En la concha hay de 5 a 7 espinas rugosas que se extienden como una mano abierta o una estrella. Los caracoles mano se distribuyen uniformemente en la zona costera central; la temporada ideal para capturar este marisco es el verano.


Foto: Ta Tu Vu
Además del característico dulzor de la carne de caracol, los caracoles de mano también son una valiosa fuente de nutrición, con abundantes proteínas, minerales, vitaminas del complejo B, antioxidantes naturales y omega 3. A pesar de su aspecto enorme y su caparazón duro, son muy fáciles de preparar. Tras lavar el caparazón, se remojan con limoncillo y chile durante unos 20 minutos para que suelten las algas, el lodo y la mucosidad característica.
La mejor manera de preparar un delicioso caracol de mano es secarlo al vapor con especias. Una forma más elaborada es romper la parte posterior del caparazón para marinarlo con especias. Aún más sencillo, verter las especias a lo largo de la boca del caracol y luego secarlo al vapor. Lo especial de los caracoles de mano es que al cocinarse, toda la carne se vuelve de color amarillo anaranjado y sale por la boca. Las especias para marinar este tipo de caracol son jengibre, pimienta y ajo, y se puede añadir una cucharada de salsa de ostras, remover bien y marinar la boca del caracol.
Quizás el sabor graso y masticable, y el aroma característico del mar en cada trozo de caracol, atraigan la atención de muchos. En particular, si el caracol de mano se asa a la parrilla, sin marinar, después de cocinarlo, simplemente se extrae la carne caliente y firme y se sumerge en sal agridulce de chile. El intenso sabor característico del mar y el sabor masticable y dulce de la carne de caracol fascinarán aún más a quien lo disfrute.
Por lo tanto, no es exagerado decir que los caracoles son un regalo del mar.
Fuente: https://thanhnien.vn/huong-vi-que-huong-oc-ban-tay-185251128190628412.htm










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