Los estudiantes de ACE Montessori Preschool, una escuela preescolar privada en la ciudad de Sam Son, participaron en un viaje experiencial a Trang Farm.
El Sr. Nguyen Ha Thanh, propietario de la escuela preescolar ACE Montessori en la ciudad de Sam Son, cree que el turismo experiencial es una parte importante de un programa educativo centrado en el niño. «Los niños aprenden con mayor eficacia cuando pueden ver, oír, tocar, oler y saborear directamente; es decir, utilizan todos sus sentidos. Las sesiones de aprendizaje experiencial al aire libre ayudan a los niños a aprender y jugar de forma natural, sin restricciones». El espacio del aula se amplía a campos, jardines y áreas ecológicas, donde los niños no solo observan, sino que también prueban muchas actividades que les resultan nuevas, como plantar árboles, hornear, recoger fresas y alimentar a los erizos. A partir de ahí, desarrollan su capacidad de explorar, recordar y reaccionar con flexibilidad ante situaciones de la vida real, algo que los libros o las imágenes no pueden transmitir plenamente.
Muchos padres se preguntan: ¿Son los niños en edad preescolar demasiado pequeños para viajar? ¿Es seguro? ¿Aprenderán algo? Pero en realidad, estos viajes son oportunidades para que los niños aprendan valiosas lecciones de vida sobre la independencia, la amistad, la cooperación e incluso la superación del miedo.
“Mi hija es tímida por naturaleza y solo juega con sus abuelos. Después del viaje a la granja Trang, regresó a casa emocionada contando historias e incluso trajo una canasta de fresas que ella misma recogió para dárselas a sus abuelos y padres”, compartió la Sra. Tran Thi Nhung, madre de Sam Son City.
Además, el turismo experiencial ayuda a los niños a aprender a comunicarse, esperar su turno, escuchar a los demás y seguir las reglas generales. Estas son habilidades importantes para el desarrollo del carácter y la adaptación social en etapas posteriores de la vida. Algunos programas también incorporan elementos de educación sexual, protección del medio ambiente y bienestar animal mediante juegos y situaciones de la vida real, lo que permite que los niños se eduquen de forma natural y sin coerción.
En particular, uno de los grandes beneficios del turismo experiencial es crear un espacio de conexión entre niños y adultos, incluyendo profesores y padres. Durante este viaje, el profesor no solo es un instructor, sino también un acompañante, un guía y alguien que comparte emociones con los niños.
Después de la experiencia, noté que mi hija se encariñó más con la maestra. Volvía a casa y nos contaba historias de cómo la maestra la llevaba en brazos por los charcos, recogían fresas juntas y plantaban árboles. Estas historias nos tranquilizaron —compartió el Sr. Nguyen Van Tung—.
Hoy en día, muchos programas fomentan la participación de los padres para fomentar una conexión tripartita: escuela, familia y estudiantes. En una sociedad ajetreada donde escasea el tiempo de calidad entre padres e hijos, los viajes experienciales preescolares se convierten en una oportunidad especial para que toda la familia se desconecte temporalmente de la tecnología y fortalezca sus vínculos.
En medio de la vida moderna, los niños están cada vez más rodeados de tecnología, espacios reducidos y oportunidades cada vez más limitadas para el aprendizaje experiencial. En este contexto, el viaje experiencial no se trata solo de un cambio de aires o simple entretenimiento, sino también de una oportunidad única para que los niños crezcan conectados con la naturaleza, con la comunidad y con lecciones de vida vívidas y emocionalmente enriquecedoras.
Artículo y fotos: Phuong Do
Fuente: https://baothanhhoa.vn/nhung-bai-hoc-khong-co-trong-sach-vo-253121.htm










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