Hacia finales de esta década, cuando está previsto su desmantelamiento, la Estación Espacial Internacional (ISS) será guiada por una nave espacial hacia la atmósfera y se quemará.
La Estación Espacial Internacional (EEI) vista desde la nave Crew Dragon de SpaceX. Foto: NASA
Actualmente, la NASA y la mayoría de sus socios internacionales planean operar la EEI hasta 2030. Para entonces, la estructura básica de la estación se agotaría y no podría seguir recibiendo astronautas de forma segura. Por lo tanto, los expertos deben encontrar la manera más adecuada de manejar esta gigantesca estructura de aproximadamente 420 toneladas, según informó New Atlas el 24 de septiembre.
Cinco agencias espaciales —la Agencia Espacial Canadiense (CSA), la Agencia Espacial Europea (ESA), la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de Estados Unidos y la agencia espacial rusa Roscosmos— han operado la Estación Espacial Internacional (ISS) desde 1998, cada una de ellas responsable de la gestión y el control del hardware que proporciona. La estación está diseñada para ser interdependiente y depender de las contribuciones de sus socios. Estados Unidos, Japón, Canadá y la ESA se han comprometido a operar la estación hasta 2030, mientras que Rusia planea hacerlo al menos hasta 2028.
Con la EEI desmantelada, impulsarla a una órbita más alta sería imposible, ya que requeriría enormes cantidades de energía y la tensión a la que se vería sometida podría provocar su desintegración. La alternativa es un descenso controlado a la atmósfera, donde se quemaría y los restos restantes caerían en un mar deshabitado.
Inicialmente, los expertos planearon utilizar un grupo de naves de carga rusas Progress para impulsar la EEI a la órbita deseada. Sin embargo, tras un minucioso estudio, la NASA y sus socios operativos se dieron cuenta de que este método no sería lo suficientemente eficaz. Además, la salida prevista de Rusia en 2028 y el deterioro de las relaciones entre Rusia y otros socios podrían haber hecho incierto el plan anterior.
En su lugar, la NASA propone que empresas estadounidenses desarrollen un Vehículo Suborbital Estadounidense (USDV), que se utilizaría para el descenso final tras el descenso natural de la EEI. El vehículo podría ser una versión modificada de un vehículo existente o un diseño completamente nuevo. El USDV debería estar operativo en su primer vuelo, con suficiente redundancia y capacidad de recuperación de anomalías para continuar el crucial descenso, llevando la EEI a la atmósfera y desintegrándose. El USDV tardaría años en desarrollarse, probarse y certificarse.
Thu Thao (Según el Nuevo Atlas )
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