
Según el sitio de noticias EUToday, la Comisión Europea acaba de proponer una nueva doctrina de seguridad económica y comercial para proteger al mercado común de amenazas extranjeras, en la que China se sitúa en el centro de la evaluación de riesgos.
La doctrina, presentada en Bruselas esta semana, está diseñada para prever medidas como restricciones a las exportaciones de materiales críticos e inversiones estratégicas en infraestructura, en lugar de reaccionar después de que se produzcan disrupciones.
La doctrina se basa en la Estrategia Europea de Seguridad Económica 2023 y el primer paquete de seguridad económica anunciado en enero de 2024, centrándose en un control más estricto de la inversión extranjera directa, una coordinación más estrecha en los controles de las exportaciones y una exploración inicial del control de la inversión extranjera en tecnologías sensibles.
Las nuevas medidas incluyen un uso más rápido y agresivo de los instrumentos de defensa comercial, como los derechos antidumping y antisubvenciones. La Comisión Europea (CE) también propuso controles más estrictos sobre la inversión extranjera y el acceso a licitaciones públicas en sectores como semiconductores, baterías, defensa, espacio y tecnologías digitales avanzadas, además de apoyo a las empresas para que se diversifiquen y eviten proveedores de alto riesgo.
China no se menciona explícitamente en los textos legales, que aún no mencionan a ningún país específico, pero documentos y discursos recientes de la CE han destacado los controles de exportación de tierras raras y otros insumos clave por parte de China, así como el exceso de capacidad industrial en áreas como los vehículos eléctricos y los equipos solares. El comisario de Comercio de la UE, Maroš Šefčovič, ha presentado la doctrina como un paso hacia la identificación y gestión sistemática de los riesgos de seguridad en las cadenas de suministro antes de que se produzcan crisis.
La respuesta de las empresas ha sido cautelosa. BusinessEurope, que representa a las federaciones industriales nacionales, acogió con satisfacción el enfoque más claro de la Comisión respecto a su estrategia de seguridad económica, pero enfatizó que los controles deben ser específicos, predecibles y acordes con el compromiso de la UE con la apertura de los mercados y las normas de la OMC. Los principales fabricantes siguen dependiendo en gran medida del mercado chino, tanto como destino como fuente de componentes.
Las encuestas muestran que las empresas europeas que operan en China se están adaptando al entorno más restrictivo creado por las medidas de Pekín. Una encuesta rápida realizada por la Cámara de Comercio de la UE en China reveló que aproximadamente un tercio de las empresas encuestadas planean desarrollar capacidad de fabricación fuera de China, ya que enfrentan retrasos en la concesión de licencias de exportación e incertidumbre sobre los controles de exportación de China sobre insumos clave. Mientras tanto, los inversores y filiales chinas en Europa han advertido que un énfasis excesivo en los riesgos de seguridad podría desalentar la inversión y fragmentar las cadenas de suministro.
La nueva doctrina de la UE aboga oficialmente por una política de "desvinculación de riesgos" con China. Un análisis para el Parlamento Europeo de este año describió la desvinculación de riesgos como un equilibrio entre los costes económicos de la reestructuración de la cadena de suministro y los beneficios percibidos en materia de seguridad, en lugar de una medida para cortar completamente los vínculos. En realidad, los Estados miembros de la UE presentan distintos grados de preparación.
Alemania, Francia e Italia ilustran estas diferencias. Alemania ha adoptado una estrategia nacional hacia China basada en la reducción del riesgo en sectores clave y un control más estricto de las inversiones, mientras que los principales grupos industriales siguen localizando la producción "en China, para China". Francia ha impulsado una agenda de seguridad económica más firme bajo el lema de la "autonomía estratégica", que incluye una mayor protección de las tecnologías e infraestructuras clave.
Italia, tras retirarse de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China, ha intensificado el control de las adquisiciones chinas, pero está buscando formas de proteger las exportaciones que estén más en línea con las preocupaciones de seguridad de la UE y los EE. UU.
Es probable que la interacción entre la nueva doctrina y los compromisos de la UE en el marco de la OMC se someta a un minucioso análisis. Los funcionarios de Comercio de la CE destacaron que las medidas se basarían en el riesgo, serían proporcionadas y susceptibles de impugnación, y que la UE mantiene su compromiso con las normas comerciales multilaterales, incluso si cuenta con herramientas más potentes. Algunos expertos legales señalaron el riesgo de que los requisitos de contenido local y el trato preferencial para los proveedores de la UE en las licitaciones públicas pudieran desencadenar disputas en la OMC o represalias por parte de los socios afectados, incluida China.
Para la CE, la doctrina se presenta como el siguiente paso en una agenda de seguridad económica que se ha acelerado desde el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania y una serie de restricciones a las exportaciones impuestas por China. El impacto dependerá de cómo los 27 Estados miembros traduzcan los principios comunes en regímenes nacionales de control y de la eficacia con la que las empresas evalúen la viabilidad de los nuevos controles.
Fuente: https://baotintuc.vn/the-gioi/trung-quoc-thanh-tam-diem-trong-hoc-thuyet-kinh-te-moi-cua-eu-20251206152205803.htm










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