1. En un día normal, me encuentro con muchas mujeres y amigas que, en algún momento, sufren el dolor de una traición. Si aún aman, suelen justificar sus propias heridas y se sienten confundidas. En ese momento, piden o buscan explicaciones, pero no están satisfechas. Y a menudo se quedan atrapadas en la situación. Solo hasta que un día, cuando sus manos están demasiado calientes, sus corazones demasiado doloridos, se dejan ir o se van... Muchas mujeres, en algún momento, atraviesan diversos estados emocionales, dolor, desesperación. Solo pueden sentir alivio cuando sus emociones no dependen de nadie más, sino de sí mismas... Volviendo a la historia de la IA, los humanos tienen miles de amigos en internet, pero cuando se sienten confundidos, se hacen amigos de una máquina sintética. En muchos casos, la IA puede hacerte llorar, ¡porque sabe cómo complacer tus emociones! Al igual que los jóvenes de hoy, están ocupados mirando sus teléfonos en lugar de mirarse a los ojos; usan la palabra "sanar" con frecuencia, pero no saben qué sanar. Y desde otra perspectiva, los humanos, constantemente indiferentes entre sí, aprenden a sanar su soledad definitiva cuando confían en la IA.
En un día normal, ante la perfección, también empezamos a preguntarnos: ¿es esto humano o IA? Empezamos a comprender que la IA es la mente y que solo los humanos tenemos emociones, cosas que solo existen en el corazón o cerca del corazón...
2. En “Homo Numericus: Humanos en la Era Digital”, Daniel Cohen plantea una cuestión importante: el mundo moderno ha dejado de funcionar según las reglas tradicionales y ha sido completamente transformado por la tecnología digital . La IA se crea inspirándose en el cerebro, basándose en redes neuronales para comprender el proceso de aprendizaje humano: “Cada vez que una computadora descubre una estrategia que la ayuda a mejorar, recuerda las conexiones ganadoras, el funcionamiento de las sinapsis humanas, y así puede construir su propia ruta de experiencia”.
Según Daniel Cohen, la tecnología está creando un nuevo capitalismo digital, donde las personas son fácilmente manipuladas por algoritmos que monitorean sus vidas. Están cambiando la forma en que nos entretenemos, aprendemos, nos cuidamos y coqueteamos. Todo esto aporta una comodidad sin precedentes, pero también genera muchas contradicciones.
Las redes sociales no son la excepción. El ejecutivo de Facebook, Sean Parker, admitió sin dudarlo que esta aplicación explota la vulnerabilidad de la psicología humana, provocando adicción: «La sociedad digital sumerge profundamente a las personas en el mundo virtual. Las redes sociales estimulan la competencia para atraer la atención y llevan a enfatizar las diferencias mediante la provocación, la exageración, el desahogo de la ira e incluso el placer de decir lo indecible, expresar lo indescriptible». Daniel Cohen cree que la revolución digital transformará la vida social. La humanidad también corre el riesgo de perder la conexión cuando los asistentes algorítmicos virtuales reemplacen a los humanos, reduzcan las reuniones presenciales y rompan las relaciones con los demás.
3. Sin embargo, la revolución digital también abre un nuevo futuro. Según los expertos, la transformación digital es esencialmente una revolución cultural, cuando las personas y la tecnología se conectan e integran en una entidad unificada. El Sr. Le Nguyen Truong Giang, director del Instituto de Estrategia de Transformación Digital, cree que en la era actual, las personas comienzan a percibir una nueva realidad: la realidad digital. En este nuevo contexto, todo se puede medir, contar y calcular. Para no dejarnos llevar por la "ilusión" de los datos, necesitamos crear nuestra propia identidad. La identidad es lo que crea la identidad de cada persona en esta era. Construir nuestra propia identidad, determinar lo que queremos y hacerlo metódicamente es nuestra forma de navegar en el mar de datos. En primer lugar, dado que la tecnología es para las personas, debe estar orientada a serles útil, no a reemplazarlas...
El desarrollo de la tecnología trae grandes beneficios: velocidad, comodidad y conectividad global. Con un solo clic, podemos comprar, estudiar, teletrabajar o buscar información al instante. Sin embargo, el autor también enfatiza que la era digital no solo crea oportunidades, sino que también conduce a profundas paradojas. Es decir, anhelamos libertad, pero estamos estrechamente vigilados por las plataformas digitales. Queremos controlar nuestras vidas, pero los algoritmos nos manipulan fácilmente. Plataformas como Facebook o YouTube utilizan algoritmos para optimizar la experiencia del usuario, pero al mismo tiempo nos atrapan en "burbujas de filtro", donde se elimina la información contradictoria, lo que genera polarización en el pensamiento y la percepción. En este modelo, las corporaciones tecnológicas no solo controlan la información, sino que también poseen los datos personales de miles de millones de usuarios. Los datos se convierten en el activo más valioso, incluso más importante que el petróleo o el oro en la economía tradicional.
Una de las preguntas clave que no solo plantea el "Homo Numericus" es: ¿está la tecnología al servicio de los humanos o los humanos están siendo controlados por la tecnología? En muchos casos, ya no tomamos decisiones, sino que nos guiamos por algoritmos sofisticados. Las redes sociales no solo reflejan las preferencias de los usuarios, sino que también las moldean y las modifican de maneras que no percibimos. Las plataformas de comercio electrónico pueden predecir nuestras necesidades incluso antes de que seamos conscientes de ellas. En la industria de las citas, aplicaciones como Tinder no solo conectan a las personas, sino que programan sus interacciones basándose en datos de comportamiento.
A pesar de señalar los numerosos problemas de la era digital, Cohen sigue creyendo que la tecnología no necesariamente controla a las personas, pero que estas aún pueden encontrar maneras de aprovechar sus aspectos positivos. Porque una sociedad digital ideal es aquella donde la tecnología facilita el acceso al conocimiento, donde se escucha la voz de cada individuo, en lugar de estar dominada por unas pocas grandes corporaciones tecnológicas. Esto significa que siempre debemos tener una base de conocimiento independiente de la IA...
Así pues, no es solo un libro sobre tecnología, sino también una llamada de atención sobre cómo vivimos en un mundo digital. Con una combinación de economía, filosofía e historia, Daniel Cohen ofrece una perspectiva sobre los cambios de la sociedad moderna. Plantea importantes preguntas sobre la privacidad, la libertad personal y el futuro de la humanidad en la era digital. Está dirigido a cualquiera que desee comprenderse mejor a sí mismo en un mundo plano e impermanente, donde la vida se ve afectada de una manera diferente. Si sabemos cómo usar la IA y no dependemos de ella, tanto el conocimiento como la apertura... ¡Qué desolado nos sentiremos cuando, en nuestra "adicción" a confiar en la IA cuando nos sentimos perdidos, esta sea simplemente una máquina extremadamente inteligente...!
Fuente: https://baophapluat.vn/khong-cuon-di-trong-ao-anh-post553287.html
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