Esta es la enfermedad más común dentro del grupo de enfermedades de la columna vertebral. Suele comenzar en la adolescencia. La incidencia de la enfermedad es de 2 a 3 veces mayor en hombres que en mujeres.
Si la espondilitis anquilosante no se trata de forma temprana y adecuada, progresará a inflamación y adherencias de las articulaciones espinales y periféricas, causando joroba, pérdida de función y discapacidad.
Causas de la espondilitis anquilosante
La causa de la espondilitis anquilosante aún no está clara; sin embargo, estudios demuestran que la enfermedad podría estar relacionada con factores genéticos. Se ha observado que la prevalencia en gemelos idénticos es del 63 %, mientras que en gemelos fraternos es del 13 %. Si un familiar (padre, madre, hermano, hijo) padece la enfermedad, la probabilidad de padecerla aumenta de 6 a 16 veces.
Estudios han encontrado muchos genes relacionados con la espondilitis anquilosante, en los cuales se ha demostrado que el HLA-B27, un gen que regula el antígeno leucocitario humano, está relacionado con la patogénesis de la enfermedad cuando el 90% de los pacientes con espondilitis anquilosante tienen presencia de HLA-B27.
Síntomas de la espondilitis anquilosante
La espondilitis anquilosante no es una enfermedad rara, con una incidencia de alrededor del 1-1,4% de la población.
El síntoma más temprano y característico de esta enfermedad es el dolor lumbar inflamatorio, que puede ir acompañado de rigidez matutina. A diferencia del dolor de espalda mecánico habitual, el dolor de espalda inflamatorio debido a la espondilitis anquilosante suele:
- Dura al menos 3 meses
- Puede comenzar muy temprano, generalmente entre los 17 y los 45 años.
- La intensidad al inicio es insidiosa y aumenta con el tiempo.
- No mejora con el reposo pero sí con ejercicio ligero.

La espondilitis anquilosante puede causar discapacidad si no se interviene y trata adecuadamente.
Sin embargo, el diagnóstico de la enfermedad se pasa por alto fácilmente o se diagnostica tarde debido a muchas razones subjetivas y objetivas, tales como:
- Los pacientes no acuden al médico, intentan aguantarse o compran analgésicos para tomarlos ellos mismos.
- Los médicos diagnosticaron erróneamente otras enfermedades comunes de la columna, como hernia de disco y degeneración de la columna lumbar.
- Los síntomas son inespecíficos, lo que dificulta el diagnóstico.
El diagnóstico y el tratamiento tempranos ayudarán a los pacientes a evitar el riesgo de discapacidad, convirtiéndose en una carga para ellos mismos, sus familias y la sociedad. Por lo tanto, para evitar pasar por alto el diagnóstico de espondilitis anquilosante, los médicos y los pacientes deben prestar atención a los siguientes síntomas:
Dolor de espalda crónico que dura más de 3 meses y que comienza en personas jóvenes, especialmente hombres. Los síntomas del dolor de espalda suelen presentar las siguientes características: dolor en reposo, disminución al moverse y dolor frecuente por la noche o temprano en la mañana.
Algunos casos pueden presentarse con artritis periférica aislada: dolor e inflamación en una o varias articulaciones grandes, como la cadera, la rodilla y el tobillo, que persisten durante mucho tiempo en personas jóvenes, sin que se pueda establecer otro diagnóstico. En ese caso, también debe considerarse la espondilitis anquilosante.
Por lo tanto, al presentar los síntomas antes mencionados, el paciente debe ser remitido a un especialista en Medicina Interna para un diagnóstico definitivo y un tratamiento adecuado.
Complicaciones de la espondilitis anquilosante
Sin una intervención terapéutica oportuna, la espondilitis anquilosante progresará y se agravará, provocando rigidez de la columna y pérdida de movilidad.
La enfermedad no solo afecta la columna vertebral, sino que incluso puede afectar el tórax, lo que causa limitaciones en la capacidad y la función pulmonar. Además de los problemas óseos y articulares, los pacientes pueden experimentar las siguientes complicaciones:
- Uveítis: Esta es una de las complicaciones más comunes. Los síntomas pueden aparecer repentinamente, causando dolor ocular, mayor sensibilidad a la luz y visión borrosa.
- Lesiones por compresión: Algunos pacientes pueden tener riesgo de osteoporosis, que debilita la columna vertebral y aumenta su probabilidad de fractura. Esta afección empeora la postura del paciente al inclinarse hacia adelante. Además, las lesiones de columna pueden ejercer presión sobre la médula espinal y dañarla, así como los nervios que se originan en ella.
- Problemas cardiovasculares: La espondilitis anquilosante puede provocar una inflamación de la aorta, lo que puede deformar la válvula aórtica y afectar la función y la actividad del corazón.
La espondilitis anquilosante es una enfermedad genética y puede causar discapacidad si no se interviene y trata adecuadamente. Por lo tanto, al ser diagnosticada, los pacientes deben seguir el tratamiento indicado por el médico.
Fuente: https://suckhoedoisong.vn/dau-vung-that-lung-am-i-keo-dai-coi-chung-viemcotsongdinhkhop-169251203200219618.htm






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