Este plato especial de la aldea de Duong Lam no solo es famoso por su sabor distintivo, sino también por su elaborada y singular preparación. Cada pieza de panceta de cerdo, de aproximadamente 1 kg, tarda hasta 6 horas en prepararse. Por lo tanto, si no dispone de mucho tiempo, puede pedirlo con antelación para disfrutarlo.
El primer paso es elegir un buen trozo de carne. La tercera parte tiene la piel gruesa, y las capas de carne y grasa se entrelazan uniformemente como una "triple capa". Luego, la carne se marina cuidadosamente con especias habituales como albahaca, pimienta, cebolla fresca, salsa de pescado y sal. Lo que hace atractiva la carne asada son las hojas de guayaba. Las hojas jóvenes se pican y se marinan con la carne, mientras que las hojas viejas se usan para recubrir la carne antes de asarla. El rico sabor de las hojas se funde con la carne, haciendo que el sabor de la carne asada sea inolvidable. Muchos exigentes también piden buena carne del matadero para asegurarse un trozo grueso, crujiente, pero a la vez fragante y firme.
Tras el marinado, la carne se envuelve cuidadosamente en una vara grande de bambú forrada con hojas de plátano. Esta vara es muy resistente y grande para asegurar que la carne quede completamente cubierta. No se utiliza ningún otro material que no sea bambú, ya que esto afectaría el aroma del producto final.
Al asar, la carne se coloca a medio metro de altura. Cuando esté poco hecha, baje la altura a unos 30 cm para que esté más cerca del fuego. Continúe asando la carne uniformemente; en este punto, la carne adquiere un atractivo color dorado. Asar durante unos 90 minutos, luego bajar la altura unos 10 cm, bajar un poco el fuego y, a partir de ese momento, solo queda carbón en la estufa.
La piel del cerdo asado debe estar crujiente e inflada. En este punto, el chef usa una brocheta de bambú para hacerle agujeros hasta que reviente. El proceso completo, desde la cocción a la parrilla hasta el producto final, dura aproximadamente seis horas. Durante este tiempo, es necesario que el chef esté en la cocina para apreciar plenamente la sofisticación de esta antigua especialidad del pueblo.
El cerdo a la parrilla tiene una piel crujiente y un aroma a guayaba. Dentro de esta crujiente piel se encuentra una capa de carne dulce, suave y grasosa que se puede comer a voluntad sin cansarse. Al llegar al antiguo pueblo de Duong Lam, además de disfrutar de su encantador paisaje, no olviden probar el rico sabor del famoso cerdo a la parrilla de los lugareños.
Revista Heritage
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