Antes del supuesto colapso de Pompeya en el año 79 d.C., los arqueólogos descubrieron una estructura perfectamente conservada y "congelada" de técnicas de construcción romanas debajo de la ceniza volcánica que la sepultó.

La cúpula del Panteón de Roma ostenta actualmente el récord de ser la estructura de hormigón no reforzado más grande aún existente en el mundo (Foto: Getty Images).
Allí encontraron pilas de materiales cuidadosamente apiladas, incluidos los componentes utilizados para mezclar el hormigón famoso por su durabilidad, detrás de monumentos como el Panteón, donde la enorme cúpula de hormigón no reforzado se ha mantenido en pie durante milenios.
La tecnología de “mezcla en caliente” revela la razón detrás de la extraordinaria durabilidad del hormigón romano.
Recientemente, un análisis completamente nuevo ha revelado que el secreto reside en una técnica que el científico de materiales Admir Masic, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), denomina "mezcla en caliente".
Este método implica mezclar directamente los componentes del hormigón, incluida una mezcla de ceniza volcánica puzolánica con cal viva, que reacciona con el agua para generar una gran cantidad de calor dentro de la mezcla.
Cuando todo el hormigón se calienta a altas temperaturas, se crean reacciones químicas que no ocurrirían con cal sola, formándose compuestos característicos de condiciones de alta temperatura.

Algunos materiales de construcción encontrados en Pompeya (Foto: Parque Arqueológico de Pompeya).
Sin embargo, el aumento de temperatura acorta significativamente el tiempo de fraguado y curado porque todas las reacciones ocurren más rápido, lo que permite una construcción a alta velocidad.
En particular, las partículas de cal viva restantes en la mezcla dieron al hormigón romano la capacidad de "autocurar" las grietas con el tiempo.
Cuando el hormigón se agrieta, las grietas tienden a extenderse a las partículas de cal, que tienen una superficie mayor que otras partículas de la matriz.
Cuando el agua penetra en las grietas, reacciona con la cal para crear una solución rica en calcio, que al secarse forma carbonato de calcio, sellando la grieta y evitando que se extienda.
Este material posee valor histórico y científico cuando se descifra correctamente. Tiene la capacidad de autorrepararse durante miles de años, funcionando de forma flexible y duradera.
"El hormigón romano resistió terremotos, erupciones volcánicas, sobrevivió bajo el agua y resistió la dura erosión ambiental", afirmó Masic en la revista Nature Communications.
Aunque la técnica de mezcla en caliente ayudó a explicar gran parte del misterio que rodea la durabilidad del hormigón romano, este hallazgo no coincide con la fórmula real descrita en el tratado De architectura del arquitecto Vitruvio.

Un muro del yacimiento de Pompeya y un análisis compositivo se superponen a la derecha. (Foto: Parque Arqueológico de Pompeya)
Según la descripción de Vitruvio, la cal debía apagarse con agua antes de mezclarla con puzolana; esta discrepancia entre los registros antiguos y la evidencia arqueológica ha desconcertado a los científicos.
Las obras de Vitruvio se consideran la fuente de información más completa sobre la arquitectura romana y la tecnología del opus caementicium (hormigón romano), pero los especímenes revelan una historia completamente diferente.
Bajo el microscopio, las muestras de mortero en la pared mostraron signos claros de mezcla en caliente, fragmentos de cal agrietados, una capa reactiva rica en calcio que se extendía en partículas de ceniza volcánica y pequeños cristales de calcita y aragonita formados en las cavidades de la piedra pómez.
La espectroscopia Raman confirmó la alteración mineral, mientras que el análisis isotópico reveló procesos de carbonatación que ocurren a lo largo del tiempo.
Aplicaciones del hormigón autoreparador en los tiempos modernos.
Según Masic, los resultados muestran que los romanos preparaban el aglutinante tomando cal viva, moliéndola hasta un tamaño determinado, mezclándola en seco con ceniza volcánica y luego añadiendo agua para crear el agente aglutinante.
Según los investigadores, este conocimiento podría aplicarse a la producción moderna de hormigón, demostrando la sabiduría de nuestros antepasados.
El hormigón moderno es uno de los materiales de construcción más populares del mundo, pero no es muy duradero y se deteriora fácilmente después de sólo unas pocas décadas.
El proceso de fabricación también perjudica el medio ambiente, consume recursos y emite gases de efecto invernadero. Mejorar la durabilidad del hormigón podría contribuir a que sea más sostenible.
"La forma en que se llenan los huecos del material volcánico mediante la recristalización es algo asombroso que queremos replicar. Queremos materiales que puedan autocurarse", compartió Masic.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/khoa-hoc-da-ly-giai-vi-sao-be-tong-la-ma-ben-vung-gan-2000-nam-20251212000408505.htm






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