Extravagancia y decadencia
Durante el reinado del rey Ly Cao Tong, el gobierno se vio gravemente debilitado y estallaron rebeliones por doquier debido a la extravagancia y el libertinaje del jefe de la corte. Los Anales Completos de Dai Viet registraron que «el rey se entregó a juergas excesivas, la administración era confusa, los bandidos proliferaban como enjambres de abejas y la hambruna se prolongó durante años».
El libro "Historia Vietnamita en Breve" registra que el rey "era muy ávido de riquezas y ganancias, y hacía de la venta de cargos oficiales y el comercio de prisiones su principal negocio". Siempre que había un pleito, el rey solía aprovecharlo, por lo que "el tesoro del estado rebosaba de riqueza como montañas, mientras el pueblo se quejaba y murmuraba. Bandidos y ladrones proliferaban como enjambres de abejas".
El rey Lý Cao Tông era aficionado a las fiestas, los viajes y los festines. “El rey salía a menudo del palacio de Hải Thanh. Todas las noches ordenaba a los músicos que tocaran el laúd Bà Lỗ y cantaran canciones al estilo Champa, con un sonido triste y desgarrador. Quienes lo escuchaban se conmovían hasta las lágrimas. El monje Nguyễn Thường le dijo al rey: “Veo en el prefacio del Libro de los Cantares: La música de un país en crisis suena a tristeza y añoranza, porque su gente sufre. Ahora, Su Majestad se entrega a los placeres excesivos, su gobierno y su educación son defectuosos y dispersos, causando un gran sufrimiento al pueblo. Y hoy, escuchar una música tan triste, ¿no es un signo de agitación y ruina nacional?”
En 1203, el emperador Gaozong también mandó construir una serie de palacios y terrazas frente a la capital. Incluso durante los años más turbulentos, cuando las carreteras estaban congestionadas, al emperador le gustaba pasear, pero no podía ir a ninguna parte. Así que ordenó la construcción de las residencias reales de Ung Phong y Hai Thanh, donde todos los días hacía que sus cortesanos, doncellas de palacio y compañías teatrales remaran en pequeñas embarcaciones como una procesión real, como si fuera un viaje de placer. Luego ordenó usar cera de abejas para envolver seda y diversos mariscos en un estanque y liberarlos, luego hizo que la gente se metiera en el agua para recuperarlos, fingiendo que eran objetos del palacio imperial, para ofrecerlos como obsequios...
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