El nuevo Reglamento sobre el Trabajo de Contraespionaje, aprobado en Chongqing y compuesto por 29 artículos, entró en vigor el 1 de septiembre. Según Reuters, el reglamento menciona medidas de contraespionaje más específicas y claras que la Ley de Contraespionaje revisada de China.
El reglamento exige una estricta supervisión de las actividades cambiarias y de viajes, y exige a las agencias que se sometan a controles de seguridad al organizar viajes al extranjero. También exige a las organizaciones y al personal residente en el extranjero que desarrollen planes de seguridad.
Ciudad de Chongqing, China
Otro requisito del reglamento es que, además de publicar y difundir materiales de contraespionaje en los medios de comunicación, se incluyan conocimientos sobre prevención de seguridad en los programas de formación de funcionarios públicos y en los programas escolares.
Además, bajo esta regulación, los servicios de entrega en Chongqing tendrán que pasar evaluaciones de seguridad nacional antes de que se les permita operar.
La Ley de Contraespionaje revisada de China entró en vigor a principios de julio con varias características nuevas, incluida la prohibición de la transferencia de cualquier información relacionada con la seguridad nacional y una definición más amplia de espionaje.
El mes pasado, el Ministerio de Seguridad del Estado de China llamó a los ciudadanos a participar en trabajos de contrainteligencia, creando un canal para que las personas denunciaran actividades sospechosas y elogiándolas y recompensándolas.
Ese mismo mes, el Ministerio de Seguridad del Estado de China dijo que había descubierto a dos ciudadanos sospechosos de espiar para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, y describió cómo fueron reclutados y cómo los estaban investigando.
Estados Unidos ha expresado su preocupación por las operaciones de sus empresas en China después de que Pekín ampliara su ley antiespionaje.
El Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de EE. UU. declaró en junio que China considera el flujo de datos al extranjero un riesgo para la seguridad nacional. También indicó que leyes nuevas y vigentes podrían obligar a los empleados locales de empresas estadounidenses en China a apoyar las labores de inteligencia de Pekín.
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