(Dan Tri) - Al final del año, la gente está más apurada, pero también más amable. Ya sea triste o feliz, el año casi termina. Toda la tristeza, la pérdida, la amargura, el fracaso y las dificultades deben dejarse atrás.
Un día, a finales de año, mi mejor amiga me llamó para preguntar cuándo era el Tet y luego fijó una fecha para volver a vernos. Me contó felizmente que ese año se había comprado una casa, había tenido una hija y había aprobado el examen de conducir.
Entonces me preguntaste: «Dime, ¿qué has ganado este último año?». Tu pregunta me dejó atónito por unos segundos. Ha pasado un año, ¿qué he ganado?
El año pasado, mi esposo decidió emprender su propio negocio a los 40 años, tras muchos años trabajando para otros. Cada comienzo estuvo lleno de dificultades, luchas y preocupaciones que lo agotaron tanto espiritualmente como económicamente. Por suerte, la situación se fue estabilizando poco a poco, aunque no resultó como se esperaba.
El año pasado, toda mi familia aún tenía que alquilar una casa, y aún no teníamos suficiente dinero para construir la casa que buscábamos. Cada mes, cuando cobraba mi sueldo, tenía que sentarme a dividir todos los gastos: alquiler, luz y agua, colegiaturas, ahorros, etc.
Ya sea que el clima esté soleado o lluvioso, llega la primavera y las flores de durazno siguen floreciendo (Ilustración: Pinterest).
Ha pasado un año, y al mirarme en retrospectiva, no hay nada nuevo. El trabajo sigue igual, el amor sigue igual. Si acaso, es solo que soy un año mayor.
Lo suficientemente mayor para escuchar con calma lo que tu corazón desea. Lo suficientemente mayor para no sonrojarte ni discutir ante opiniones contrarias, lo suficientemente mayor para sonreír levemente al escuchar una crítica, lo suficientemente mayor para no enojarte cuando alguien te inventa una historia para atacarte.
Un año lleno de alegría, tristeza, ansiedad y preocupaciones. Pero al fin y al cabo, dondequiera que mire, hay amor. Amor de mis padres, mis hermanos, mi familia, mis amigos e incluso desconocidos.
Un estado triste y casual en redes sociales también recibió muchas consultas y compartidos. Eso me hizo darme cuenta de que no nos cruzamos por casualidad, aunque cada uno tenía muchas preocupaciones y estaba ocupado.
Hace unos días, un amigo publicó un triste estado en su página personal: "Ojalá una mañana, al despertar, regresara de repente a mi infancia, cuando mi padre aún era joven y mi madre aún tenía el pelo verde. Los felices reencuentros ahora son solo recuerdos". Su padre había fallecido hacía poco, lo que hizo que el invierno fuera aún más frío.
Me imagino esta primavera, cuando las familias se reúnan para recibir el año nuevo, cuánto extrañarás a tu padre. Ser huérfano a cualquier edad es precario, doloroso y hace que el mundo parezca perder su brillo.
Presenciar la pérdida de otros y comprender que lo más aterrador de este mundo no es la falta de dinero, ni el engaño, ni la traición, sino la pérdida de seres queridos. La pérdida de que con el paso de los años todo se alivie, pero nunca se llene por completo como antes.
Cada persona tiene su propio camino, su propia decisión en la vida. Como todos, tengo mis propias alegrías y tristezas. Hay momentos en que mi estado de ánimo es ligero y etéreo, como nubes flotantes. También hay días en que las preocupaciones y los miedos me invaden, haciendo que mi corazón se sienta como una piedra.
Después de llorar tanto, tengo que consolarme. Todos tenemos momentos de felicidad y momentos de tristeza. Es solo que le prestamos demasiada atención a la tristeza y olvidamos los momentos de alegría y emoción.
Y me di cuenta de que las dificultades de la vida me hacen un poco más fuerte. Los tropiezos me hacen ser cuidadoso en cada paso, aunque a veces dude.
Todo lo que sucede en la vida no es sencillo, pero no es un nudo insalvable. Solo necesitamos vivir con calma, amar y afrontar con firmeza los días difíciles.
A veces, todavía deseamos que el tiempo volviera atrás para corregir nuestros errores, para no herir a quienes amamos y para ser generosos con los errores ajenos. Deseamos saber que hay cosas en la vida que solo se pueden desear para siempre, para ser más cuidadosos incluso en el amor y el odio.
Los días pasan, los meses y los años se suceden. Un año se transforma en otro, pasa el invierno y llega la primavera. El ciclo se repite, y al final de cada año siempre hay sentimientos de ansiedad y emoción.
Es difícil describir la alegría cuando se escucha una canción de primavera, cuando se ve un anuncio con una escena de reunión familiar, cuando se oye a alguien preguntarse cuándo volverá a casa para el Tet...
Al final del año, la gente se muestra más afable y tranquila. Ya sea triste o feliz, el año casi termina. La ira, la tristeza, las amargas pérdidas y los duros fracasos quedan atrás.
Ojalá todos tuviéramos un teclado en la cabeza. Cosas que queremos olvidar, cosas que no queremos recordar, simplemente podríamos presionar la tecla "Suprimir" para borrarlo todo, sin dejar rastro. ¡Qué genial sería!
Pero bueno, se acerca el año nuevo, y recordar los viejos tiempos aviva la esperanza y la fe en el mañana. No importa si el tiempo es soleado o lluvioso, cálido o frío, llega la primavera y los duraznos siguen floreciendo. De nada sirve recordar el pasado y lamentarse por lo que no se pudo repetir.
Año Nuevo, no deseo nada grande, solo "paz" para mí, para mis seres queridos y para todos. Nuevo día, nuevo año, no hay razón para que mi corazón se enrede con el pasado.
Vamos, preparémonos para recibir el nuevo año.
El espacio "Mi Historia" recopila historias sobre la vida matrimonial y el amor. Si tiene alguna historia que compartir, por favor, envíela al programa por correo electrónico: [email protected]. Su historia puede ser editada si es necesario. Atentamente.
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Fuente: https://dantri.com.vn/tinh-yeu-gioi-tinh/thoi-tiet-du-nang-hay-mua-hoa-dao-van-no-khi-mua-xuan-ve-20250125002411276.htm
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