
Temprano por la mañana, cuando la superficie del agua aún está tranquila y soñolienta, el río Ca Ty es como un espejo gigante que refleja los primeros rayos de sol. El sol sale del mar, salpicando innumerables gotas brillantes de oro, haciendo que las ondas también brillen con un color jade. Algunos barcos de cesta y pequeñas embarcaciones se deslizan lentamente, el sonido de los remos salpicando el agua como el susurro del río. La gente del lugar, aunque familiarizada con él, todavía se detiene a contemplar ese apacible momento del amanecer.
Al mediodía, el sol abrasador era como un fuego que rociaba el agua. Bajo la sombra de los banianos y cocoteros de la orilla, la gente buscaba un poco de sombra, contemplando de vez en cuando el río Ca Ty fluía rítmicamente bajo el sol abrasador. Los viejos tejados de tejas rojas y los modernos rascacielos se reflejaban en el agua, fundiéndose como la coexistencia de los recuerdos y el presente.
Por la tarde, el viento del río Ca Ty es fresco y trae consigo un toque de la salinidad del mar. La superficie del agua, de un azul oscuro, refleja la brillante puesta de sol como una pintura al óleo clásica. Algunas personas pescan tranquilamente, con la mirada perdida, como si hablaran con el agua. El viento trae el característico olor penetrante del río, un aroma que solo quienes han vivido en las orillas del Ca Ty pueden reconocer, incluso con los ojos cerrados.
Al caer la noche, el río Ca Ty se transforma en una misteriosa franja de seda negra. Las luces de los puentes y las riberas se desvanecen, rompiéndose en miles de fragmentos brillantes. El paseo ribereño rebosa de pasos, risas y conversaciones, mezclados con el murmullo del agua. El Ca Ty aún fluye tranquilamente, atravesando muchas historias, muchas vidas, guardando los secretos de Phan Thiet.
Dicen que cada tierra tiene un corazón. Para Phan Thiet, ese corazón es el río Ca Ty. El río no solo nutre a la gente con su fuente de agua y sus viajes, sino que también evoca recuerdos con las vibrantes temporadas de regatas, las temporadas de crecidas o los hermosos días soleados que brillan como la seda.
Quienes vienen aquí suelen detenerse en las orillas del Ca Ty, contemplan la calma del agua, sienten la fresca brisa que sopla desde el lecho y se dejan llevar por la paz, se sienten más ligeros y tranquilos. En el futuro, aunque las calles se modernicen, las casas se hagan más altas y las luces se vuelvan más brillantes, el río Ca Ty seguirá fluyendo suavemente del pasado al futuro, contando la historia de esta tierra con el lenguaje mudo de las olas. Quien alguna vez estuvo a la orilla, escuchando el sonido del viento y el agua, jamás olvidará ese fluir suave y persistente.
Fuente: https://baolamdong.vn/nhip-chay-dieu-dang-cua-song-ca-ty-387648.html
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