320.000 yenes (equivalente a 54,7 millones de VND). Con un salario base de unos 300.000 yenes, se observa que los ingresos de la profesión docente se acercan bastante a la media nacional. Esto es bastante común en los empleos del sector público en muchos países.
Aumenta pero no según la realidad
Si bien el aumento salarial puede parecer significativo, la propuesta ha generado debate sobre las implicaciones más amplias del sistema Kyutokuho. Los críticos afirman que basar las horas extras en una tarifa fija, en lugar de las horas trabajadas, no refleja con precisión la situación actual de la profesión docente.
Muchos profesores a menudo trabajan horas extras mientras que la estructura rígida del sistema Kyutokuho no tiene en cuenta este trabajo extra, lo que muchos profesores consideran injusto.
Mientras tanto, los defensores de la reforma defienden la estructura salarial actual, argumentando que la naturaleza de la profesión docente dificulta la medición de las horas trabajadas. La docencia requiere no solo creatividad y flexibilidad, sino también pasión y dedicación.
Estos no son fáciles de identificar en las normas convencionales sobre horas extras. El borrador de la comisión, si bien reconoce estas preocupaciones, no modifica el sistema en su totalidad.
Además de aumentar el pago de las horas extras, la propuesta incluye una serie de reformas destinadas a mejorar las condiciones laborales de los docentes.
Una de las reformas clave es la creación de un nuevo puesto entre los de "profesor" y "profesor titular". Este puesto tendrá un salario más alto y mayores responsabilidades. Esto no solo brindará oportunidades de ascenso a los docentes, sino que también aliviará la presión sobre los docentes, tanto nuevos como experimentados.
La propuesta también incluye la concesión de asignaciones adicionales a los tutores y la mejora de las asignaciones administrativas. En Japón, los tutores suelen asumir responsabilidades adicionales, como el cuidado de los alumnos y la gestión administrativa, pero no reciben una remuneración adecuada.
La ampliación del sistema de profesorado especializado es otra iniciativa importante. Actualmente, solo se aplica al profesorado de 5.º y 6.º grado, pero la nueva propuesta pretende extenderlo a 3.º y 4.º grado. Esto permitiría al profesorado de 3.º grado centrarse en la enseñanza de unas pocas asignaturas, en lugar de muchas. Esto mejoraría la calidad de la enseñanza y reduciría el estrés docente, disminuyendo así el riesgo de agotamiento por la excesiva carga de responsabilidades.
Por último, la propuesta enfatiza la necesidad de desplegar más personal de apoyo para ayudar a los docentes a gestionar las cargas de trabajo y las necesidades de los estudiantes.
Si bien los aumentos salariales y las reformas relacionadas requerirían un aumento significativo del gasto público, los defensores afirman que los cambios son necesarios para atraer y retener a docentes de alta calidad. Dado que la escasez de docentes sigue siendo un problema en Japón, especialmente en las zonas rurales, unos salarios competitivos y mejores condiciones laborales se consideran cruciales para mantener la solidez del sistema educativo.
Sin embargo, algunos argumentan que el enfoque debería centrarse en cambiar radicalmente el sistema Kyutokuho, en lugar de simplemente aumentar los salarios. Si no se abordan problemas fundamentales como las expectativas poco realistas de los docentes y la compensación insuficiente por las horas extras, estas reformas son solo una solución temporal.
A medida que la Comisión de Educación de Japón avanza con sus recomendaciones, la atención se centrará en encontrar un equilibrio entre una remuneración docente justa y un gasto público sostenible. El resultado de estas conversaciones podría tener consecuencias trascendentales no solo para el profesorado japonés, sino también para el futuro del sistema educativo del país.
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Fuente: https://vietnamnet.vn/luong-giao-vien-cao-van-tranh-cai-tang-them-10-thu-nhap-2324435.html
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