Cuando bajan las temperaturas, muchas personas mayores corren el riesgo de sufrir hipertensión, infarto cerebral y eventos cardiovasculares agudos. Los médicos advierten: no solo es preocupante el frío, sino también los cambios fisiológicos que se producen en el organismo, especialmente el fenómeno de la "coagulación sanguínea" que se produce con el frío, y que constituyen una causa silenciosa de ictus.
La sangre se espesa con el frío: una reacción natural pero peligrosa
El cuerpo humano reacciona al frío contrayendo los vasos sanguíneos para mantener calientes los órganos vitales. Sin embargo, esto ralentiza la circulación sanguínea y aumenta la viscosidad de la sangre. Al aumentar la viscosidad, el corazón debe bombear con más fuerza, lo que provoca un aumento de la presión arterial.
En las personas mayores, los vasos sanguíneos ya están escleróticos, el sistema cardiovascular está debilitado y la capacidad de regular la temperatura es deficiente; estos cambios se vuelven peligrosos. El frío también estimula intensamente el sistema nervioso simpático, aumentando la secreción de hormonas como la adrenalina y la noradrenalina, lo que acelera el ritmo cardíaco y provoca vasoconstricción. Este es un mecanismo de alarma fisiológico, pero cuando ocurre de forma continua, aumenta el riesgo de formación de coágulos sanguíneos, un factor que puede derivar en un infarto o un accidente cerebrovascular.
Los cardiólogos afirman que tan solo unos pocos días de bajas temperaturas pueden aumentar significativamente la frecuencia de hospitalizaciones por accidente cerebrovascular, especialmente en ancianos, personas con hipertensión arterial, diabetes o antecedentes de enfermedad vascular.

Controlar la presión arterial, beber suficiente agua y controlar los lípidos en sangre son formas de prevenir el espesamiento de la sangre en climas fríos.
El frío y la "reacción en cadena" en el cuerpo
Cuando hace frío, la sangre no solo se espesa, sino que se producen otros cambios en el sistema circulatorio. La presión arterial aumenta rápidamente y el corazón se esfuerza más para bombear la sangre a través de los vasos sanguíneos contraídos. Además, los niveles de colesterol en sangre suelen aumentar ligeramente con el frío debido a cambios metabólicos, lo que facilita la formación de placa.
Además, las personas mayores son menos activas durante la temporada de frío, salen poco y tienden a beber menos agua, lo que provoca una mayor pérdida de líquidos y un aumento de la viscosidad sanguínea. Si a esto se le suma estrés, insomnio o el consumo de alcohol para entrar en calor, el riesgo de embolia es aún mayor.
Un dato poco conocido: muchos accidentes cerebrovasculares no ocurren el día más frío, sino entre 2 y 5 días después de que el clima se enfríe. Es entonces cuando el cuerpo ya se ve afectado por una vasoconstricción prolongada y cambios en la viscosidad sanguínea.
Cuando una simple ola de frío es suficiente para provocar un incidente
Según un neurólogo, los accidentes cerebrovasculares en la época de frío suelen ser repentinos: muchas personas solo sienten un ligero entumecimiento en las manos, rigidez en el cuello o mareo, y luego se desmayan. Esto se debe a que, al salir temprano por la mañana, la gran diferencia de temperatura provoca una fuerte constricción de los vasos sanguíneos, lo que causa un aumento repentino de la presión arterial. Si ya existe placa aterosclerótica en los vasos sanguíneos, este aumento de presión puede provocar fácilmente la formación de coágulos y obstruir las arterias.
No solo al salir, sino también en casa, las personas mayores pueden sufrir hipotermia sin darse cuenta. La capacidad de sentir frío disminuye gradualmente con la edad, lo que hace que la percepción sea subjetiva, mientras que la temperatura ambiente baja bruscamente por la noche. Muchos casos de hipotermia leve se acompañan de hipertensión arterial y taquicardia, factores de riesgo para un accidente cerebrovascular o un infarto de miocardio.

Las personas mayores necesitan mantenerse abrigadas y realizar ejercicio suave para reducir el riesgo de sufrir un derrame cerebral en climas fríos.
Señales de alerta temprana que no deben ignorarse
Las personas mayores o sus cuidadores deben reconocer los primeros signos de anomalías durante la temporada de frío:
- Debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, boca torcida, dificultad para hablar, visión borrosa.
- Dolor de cabeza repentino, mareos, dificultad para mantener el equilibrio.
- Dolor en el pecho, dificultad para respirar, latidos cardíacos rápidos o irregulares.
- Escalofríos, labios morados, baja temperatura corporal, fatiga.
Estos síntomas, aunque sean pasajeros, pueden ser señales de alerta de un ictus o un infarto inminente. Ante cualquier sospecha, se debe acudir a un centro médico lo antes posible, ya que el periodo crítico para el tratamiento de urgencia del ictus dura solo entre 3 y 4 horas.
7 recomendaciones importantes para proteger el corazón y el cerebro en climas fríos
1. Manténgase abrigado constantemente, especialmente por la noche y temprano por la mañana. La temperatura ambiente debe mantenerse entre 22 y 24 °C; evite grandes cambios de temperatura al salir.
2. Bebe suficiente agua tibia todos los días. Aunque no tengas sed, tu cuerpo necesita agua para mantener la sangre fluida.
3. No bebas alcohol para "calentarte". El alcohol solo causa vasodilatación temporal, tras la cual el cuerpo pierde calor más rápidamente.
4. Realice ejercicio ligero en interiores. El ejercicio matutino en una habitación cerrada ayuda a mejorar la circulación sanguínea.
5. Controle su presión arterial regularmente. Si padece alguna afección médica, tome su medicación regularmente y no la suspenda por su cuenta.
6. Sigue una dieta equilibrada, complementada con verduras de hoja verde y pescado azul. Los ácidos grasos omega-3 ayudan a reducir la adhesión plaquetaria, disminuyendo así el riesgo de coágulos sanguíneos.
7. Duerme lo suficiente y controla el estrés. El estrés prolongado aumenta la secreción de hormonas que provocan vasoconstricción y elevan la presión arterial.
Nota: Con la llegada del invierno, la gente suele centrarse en sus abrigos y mantas gruesas, olvidando que la protección más importante es el sistema cardiovascular. En las personas mayores, incluso un pequeño cambio de temperatura puede provocar que la sangre se espese, que el corazón trabaje el doble y que se produzca un ictus en cualquier momento.
Por lo tanto, mantenerse abrigado, beber suficiente agua, mantenerse activo y controlar la presión arterial no es solo un consejo de sentido común, sino que salva vidas. No permita que los días fríos se conviertan en una prueba de vida o muerte para el corazón y el cerebro de su familiar mayor.
Fuente: https://suckhoedoisong.vn/troi-lanh-mau-dac-can-nguyen-tham-lang-gay-dot-quy-o-nguoi-cao-tuoi-169251103113256331.htm






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