
Una ola de quiebras empresariales se extiende en Francia.
En un análisis reciente del diario económico Les Echos, Ludovic Subran, director de Inversiones del Grupo Allianz, argumentó que Francia no es inmune a esta tendencia. Tras un fuerte aumento de las quiebras en 2024, con más de 66.000 casos, se prevé que la cifra de este año alcance casi las 67.500, superando con creces los niveles previos a la crisis. Los mecanismos de apoyo financiero durante la pandemia han finalizado, al tiempo que se han retirado los paquetes de rescate público.
Se cree que tres factores principales están llevando a las empresas a una situación difícil. En primer lugar, la economía francesa crece débilmente, a un ritmo de tan solo alrededor del 1%, mientras que la demanda interna se ve limitada por la cautela de los consumidores. Las exportaciones también se ven afectadas por un entorno global volátil: tensiones comerciales, ajustes en la cadena de suministro y la desaceleración de las economías estadounidense y alemana. Se estima que la fuerte caída del comercio internacional podría provocar miles de quiebras adicionales en Francia.
En segundo lugar, las condiciones financieras siguen siendo muy tensas. Los altos tipos de interés, a pesar de las señales de descenso, siguen afectando el flujo de caja de las empresas. El retraso en los pagos obliga a muchas empresas a refinanciarse en condiciones desfavorables. La rentabilidad actual es insuficiente para cubrir los costes de financiación, lo que provoca que los márgenes de beneficio de las pequeñas y medianas empresas (pymes) caigan a su nivel más bajo en 10 años.
En tercer lugar, los cambios en la estructura empresarial también incrementan el riesgo. El auge de nuevos negocios, impulsado por la transformación digital y la ola de inteligencia artificial, si bien dinamiza la economía, también deja a muchas empresas jóvenes en una situación precaria. Una fuerte caída en el sector tecnológico o en la inversión en innovación podría generar una reacción en cadena. Cálculos basados en la crisis de la "burbuja de internet" de 2001-2002 sugieren que podrían producirse alrededor de 1.000 quiebras en un escenario similar.
Según las estadísticas, el sector de la construcción representa más del 20% de las quiebras en Francia debido a los altos tipos de interés, el aumento de los costes de los materiales y la caída de la demanda. El sector minorista también se ve gravemente afectado por la debilidad del consumo y la competencia online. En el sector servicios, el aumento de trabajadores autónomos incrementa el riesgo; incluso una sola crisis de liquidez podría obligar a muchas empresas a cerrar sus operaciones.
Ludovic Subran argumenta que Francia se enfrenta al riesgo de una "alta normalización" de las quiebras empresariales, un fenómeno que ya no es temporal, sino que regresa como un elemento estructural del ciclo económico. No se trata de una crisis coyuntural, sino de un proceso prolongado de adaptación a un mundo con mayores costes, una competencia más feroz y una mayor fragmentación.
Sin embargo, una recuperación gradual del crédito para 2026 podría ayudar a mitigar los daños, ya que la mejora de ciertos aspectos de las condiciones financieras podría reducir significativamente el número de impagos. Las empresas francesas aún cuentan con varias ventajas: altas tasas de ahorro, una estructura industrial más diversificada que hace 10 años y políticas estables de apoyo a la inversión. No obstante, se requiere cautela, especialmente durante el actual período de austeridad presupuestaria.
Fuente: https://vtv.vn/lan-song-pha-san-doanh-nghiep-lan-rong-tai-phap-100251028091701459.htm






Kommentar (0)