Las personas con diabetes deben evitar el arroz debido a su alto índice glucémico. El índice glucémico mide la rapidez con la que el almidón de un alimento eleva los niveles de azúcar en sangre, según Eating Well (EE. UU.).
El arroz integral no sólo ayuda a mejorar la digestión sino que también contribuye a un control eficaz del azúcar en sangre.
Los alimentos con un índice glucémico alto, como el arroz blanco, provocan un aumento rápido de los niveles de azúcar en sangre. Esto es especialmente perjudicial para las personas con diabetes, cuyo cuerpo tiene dificultades para regular el azúcar en sangre. En su lugar, las personas con diabetes deberían consumir otros tipos de arroz, como el integral, que tienen un índice glucémico bajo.
Otra razón por la que las personas con diabetes deberían limitar el consumo de arroz blanco es su valor nutricional. Si bien el arroz es un alimento básico en muchos países y aporta una buena fuente de calorías, no es tan rico en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra como el arroz integral.
Esto puede ser particularmente problemático para las personas con diabetes, uno de cuyos efectos es que el sistema inmunológico se ve comprometido y, por lo tanto, requiere más nutrientes para mantener una buena salud.
Controlar el azúcar en la sangre
El arroz blanco también puede contribuir al aumento de peso, lo cual es una preocupación importante para las personas con diabetes. El arroz blanco tiene un alto contenido de almidón, por lo que consumirlo en exceso puede fácilmente provocar aumento de peso. Esto puede empeorar los síntomas de la diabetes y aumentar el riesgo de desarrollar otros problemas de salud.
En lugar de arroz blanco, las personas con diabetes deberían centrarse en alimentos más ricos en nutrientes y de bajo índice glucémico, como cereales integrales, frutas, verduras y proteínas magras.
Los cereales integrales son especialmente beneficiosos para las personas con diabetes. Entre los cereales integrales más comunes se encuentran el arroz integral, el arroz negro, la quinoa y la avena. Todos ellos son alimentos ricos en fibra y minerales que, si se consumen con moderación, ayudan a mejorar la digestión, controlar el peso y el azúcar en sangre, según Eating Well.
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