Numerosos estudios exhaustivos demuestran que, después de los 40 años, si no se realiza ejercicio, la masa muscular esquelética disminuye en promedio entre un 5 % y un 10 % por década. Según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido), cuando la masa muscular disminuye, también lo hace el metabolismo basal, lo que provoca que el cuerpo queme menos energía.

Levantar pesas puede ayudar a los hombres de mediana edad a mantener la masa muscular y prevenir la acumulación de grasa abdominal.
ILUSTRACIÓN: IA
Al mismo tiempo, la grasa, especialmente la visceral que rodea el hígado, los intestinos y otros órganos, aumenta rápidamente. Como resultado, aunque el peso no varíe, se produce un cambio sutil en la proporción de músculo y grasa.
Esto se debe a los cambios hormonales durante la mediana edad. En los hombres, la testosterona disminuye entre un 0,8 % y un 1 % anual. En las mujeres, el estrógeno disminuye drásticamente tras la menopausia.
Estas dos hormonas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la masa muscular y la regulación de la distribución de la grasa. Cuando disminuyen la testosterona y el estrógeno, se altera la síntesis de proteínas musculares y aumenta la probabilidad de que la grasa se acumule alrededor del abdomen. En los hombres de mediana edad, en particular, la baja testosterona está estrechamente relacionada con un aumento de la grasa visceral y la resistencia a la insulina.
Además, con la edad, las células musculares se vuelven menos sensibles a la insulina, lo que dificulta que el cuerpo utilice la glucosa como energía de forma eficiente y, por lo tanto, la convierte en grasa. Asimismo, el envejecimiento favorece el desarrollo de células de grasa visceral, lo que genera efectos adversos como la pérdida de masa muscular, el aumento de grasa y el riesgo de trastornos metabólicos.
A diferencia de la grasa subcutánea, la grasa visceral puede secretar citocinas inflamatorias. Por lo tanto, las personas con un alto nivel de grasa visceral tienen un riesgo significativamente mayor de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y demencia, incluso si su índice de masa corporal (IMC) es normal. La grasa visceral aumenta la resistencia a la insulina, afecta la función hepática e incrementa los triglicéridos en sangre.
Además, la reducción de la masa muscular esquelética también disminuye la fuerza, reduce el equilibrio y aumenta el riesgo de caídas, especialmente en mujeres posmenopáusicas.
Además de comer sano, aplica otros métodos para aumentar de peso de forma más eficaz.
Muchas personas de mediana edad han intentado mantener su peso mediante dietas. Sin embargo, la efectividad de este esfuerzo depende de la dieta. Al reducirse la masa muscular, el cuerpo necesita menos calorías para funcionar. Si se continúa comiendo lo mismo, es fácil tener un superávit calórico, y ese exceso de calorías se convertirá en grasa.
Una buena manera de lograrlo es combinar entrenamiento de resistencia, como trotar, andar en bicicleta y caminar, con entrenamiento de fuerza, como levantamiento de pesas, flexiones y sentadillas, además de una dieta saludable. Según Medical News Today, el entrenamiento de fuerza ayuda a mantener e incluso aumentar la masa muscular.
Fuente: https://thanhnien.vn/vi-sao-nguoi-trung-nien-can-canh-giac-voi-tang-can-an-185251111174346201.htm






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