El historial médico reveló que el niño Q. tuvo fiebre alta continua durante tres días. Al cuarto día, la fiebre remitió, pero el niño vomitó de color marrón, presentó distensión abdominal y desarrolló petequias (pequeñas manchas hemorrágicas) en la piel, por lo que la familia lo llevó al hospital local. Allí, se observó que el niño estaba inquieto, lloraba, tenía la piel moteada y morada, pulso radial débil, extremidades frías y presión arterial descontrolada.
Los resultados de las pruebas mostraron que el niño tenía una concentración sanguínea alta. Se le diagnosticó de inmediato un shock grave por dengue y se le trató según el protocolo. Al observar su sobrepeso y obesidad, así como la dificultad para acceder a líquidos intravenosos, los médicos consultaron y lo trasladaron al Hospital Infantil de la Ciudad.
El 31 de julio, el Dr. Nguyen Minh Tien, especialista del Hospital Infantil de la Ciudad, declaró que, tras recibir tratamiento intensivo, la medicación del niño se cambió a una solución de dextrano de alto peso molecular, ajustada según su peso, para combatir el shock. El estado del niño era muy complejo: presentaba fiebre prolongada, insuficiencia respiratoria, daño hepático, trastornos graves de la coagulación, hemorragia gastrointestinal, hematomas en los lugares de inyección, acidosis metabólica e hipoglucemia.
El médico tuvo que exponer la vena e insertar un pequeño catéter para crear una línea intravenosa para el niño.
El niño recibió un tratamiento intensivo que incluyó presión positiva continua en las vías respiratorias, manejo del shock con soluciones de alto peso molecular y vasopresores, tratamiento de apoyo hepático como corrección de la glucosa en sangre, electrolitos, equilibrio ácido-base, inyección de vitamina K1 y tratamiento de los trastornos de la coagulación con transfusión de plasma fresco congelado, crioprecipitado y plaquetas concentradas.
Después de casi dos semanas de tratamiento, la condición del niño mejoró gradualmente, la fiebre disminuyó, se suspendió el soporte de oxígeno y el niño estaba alimentándose bien.
El Dr. Tien evaluó esto como un caso grave de shock por dengue, complicado por trastornos de la coagulación sanguínea y daño multiorgánico, lo que dificulta que los médicos tomen decisiones de tratamiento apropiadas.
El Dr. Tien advierte que las fuertes lluvias durante esta época favorecen la reproducción del mosquito Aedes aegypti, que propaga el dengue. Por lo tanto, es fundamental eliminar activamente los mosquitos y sus larvas, y dormir bajo mosquiteros para evitar las picaduras. Los padres deben vigilar y detectar los primeros signos de la enfermedad para llevar a sus hijos a un centro médico de inmediato. Si un niño presenta fiebre alta durante más de dos días y presenta alguno de los siguientes síntomas, debe ser llevado al hospital de inmediato: llanto, inquietud, irritabilidad o letargo, dolor abdominal, hemorragia nasal, encías sangrantes o vómitos con sangre, heces negras, manos y pies fríos, quedarse quieto sin jugar, negarse a amamantar o comer...
[anuncio_2]
Enlace de origen






Kommentar (0)