Los expertos dicen que los baños calientes son una forma sencilla de ayudar a las personas a adaptarse al calor del verano, reemplazando el ejercicio en los días en que las temperaturas exteriores son altas.
Las altas temperaturas del verano dificultan el ciclismo, correr y caminar al aire libre, lo que puede interrumpir la rutina de entrenamiento de muchas personas. Tomar baños calientes durante varios días seguidos o pasar al menos media hora en la sauna todos los días es bueno para la salud, especialmente para los deportistas.
Adaptarse al clima
Al moverse en climas cálidos, el cuerpo genera calor interno. Si no se libera suficiente calor, se corre el riesgo de sufrir agotamiento por calor o incluso un golpe de calor. Para disipar este calor, el corazón bombea sangre caliente desde los músculos hacia la piel. El cuerpo también suda para liberar más calor. Sin embargo, en climas cálidos y húmedos, este proceso no parece compensar el aumento de la temperatura corporal interna. El corazón late más rápido, transportando más sangre, y el sudor se acumula en la piel, dificultando cada paso y aumentando la temperatura corporal.
La aclimatación al calor ayuda al cuerpo a acostumbrarse al ejercicio en climas cálidos. El volumen de sangre en el cuerpo aumenta, lo que reduce la presión sobre el corazón. Además, el sudor se expulsa antes y en mayor cantidad, lo que reduce la sensación de estrés cuando sube la temperatura.
Este proceso de adaptación no es fácil. Los atletas suelen necesitar unas 10 series de entrenamiento de intensidad creciente durante las horas más calurosas del día. Este es un régimen de entrenamiento difícil, no apto para personas normales. Una forma más sencilla es tomar un baño caliente.
Mujer en la bañera. Foto: Freepik
Un baño caliente es como hacer ejercicio.
Andrew Greenfield, especialista de Baptist California, explicó que la inmersión en agua caliente es un método pasivo de aclimatación a la temperatura. Normalmente, el cuerpo no distingue entre el calentamiento por ejercicio y la exposición al agua tibia o al calor. Los músculos, la frecuencia cardíaca y el sudor aumentan inconscientemente. Por lo tanto, este método puede ayudar a aclimatarse al calor.
En un estudio de 2015, científicos pidieron a 17 hombres sanos que corrieran en una cinta a un ritmo moderado en una habitación a temperatura ambiente durante 40 minutos. Luego, los sumergieron en agua hasta el cuello a 33 °C durante los primeros 40 minutos y, posteriormente, a 40 °C durante los siguientes 40 minutos.
Los resultados mostraron que la inmersión en agua caliente mejoró la adaptación de los voluntarios. Al ejercitarse en el laboratorio caliente, sudaron más rápido y sintieron menos calor que el grupo de control. También corrieron distancias más largas, según la cinta de correr.
Desde entonces, los científicos han realizado pruebas a voluntarios de distintas edades. Un estudio de 2021 descubrió que sumergir a las personas en agua fría durante 30 minutos después del ejercicio, seguido de agua caliente durante 30 minutos, les ayudó a adaptarse mejor a la temperatura.
Michael Zurawlew, investigador de Liverpool John Moores, recomienda un nivel de agua de 40 grados Celsius para quienes deseen practicar baños calientes. El tiempo más adecuado para la primera vez es de 20 minutos, y luego se puede aumentar gradualmente.
“Si empieza a sentirse mareado, aturdido o con náuseas, deténgase y salga con cuidado de la bañera”, dice.
Según Zurawlew, haz ejercicio y suda antes de ducharte, llénate la ducha hasta el cuello y relájate.
Thuc Linh (según el Washington Post )
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