Las autoridades chinas están eliminando las restricciones a los vendedores ambulantes, alentando a los jóvenes desempleados a abrir puestos para reducir la presión laboral.
En 2020, cuando la economía china se vio gravemente afectada por la COVID-19, el entonces primer ministro Li Keqiang propuso crear empleo animando a los desempleados a vender en las calles. Esta idea fue rápidamente rechazada por muchos otros funcionarios, quienes afirmaron que esta forma tradicional de hacer negocios era "insalubre e incivilizada".
Pero tres años después, esa perspectiva ha cambiado. La economía callejera ha regresado, y muchas ciudades han levantado las restricciones a los vendedores ambulantes. Las autoridades también están animando a los jóvenes desempleados a abrir puestos para reactivar la economía y aumentar el empleo.
Shenzhen, el centro de alta tecnología de China y la tercera ciudad más rica, anunció la semana pasada que levantaría su prohibición a los vendedores ambulantes, a quienes se les permitirá reanudar sus operaciones a partir de principios de septiembre en lugares designados.
Anteriormente, varias ciudades importantes de China, como Shanghái, Hangzhou y Pekín, habían flexibilizado la prohibición. Las autoridades animaron a la gente a instalar puestos en ciertas zonas para vender comida, ropa o juguetes.
Puestos de barbacoa en Shandong (China). Foto: VCG
Los analistas consideran esta medida como un último recurso del gobierno ante el alarmante nivel de desempleo urbano que alcanza tras tres años de estrictas medidas de prevención de la pandemia. Además, la política de endurecimiento del control sobre los sectores inmobiliario, tecnológico y educativo también ha dejado a decenas de miles de trabajadores sin empleo.
“Las autoridades chinas parecen incapaces de encontrar una mejor manera de crear empleo y mantener la estabilidad social. Para los graduados y trabajadores cualificados en la era digital, la venta ambulante es un signo de desesperación, no de creatividad”, declaró Steve Tsang, director del Instituto de China de la Universidad de Londres.
La tasa de desempleo urbano en China para jóvenes de 16 a 24 años alcanzó el 19,6 % en marzo, según cálculos de la CNN, lo que equivale a 11 millones de jóvenes desempleados. La cifra podría aumentar aún más, con 11,6 millones de graduados universitarios previstos para este año.
El levantamiento de la prohibición de los vendedores ambulantes se produce después de que una ciudad china poco conocida se hiciera famosa en redes sociales por sus puestos de barbacoa. Su éxito ha atraído la atención de otras ciudades.
Zibo (Shandong, China) es actualmente el destino turístico más popular de China. El lugar se hizo famoso en marzo, tras la viralización de numerosos vídeos de barbacoas baratas en redes sociales. Además de sus precios bajos (una comida cuesta solo unos 30 yuanes (4,2 USD) por persona), este pueblo también es conocido por su ambiente acogedor.
“La comida aquí es muy barata”, dijo Jiang Yaru, residente de Zibo que trabaja en Shanghái. Volvió a casa durante el feriado del Primero de Mayo solo para “comer barbacoa y disfrutar de la diversión”. La especialidad aquí son las brochetas a la brasa, servidas con pan y cebolla.
Clientes disfrutan de una barbacoa en Zibo (Shandong, China). Foto: IC
Los puestos de barbacoa que visitó estaban llenos de clientes, en su mayoría jóvenes. "Los lugareños son muy amables y genuinos. Creo que esa es la razón principal por la que este pueblo es tan popular. Es una experiencia que vale la pena para muchos turistas", declaró a CNN.
Zibo recibe tantos turistas que ahora es conocida como la meca de la barbacoa en China. El PIB de la ciudad creció un 4,7 % en el primer trimestre, impulsado principalmente por el comercio minorista, el turismo y la restauración. El consumo se disparó un 11 %, revirtiendo una caída del 2 % en los dos primeros meses del año.
La transformación de la ciudad, de un fracaso industrial a un atractivo turístico, ha asombrado a todo el país. Muchos gobiernos locales han enviado funcionarios a Zibo para estudiar y aprender de su éxito.
La pregunta ahora es si la economía de los vendedores ambulantes puede ayudar a China a acelerar la transformación de su modelo de crecimiento. En los últimos años, han buscado pasar de un crecimiento impulsado por las exportaciones a un crecimiento impulsado por el consumo.
Creo que Zibo se está beneficiando de la mentalidad de consumir solo lo esencial. Su éxito puede reflejar el impacto de la novedad, pero también es una señal de que la gente se está empobreciendo. ¿Quién elegiría comida callejera si pudiera permitirse ir a un restaurante con estrella Michelin? De ser así, serían pocas personas, no la mayoría —dijo Tsang—.
La popularidad de Zibo demuestra que la gente quiere viajar y vivir nuevas experiencias. Sin embargo, también demuestra que están prestando más atención a su bolsillo, ya que la recuperación de China sigue siendo débil.
"El fenómeno Zibo es una combinación del FOMO (miedo a perderse algo) de las localidades chinas y la presión del gobierno para solucionar el desempleo", explicó Craig Singleton, investigador de la consultora FDD (Washington, EE.UU.).
La economía china se enfrenta a numerosos desafíos. El mercado inmobiliario sigue estancado. La confianza empresarial no se ha recuperado tras años de controles más estrictos sobre las empresas tecnológicas y educativas. La inversión extranjera en China se desploma. Las relaciones entre Washington y Pekín también son tensas en diversos aspectos.
Las sombrías perspectivas económicas han llevado a los dirigentes a ser más conciliadores con las empresas privadas y las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 60% del PIB y más del 80% de los empleos en China.
Las autoridades chinas anunciaron el mes pasado que aumentarían el apoyo a “negocios individuales” como los vendedores ambulantes a través de los sistemas impositivos y de seguridad social, y los medios de comunicación también han estado activos informando sobre jóvenes que se enriquecen con los puestos de los mercados nocturnos.
Tsang cree que esta forma de negocio puede reducir temporalmente el desempleo y ayudar a la gente a sentirse menos pobre. Sin embargo, afirma que "no salvará la economía china".
Ha Thu (según CNN)
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