Al comer demasiada sal y proteínas, los riñones son susceptibles de sufrir daños a través de los siguientes mecanismos:
La sal aumenta la presión de filtración glomerular
La sal es rica en sodio. Cuando se consume mucha sal, el cuerpo reacciona reteniendo agua para equilibrar los niveles de sodio. Este proceso aumenta el volumen y la presión sanguínea en el sistema vascular, especialmente en los capilares de los glomérulos. Los glomérulos son donde se lleva a cabo el proceso de filtración sanguínea, según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido).

Una dieta rica en proteínas y sal ejerce presión sobre los riñones.
FOTO: AI
La hipertensión arterial prolongada daña el endotelio de los vasos sanguíneos y provoca el engrosamiento de las paredes capilares, lo que perjudica la función de filtración natural de los riñones. Este mecanismo se denomina hipertensión glomerular.
Cuando los glomérulos tienen que filtrar sangre a alta presión durante un tiempo prolongado, las células filtrantes se dañan, causando proteinuria. Esta condición se caracteriza por la pérdida de proteínas en la orina y es uno de los primeros signos de enfermedad renal crónica.
Las proteínas ejercen estrés metabólico en los riñones.
Una dieta rica en proteínas, especialmente proteínas animales, hace que los riñones trabajen más para eliminar subproductos del metabolismo de las proteínas, como la urea, la creatinina y el ácido úrico.
Las investigaciones demuestran que consumir más de 1,5 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día puede causar hiperfiltración temporal del glomérulo. Esta condición se caracteriza por un aumento en la velocidad de filtración de la sangre por parte de los riñones para procesar los desechos. Si esta condición persiste, desgasta las células filtrantes, lo que provoca un deterioro de la función renal.
Cuando se produce hiperfiltración glomerular, los riñones de las personas sanas pueden adaptarse durante un tiempo. Sin embargo, en personas con enfermedades subyacentes, como hipertensión o diabetes, el consumo excesivo de proteínas es un factor que acelera la progresión del daño renal.
Hiperacidez
Los alimentos ricos en proteína animal, como la carne roja, los huevos y el marisco, al metabolizarse, producen compuestos que contienen azufre. Estos compuestos se oxidan aún más a ácido sulfúrico, lo que aumenta ligeramente la acidez de la sangre y obliga a los riñones a trabajar más para neutralizar y mantener un pH estable. Este proceso consume mucha energía y aumenta la presión metabólica sobre los riñones.
Además, si los niveles de ácido en la sangre aumentan, los riñones movilizarán el calcio de los huesos para neutralizar el ácido, lo que conduce a la osteoporosis y a un mayor riesgo de cálculos renales.
Mientras tanto, las fuentes de proteínas vegetales como las lentejas, la soja o la quinoa son ricas en potasio y magnesio, que ayudan a neutralizar el ácido y a reducir la carga sobre los riñones, al tiempo que protegen indirectamente mejor los huesos.
Aumento del estrés oxidativo en el riñón
Cuando la dieta combina alto contenido de sal y alto contenido de proteínas, especialmente carne procesada, el metabolismo generará más radicales libres, aumentando el estrés oxidativo y causando inflamación microvascular renal.
Además, el estrés oxidativo a largo plazo también daña las membranas de las células renales, reduce la capacidad del tejido renal para repararse a sí mismo y aumenta el riesgo de glomeruloesclerosis, según Medical News Today .
Fuente: https://thanhnien.vn/vi-sao-than-de-bi-ton-thuong-khi-an-qua-nhieu-muoi-va-protein-185251025133553441.htm






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