
Uno de los problemas más complejos es que sistemas de IA como MidJourney, DALL-E y ChatGPT se entrenan con millones de obras humanas sin el consentimiento de sus propietarios. Muchos artistas se han pronunciado en contra de la copia sofisticada de sus obras, mientras que no se benefician de los productos creados por la IA.
De hecho, muchos desarrolladores de IA se enfrentan a importantes demandas por recopilar y utilizar ilegalmente obras de artistas para entrenar algoritmos. Entre los artistas afectados se encuentran varios vietnamitas.
Recientemente, el estudio cinematográfico Ghibli también presentó una demanda contra OpenAI por copiar su estilo artístico característico, lo que generó preocupaciones más profundas sobre la violación de los derechos de autor de la IA a escala global.
Estas acciones no solo violan la ética creativa, sino que también contribuyen a la difusión de percepciones distorsionadas de la IA y el arte. Cuando se utiliza la IA para copiar y modificar de forma encubierta obras originales sin respetar al autor original, se crea un entorno creativo injusto y se difumina la línea entre el arte genuino y los productos artificiales.
El músico Dinh Ngoc Hoang cree que la IA se está desarrollando a un ritmo extremadamente rápido, reconocida por el gobierno y gradualmente introducida en todos los campos, incluida la educación .
Nos guste o no, debemos aceptar que esta es la tendencia del futuro. Los músicos que aún luchan por llegar a fin de mes deberían aprender nuevas herramientas para mejorar la calidad y la velocidad de su creación. En cuanto a quienes tienen las condiciones y la pasión para dedicarse al arte, para acercarse a los valores clásicos y a la comunidad, la sociedad debería unirse para apoyarlos, ya que son el último reducto para preservar los verdaderos valores culturales y artísticos.
Es innegable que la IA puede aportar muchos beneficios a la humanidad. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, comentó: «Pasé 10 años creando una IA con la esperanza de curar el cáncer o lograr algo, y luego me culparon de todo lo que la IA creó».
Esta afirmación refleja que la tecnología siempre tiene dos caras. La IA puede utilizarse para salvar vidas y apoyar la investigación científica, pero también puede abusarse de ella para copiar, distorsionar la creatividad artística y perjudicar a los artistas.
Entonces, ¿cuáles son los límites de la IA en la creación artística? La respuesta no reside en prohibirla por completo, sino en establecer controles estrictos para proteger los derechos de los artistas.
Los reguladores deben establecer mecanismos legales para garantizar que la IA no pueda usar datos sin autorización. Las plataformas de desarrollo de IA también deben ser más transparentes a la hora de divulgar las fuentes de los datos de entrenamiento y compartir los beneficios con los creadores de contenido original.
La inteligencia artificial ha transformado la forma en que las personas crean y disfrutan el arte. Sin embargo, la comodidad que brinda la IA no se puede intercambiar por verdaderos valores artísticos.
Para evitar que la IA se convierta en un usurpador, sino en un facilitador creativo, necesitamos establecer límites claros, desde lo legal hasta lo social. El arte es un reflejo del alma humana, y por muy avanzada que sea la tecnología, no puede reemplazarla.
Fuente: https://baoquangnam.vn/nghe-thuat-va-tri-tue-nhan-tao-gioi-han-nao-cho-cam-xuc-that-3153992.html
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