El 7 de diciembre, el Consejo de Estado de la República Popular China (el gobierno chino) anunció una ampliación de su plan de "protección del cielo azul", que incluye la prohibición de la construcción de nuevas fábricas de acero para reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire.
Anteriormente, China había tomado medidas enérgicas para prohibir la construcción de nuevos proyectos siderúrgicos en ciertas zonas del país. Las prohibiciones buscan reducir la concentración de material particulado (PM2.5) en las principales ciudades en un 10 % para 2025, en comparación con los niveles de 2020. Según la Agencia de Noticias Xinhua, el año pasado más del 25 % de las ciudades chinas no cumplieron con el estándar de PM2.5 de 40 microgramos/m³.
Según investigadores de la Academia de Ciencias de China, las emisiones de la industria del acero han aumentado en los últimos años y representan entre el 15 y el 18% de las emisiones totales de carbono de China en 2020.
El plan del Consejo de Estado busca reducir la cantidad de acero producido en altos hornos. Foto: Reuters.
Según el plan de acción, para 2025, más del 80% de la capacidad de producción de acero de China "completará las tareas de transición hacia emisiones ultrabajas".
En Hebei, la principal provincia productora de acero de China, el número de empresas siderúrgicas se ha reducido en casi un 70 % para cumplir con los objetivos locales, según la Agencia de Noticias Xinhua. Esto ha reducido significativamente las concentraciones de PM2,5 de 104 microgramos/m³ en 2013 a 38,9 este año.
Además de la prohibición de construir más plantas de acero, el plan también propone varias otras medidas para mejorar la calidad del aire, incluida la eliminación gradual de equipos de producción obsoletos en industrias de altas emisiones y la promoción del desarrollo de industrias verdes.
Con este plan, China pretende restringir los proyectos de alto consumo energético y altas emisiones, a la vez que exige proyectos alternativos. Estos proyectos de expansión o reemplazo deberán someterse a evaluaciones ambientales y de ahorro energético.
Otros objetivos para 2025 incluyen una reducción del 10% en las emisiones de compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno en comparación con los niveles de 2020.
El plan también establece políticas específicas para zonas clave como las megaciudades al norte de Pekín y Tianjin, así como las zonas que rodean la provincia de Hebei, Shanghái y el delta del río Yangtsé. Ambas regiones deberán reducir el consumo de carbón en un 10% y un 5%, respectivamente.
Mientras tanto, el número de vehículos de transporte público que utilizan nuevas energías y la cobertura de estaciones de carga rápida deben alcanzar el 80% en áreas clave, mientras que la energía no derivada de combustibles fósiles debe representar el 20% del consumo total de energía.
El plan también exige aumentar la producción de gas natural para reducir la necesidad de calefacción a carbón en los hogares.
Otras medidas incluyen fortalecer la supervisión de las industrias, mejorar las políticas ambientales sin dejar de considerar los objetivos económicos y mejorar la cooperación internacional en cuestiones como la contaminación del aire.
Hoai Phuong (según la agencia de noticias Xinhua, SCMP)
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