En los últimos 400 años, ha habido cientos de informes del extraño fenómeno de la llamada combustión humana espontánea (CHE), lo que ha provocado mucha curiosidad y especulación.
La combustión humana espontánea (CSH) es un fenómeno muy controvertido. (Imagen: Lucas le coadou/EyeEm/Adobe Stock)
¿Qué es la combustión humana espontánea?
La combustión espontánea ocurre cuando un objeto arde sin una fuente de ignición externa: la llama se forma a partir de reacciones químicas internas. En el caso de los humanos, este fenómeno se denomina combustión humana espontánea (CHS). Sin embargo, la CHS sigue siendo controvertida y carece de una explicación científica definitiva.
Los casos que se cree que son de SHC suelen compartir varias características comunes: el cuerpo queda destruido, mientras que todo lo que lo rodea permanece casi intacto. Sin embargo, no siempre todo el cuerpo queda reducido a cenizas. En algunos casos, solo se quema el torso, dejando las extremidades intactas.
Además, los casos de SHC a menudo carecen de una fuente de calor clara que pudiera haber causado el incendio. La mayoría de las víctimas comparten características comunes, como ser mayores, tener sobrepeso, estar socialmente aisladas, ser mujeres y haber consumido grandes cantidades de alcohol.
La SHC nunca se ha observado con fiabilidad. A pesar del escepticismo, a veces se acepta en la ciencia forense y se cataloga como causa legítima de muerte. Por ejemplo, en 2011, un investigador determinó que la muerte de un hombre de 76 años en Galway, Irlanda, se debió a la SHC.
Casos pasados de combustión humana espontánea
Se han registrado casos de combustión humana espontánea (CHE) desde el siglo XVII, un gran número de ellos en el siglo XIX, pero solo unos pocos en los últimos 100 años. El caballero italiano Polonus Vorstius es el primer caso registrado de combustión humana espontánea, según el experto médico Thomas Bartholin. Una noche de 1470, mientras descansaba y bebía unas copas de vino, Vorstius vomitó repentinamente fuego, estalló en llamas y murió quemado delante de sus padres.
Thomas Bartholin registró este suceso en su obra "Historiarum Anatomicarum Rariorum" en 1641, casi dos siglos después del incidente. Afirmó haberlo oído de los descendientes de Vorstius. Sin embargo, muchos dudan de la veracidad de la historia debido a la gran diferencia temporal.
Posteriormente se produjeron varios casos más, incluidos los relacionados con el alcohol, lo que llevó a la hipótesis de que la SHC era consecuencia del consumo excesivo de alcohol. En 1851, el químico alemán Justus von Liebig realizó una serie de experimentos y descubrió que las muestras anatómicas conservadas en etanol al 70 % no se quemaban, al igual que los ratones inyectados con etanol, lo que refutó la hipótesis de que el alcohol fuera la única causa de la SHC.
No se puede culpar al alcohol; se han propuesto muchas otras teorías, que van desde los gases intestinales, la bioelectricidad, las mitocondrias hiperactivas e incluso el diablo, pero ninguna de ellas tiene mucho mérito científico.
Mary Reeser murió misteriosamente en 1951, dejando tras de sí un montón de cenizas. Foto: Wikimedia
Uno de los casos más famosos de SHC ocurrió en 1951, cuando la viuda Mary Reeser murió quemada misteriosamente en su propio apartamento en San Petersburgo, Florida, EE. UU. Reeser era una mujer con sobrepeso, que pesaba aproximadamente 77 kg, según el St. Petersburg Times.
El cuerpo y el sillón en el que estaba sentada quedaron completamente quemados, quedando solo sus pies. El techo y las paredes superiores estaban cubiertos de hollín negro, pero los muebles y las paredes inferiores no se vieron afectados. La detective Cass Burgess, quien investigó el caso, confirmó que no había indicios de sustancias inflamables comunes como éter, queroseno o gasolina.
En 2009, el reportero Jerry Blizin, quien cubrió el caso de 1951, revisó los hechos y añadió nuevos detalles. Según él, el FBI concluyó que la grasa corporal de Reeser fue la causa del incendio. Esa fatídica noche, Reeser le dijo a su hijo que se saltaba la cena para tomar dos pastillas para dormir. La última vez que su hijo vio a Reeser fue cuando estaba sentada en un sillón fumando.
Explicación moderna
La explicación más plausible es el efecto mecha. Por ejemplo, alcohólicos aislados y con sobrepeso, envueltos en mantas, podrían derramar parte del alcohol que beben y luego dejar caer un cigarrillo encendido, lo que provoca una combustión lenta, según citó IFLScience a Roger Byard, profesor de Patología de la Universidad de Adelaida (Australia), el 17 de julio.
En esencia, el efecto absorbente requiere una fuente de ignición externa para fundir la grasa corporal. A través de un desgarro en la piel, la grasa se filtra en la ropa, actuando como la mecha de una vela, y arde durante un período prolongado a una temperatura relativamente baja.
Se ha demostrado que una mecha de tela en grasa humana fundida puede seguir ardiendo a temperaturas tan bajas como 24 grados Celsius, según Byard. Esto se considera una explicación de la limitada magnitud del incendio, ya que algunas partes del cuerpo y la ropa adyacente no resultaron afectadas. El proceso puede agravarse cuando se derrama alcohol sobre la ropa, especialmente si la víctima fuma.
El efecto mecha, derivado de una fuente de ignición externa no detectada, es actualmente la explicación científica predominante para los casos de combustión humana espontánea (CHE). «La CHE definitivamente no es real. Los humanos sí entran en combustión, pero no de forma espontánea. Por eso no se han registrado casos reales bajo observación fiable», declaró Byard.
Thu Thao (según IFL Science )
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