Las verduras de hojas verdes, los tomates, las zanahorias y las naranjas… son alimentos que aportan grandes cantidades de vitaminas y minerales esenciales, ayudando a aumentar la producción de colágeno y rejuvenecer la piel.
| Las zanahorias son ricas en vitamina A, que ayuda a proteger la piel del daño solar. (Fuente: Shutterstock) |
Verduras verdes
El apio, la col rizada, el brócoli… aportan muchas vitaminas como la A, B, C, K… y minerales esenciales como el hierro, el zinc… que ayudan a potenciar la salud de la piel, mejorar el tono de la piel y prevenir los primeros signos del envejecimiento.
Agregar vegetales de hojas verdes a tu dieta ayuda a hidratar y mantener tu piel suave y tersa.
Zanahoria
El alto contenido de vitamina A en las zanahorias ayuda a aumentar la capacidad de la piel para protegerse contra el daño solar, previniendo las arrugas y otros signos del envejecimiento.
Agregar zanahorias a su dieta diaria ayuda a mantener su piel brillante, saludable y joven.
Tomate
Los tomates son ricos en vitaminas, incluida la vitamina A, un ingrediente común en los productos antienvejecimiento que ayuda a estimular la producción de colágeno, manteniendo una piel firme y tersa.
Usar tomates a diario es una forma económica pero efectiva de combatir el envejecimiento de la piel.
Naranja
Las naranjas aportan una gran cantidad de vitamina C y antioxidantes, que ayudan a aumentar la producción de colágeno y a mejorar la elasticidad de la piel. La vitamina C ayuda a reducir los efectos nocivos de los rayos ultravioleta en la piel y previene la degradación del colágeno.
Manteca
Los aguacates son ricos en grasas saludables, vitaminas y minerales beneficiosos para la salud en general. Su alto contenido de vitamina E ayuda a promover la regeneración de nuevas células cutáneas, rejuveneciendo la piel desde dentro.
Además, los aguacates son ricos en biotina, que ayuda a nutrir el cabello y las uñas.
Cojones
Las semillas de calabaza, las semillas de girasol, los anacardos… contienen altos niveles de ácidos grasos omega-3, que ayudan a hidratar, reducir las arrugas y combatir los radicales libres que dañan la piel.
Comer frutos secos con regularidad también ayuda a complementar proteínas de alta calidad, contribuyendo a una piel más firme y tersa.
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