Phu Tho: Un paciente de 4 años fue mordido en el ojo por un perro. Se desconocen las circunstancias de la mordedura. Al ingresar al hospital, se le rompió el conducto lagrimal y requirió cirugía reconstructiva.
El 5 de noviembre, un representante del Hospital General Hung Vuong informó que el niño ingresó con un párpado inferior desgarrado y dolorido. Su familia lo llevó a vacunar contra la rabia y el tétanos. El médico diagnosticó que la herida en el párpado inferior y la rotura del conducto lagrimal bajo el ojo derecho eran consecuencia de una mordedura de perro.
El equipo quirúrgico suturó la herida del párpado y reconstruyó el conducto lagrimal desgarrado del ojo derecho. Afortunadamente, la cirugía fue exitosa y el conducto lagrimal se reconectó. Los pacientes con conductos lagrimales desgarrados que no se reconecten experimentarán lagrimeo, lo que afectará sus actividades diarias y causará infecciones oculares.
Según los médicos, los casos en que los perros atacan a niños pequeños en la cabeza, la cara y el cuello son muy peligrosos y dejan graves consecuencias. Cuando un niño es mordido por un perro, los padres deben limpiar la herida con agua corriente para eliminar los patógenos. Luego, usen una gasa o un paño limpio para vendar suavemente, lo que ayuda a detener el sangrado y a limitar la proliferación bacteriana. Lleven rápidamente a la víctima al centro médico más cercano para recibir apoyo y tratamiento oportunos.
Los médicos recomiendan que las familias con niños pequeños limiten la tenencia de perros. Las mascotas deben estar vacunadas contra la rabia, mantenerse en una zona remota, usar bozal y recordarles a los niños que eviten el contacto o jugar con los perros mientras comen o duermen.
Thuy Quynh
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