Hasta ahora, los astronautas han dependido de alimentos preenvasados durante los vuelos espaciales. Pero con el objetivo de lanzar misiones a mayores distancias, la NASA ha lanzado un concurso que espera que marque el comienzo de una nueva era de alimentación sostenible en el espacio.
«Los alimentos preenvasados que se utilizan en la Estación Espacial Internacional tienen una vida útil de 18 meses. Actualmente no disponemos de alimentos que puedan sustentar una misión a Marte», afirmó Ralph Fritsche, director sénior de proyectos de producción de cultivos espaciales en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida. «El mismo problema se presentará con las misiones de mayor duración a la Luna».
Según la NASA, los humanos tardarán en llegar a Marte, pero la Luna pronto será una realidad. En 2024, la NASA planea enviar cuatro astronautas a orbitar la Luna como parte del Programa Artemis. Esta será la primera tripulación en alunizar desde el Apolo 17 en 1972. (El Apolo 17 (7-19 de diciembre de 1972) fue la última misión de alunizaje del programa Apolo de la NASA, y también la última vez que los humanos pisaron la Luna). El objetivo de la NASA es retomar la campaña para enviar humanos de vuelta a la Luna, y la estancia allí durará no solo unos días, sino posiblemente semanas, meses o incluso más tiempo.
Para abordar el problema del suministro de alimentos a los astronautas en misiones de larga duración, la NASA lanzó el Desafío de Alimentos para el Espacio Profundo en enero de 2021, solicitando a las empresas que propusieran nuevas formas de cultivar alimentos sostenibles. De las 200 empresas iniciales, la segunda fase (a partir de enero de 2023) cuenta con solo 11 equipos, incluyendo 8 de Estados Unidos y 3 internacionales. El 19 de mayo, la NASA anunció los equipos que avanzaron a la fase final de la competencia. Los equipos ganadores se darán a conocer en abril de 2024, una vez que sus propuestas hayan sido evaluadas con mayor detalle.
“La fase 2 consiste en una demostración a nivel de cocina. La fase 3 desafiará a los equipos a ampliar la escala de su tecnología. Los equipos deberán demostrar que su sistema de producción de alimentos puede funcionar de forma continua durante tres años y proporcionar suficiente comida para una tripulación de cuatro personas en una futura misión espacial. Las propuestas deben tener como objetivo crear una variedad de alimentos nutritivos para los astronautas”, declaró Angela Herblet del Centro de Vuelos Espaciales Marshall de la NASA en Alabama.
| Air Company, una de las cinco finalistas con sede en Estados Unidos, |
Air Company, una de las cinco finalistas con sede en Estados Unidos, ha diseñado un sistema alimentario que utiliza el dióxido de carbono (CO2) emitido por los astronautas en el espacio para producir vino, que luego se puede usar para cultivar alimentos. La empresa también ha investigado formas de producir alcohol para combustible de aviones y perfumes a partir de CO2.
“Producir alimentos a partir del aire puede sonar extraño, pero en realidad es mucho más sencillo”, dijo Stafford Sheehan, cofundador y director de tecnología de Air Company. “Tomamos CO2, lo combinamos con agua y electricidad, y creamos proteínas”.
El proceso produce alcohol, que luego se fermenta, creando así «algo comestible», explicó Sheehan. La empresa ha creado una proteína que describe como similar a la del seitán, un sustituto vegano de la carne. «Tiene muy buen sabor. El sistema fermentará continuamente para proporcionar alimento a los astronautas. Cuando necesiten proteínas en el espacio, podrán obtenerlas a partir de esta levadura en crecimiento».
| Concepto del Laboratorio Interestelar en Florida. |
Interstellar Lab, finalista de la Fase 3 con sede en Florida, Estados Unidos, también está adoptando un enfoque diferente. Su sistema, llamado NUCLEUS, consiste en un conjunto modular de cajas del tamaño de una tostadora. Cada una es autónoma, con su propio sistema de humedad, temperatura y riego. El diseño permite a los astronautas cultivar fácilmente una variedad de vegetales e incluso insectos como la mosca soldado negra, considerada una fuente prometedora de proteínas. «Estamos trayendo una pequeña parte del ecosistema terrestre al espacio», afirmó Barbara Belvisi, fundadora y directora ejecutiva de la compañía. «Se pueden cultivar hongos, insectos y brotes simultáneamente».
Los astronautas necesitarán entre tres y cuatro horas semanales para plantar, podar y cultivar, pero gran parte de este proceso estará automatizado mediante inteligencia artificial. «La NASA no pretende eliminar por completo la intervención humana», afirma Belvisi. La empresa también ha diseñado módulos inflables de mayor tamaño, denominados BioPods, que espera que algún día puedan utilizarse en la Luna o Marte.
Una de las tres empresas finalistas extranjeras es Mycorena, con sede en Suecia. Su sistema de producción de alimentos, AFCiS, produce una proteína llamada micoproteína mediante fermentación fúngica para sustituir las fuentes animales o vegetales. «La micoproteína tiene un alto contenido proteico, hasta un 60%, y también es rica en fibra, vitaminas y nutrientes, y baja en grasas y azúcares», afirma Kristina Karlsson, directora de investigación y desarrollo de la empresa. «La micoproteína en sí misma tiene poco sabor, es muy neutra, similar al umami o al pan de levadura. Su procesamiento, que incluye la combinación con condimentos o especias, permite crear una variedad de alimentos, como hamburguesas o nuggets. Un módulo integrado al sistema imprime en 3D los hongos dándoles la forma deseada. «Puedes elegir en la pantalla y comerte un trozo de pollo», concluye Karlsson.
| El sistema AFCiS de Mycorena (izquierda) produce una micoproteína rica en nutrientes que también se puede utilizar para crear figuras impresas en 3D. |
Las ideas ganadoras de este concurso no se utilizarán de inmediato en futuras campañas de alunizaje, pero demuestran la viabilidad de futuras misiones espaciales, según la NASA. «Hay que empezar con años de antelación para asegurarse de contar con la capacidad necesaria cuando se necesite. Estas capacidades parecen prometedoras», afirmó Fritsche, gerente sénior de proyectos de producción de cultivos espaciales en el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida.
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