Con los primeros vientos monzónicos soplando por las calles, Hanói se transforma repentinamente en una ciudad excepcionalmente fresca, como ninguna otra. En este dulce frío invernal, la gente encuentra un placer especial: pasear por calles conocidas, detenerse en pequeños puestos para disfrutar de aperitivos sencillos que rebosan la calidez de la ciudad.
Los bocadillos invernales de Hanói no son solo delicias calientes; representan recuerdos, una forma de vida y una conexión entre las personas. Cada plato tiene una historia, un sabor que hace que quien lo pruebe quiera volver, como para sumergirse plenamente en la atmósfera de Hanói durante los días fríos.
Pastel de arroz al vapor
Al hablar de los aperitivos invernales de Hanói, no se pueden pasar por alto los banh gio (rollitos de salchicha de cerdo), un plato sencillo que calma el frío intenso. Los rollitos calientes, desenvueltos de sus hojas verdes de plátano, revelan un relleno suave y masticable de cerdo y setas oreja de madera. Un solo bocado proporciona una cálida sensación desde la lengua hasta el estómago.
Quizás es por eso que los puestos de pasteles de arroz al vapor en el mercado Dong Xuan y la calle Thuy Khue siempre están llenos, especialmente temprano en la mañana o al final de la tarde, cuando el viento frío sopla por las calles.

Gachas de costilla de cerdo con palitos de pan fritos
Mientras que en verano la gente busca helado Trang Tien para refrescarse, en invierno es la época ideal para disfrutar de unas gachas de costilla de cerdo. Un tazón de gachas calientes y suaves, espolvoreadas con hilo de cerdo desmenuzado y unos palitos de masa fritos crujientes, es suficiente para calentarte toda una tarde.
Las gachas de costillas de cerdo en Ly Quoc Su o Hang Bo siempre están abarrotadas, porque nada alivia el frío mejor que un tazón de gachas ricas y fragantes, que salen de una pequeña cocina en el corazón del casco antiguo.
Té de jengibre, chocolate caliente
El invierno en Hanói no se trata solo de la comida; también se trata de la reconfortante calidez de una bebida caliente. El té de jengibre picante, el rico cacao o una fragante taza de leche de jengibre son opciones habituales para los hanoístas en las noches ventosas.
Sentado en un pequeño café en el casco antiguo, observando a la gente pasar y tomando una bebida caliente, cualquiera puede sentir la paz característica del invierno aquí.
Maíz y patatas asadas
Entre la multitud, no es difícil ver maíz dorado o batatas moradas asándose sobre brasas. El dulce aroma, mezclado con el humo que trae el viento frío, reconforta a cualquiera que pase.
Sentado junto a la estufa de carbón, esperando a que cada capa de la cáscara se carbonice, revelando el suave y dulce interior, uno se transporta a viejos recuerdos. Sencillos y económicos, los boniatos y el maíz asados son un aperitivo típico de Hanói, especialmente durante los meses de invierno.
Banh troi tau
Las bolas de arroz glutinoso (Bánh trôi tàu) son un refrigerio indispensable en Hanói para la temporada de frío. Estas bolitas redondas y blancas, rellenas de sésamo negro o pasta de frijol mungo, son suaves y masticables, flotando en un tazón de jarabe de azúcar caliente con sabor a jengibre aromático.
Los hanoístas acuden a menudo a las calles Hang Can, Hang Dieu o a los pequeños puestos de comida callejera a orillas del lago Hoan Kiem para disfrutar de unas calientes y humeantes bolas de arroz glutinoso en almíbar dulce. La sensación de soplarlas para enfriarlas antes de comerlas, dejando que las suaves bolas de arroz se derritan en la lengua en medio del frío invernal, es una experiencia inolvidable para cualquiera que la haya probado.

Caracoles calientes
Los puestos de comida callejera que venden caracoles se llenan de gente con la llegada del monzón. Un plato de caracoles hervidos, bañados en salsa de pescado picante de jengibre y chile, es la combinación perfecta para deleitar el paladar.
Desde los restaurantes de caracoles en las calles Hang Da y Dinh Liet hasta los pequeños restaurantes en la calle Tran Huy Lieu, todos se han convertido en lugares de encuentro familiares para los residentes de Hanoi en las noches frías.
El calor mantuvo a la gente atrás.
El invierno en Hanói es como una sinfonía de sabores. Sin ser excesivamente vibrante ni ostentoso, la comida callejera tiene un encanto peculiar. Te invita a relajarte, a disfrutar de cada momento, de cada cálida humareda que se eleva de los puestos callejeros.
Durante los largos días de invierno, es fácil encontrar la felicidad en las pequeñas cosas: una papa al horno caliente y crujiente, un tazón de gachas de costilla de cerdo ricas y aromáticas o una taza de chocolate caliente. Y son estas cosas sencillas las que definen a Hanói: una ciudad que siempre sabe cómo enamorar, incluso con las cosas más sencillas.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/nhung-mon-qua-vat-dac-trung-cua-ha-noi-khi-mua-dong-toi-post1082063.vnp










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