A pesar de tener poco más de 500 palabras, la carta contiene una gran visión de un sistema educativo independiente, humano, liberal e inclusivo; y al mismo tiempo inspira la aspiración nacional de alcanzar alturas globales.
El tío Ho comenzó la carta con palabras sencillas pero llenas de orgullo: «Hoy es el primer día de clases en la República Democrática de Vietnam». Tras casi un siglo de dominio colonial, los estudiantes vietnamitas pudieron por primera vez estudiar en un país independiente, con un sistema educativo enteramente en beneficio de su nación.
Enfatizó que el nuevo sistema educativo debe "formar a los estudiantes para que sean ciudadanos útiles para Vietnam", a la vez que contribuye a "desarrollar plenamente las capacidades inherentes" de cada estudiante. Esta es una filosofía educativa moderna que centra al estudiante en el centro, valora la individualidad y promueve el desarrollo humano integral.
La filosofía educativa del Tío Ho trascendió la formación individual y abarcó una visión comunitaria y nacional. Esta es también la dirección de la educación moderna: no solo enseñar conocimientos, sino también fomentar el autoaprendizaje, el pensamiento crítico, la creatividad y el sentido de responsabilidad social.
El presidente Ho Chi Minh no solo se centró en la educación nacional, sino que también demostró claramente una ideología abierta e inclusiva. Fomentó especialmente el aprendizaje de idiomas extranjeros, el acceso a la ciencia y la tecnología avanzadas y la expansión de las perspectivas internacionales. Este principio rector de la educación vietnamita actual es preservar la identidad nacional y estar siempre dispuestos a absorber lo mejor de la humanidad.
En particular, el consejo del tío Ho en la carta se convirtió en un grito de guerra eterno: "Que la nación vietnamita se vuelva hermosa y próspera, y que el pueblo vietnamita alcance la cima de la gloria y esté hombro con hombro con las grandes potencias de los cinco continentes, depende en gran medida de los esfuerzos de aprendizaje de ustedes, los jóvenes".
No fue solo un mensaje de aliento, sino también un mensaje de gran esperanza para las generaciones más jóvenes. Este consejo se ha convertido en un principio rector para generaciones de estudiantes vietnamitas, fomentando el espíritu de aprendizaje, la búsqueda de la excelencia y la contribución al país.
Desde las sencillas aulas de la época de la guerra de resistencia hasta las modernas salas de conferencias de hoy, los estudiantes vietnamitas han ido haciendo realidad las aspiraciones del presidente Ho Chi Minh a través de acciones y resultados concretos.
Tras casi 40 años de reformas, Vietnam ha alcanzado logros notables. Su PIB ha superado los 506 mil millones de dólares, casi 20 veces más que en 1986, ubicándose en el puesto 33 a nivel mundial . En los campos de la ciencia y la educación, numerosos científicos vietnamitas han recibido reconocimiento internacional. Los estudiantes vietnamitas obtienen constantemente altos resultados en las olimpiadas internacionales, situándose entre los 10 mejores en numerosas materias. Estos logros confirman el potencial intelectual y la competitividad global de la joven generación vietnamita.
Sin embargo, la educación no debe centrarse únicamente en el desarrollo intelectual, sino también en la formación del carácter, fomentando la responsabilidad social, la ambición y la capacidad de integrarse en la comunidad global. En la era de la globalización, la transformación digital y la inteligencia artificial, Vietnam necesita ciudadanos globales con competencias profesionales y comprensión cultural, así como con un pensamiento independiente y creativo, y un espíritu de servicio.
Una nación solo es verdaderamente fuerte cuando despierta aspiraciones y conocimiento en cada generación. Y ahora, la aspiración de "estar a la par con las principales potencias mundiales" se está haciendo realidad gradualmente gracias al esfuerzo constante en cada aula, en cada individuo y en cada política innovadora.
Desde la educación hasta la estrategia nacional de desarrollo, cada esfuerzo de hoy es la manera en que la generación actual continúa escribiendo ese legado sagrado. El camino hacia el futuro de la nación se está fortaleciendo aún más, comenzando con el XIV Congreso Nacional del Partido en 2026. La visión de que Vietnam se convierta en una nación desarrollada, de altos ingresos, feliz y civilizada para 2045, capaz de competir con el resto del mundo, se está haciendo realidad gradualmente.
Fuente: https://thanhnien.vn/tam-nhin-vi-dai-ve-nen-giao-duc-185250904214205919.htm






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