Una investigación realizada por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Commonwealth de Virginia (EE.UU.) descubrió que no comer carne durante las comidas reduce significativamente los niveles nocivos de amoníaco en el organismo de personas con enfermedades hepáticas graves, como la cirrosis. El amoníaco dañará el hígado si éste se debilita y ya no puede metabolizarlo, según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido).
El vegetarianismo ayuda a controlar el peso, reducir el colesterol en sangre, mejorar la digestión y muchos otros beneficios.
El estudio se realizó con 30 adultos con cirrosis. Los científicos los dividieron en tres grupos de 10 personas cada uno. El primer grupo comió hamburguesas, el segundo, hamburguesas vegetarianas, y el último, sándwiches de carne vegetariana.
El equipo descubrió que los niveles de amoníaco en el organismo de quienes comían hamburguesas eran más altos que en los otros dos grupos vegetarianos. Por lo tanto, los investigadores creen que las comidas vegetarianas ocasionales, incluso una sola, pueden beneficiar la salud de las personas con enfermedad hepática.
“Es interesante que pequeños cambios en la dieta, como evitar la carne ocasionalmente, también puedan reducir los niveles nocivos de amoníaco en pacientes con cirrosis”, afirmó el Dr. Jasmohan Bajaj, uno de los autores del estudio. Su equipo planea realizar más estudios para determinar si una dieta vegetariana ofrece otros beneficios para la salud hepática, además de reducir el amoníaco.
La cirrosis es una de las enfermedades hepáticas crónicas más comunes. Se trata de una afección en la que el tejido hepático se daña y cicatriza, reduciendo gradualmente la función hepática. Cuando el hígado ya no puede metabolizar el amoníaco, este se acumula en la sangre y causa daños.
El amoníaco es un desecho de las bacterias intestinales al digerir las proteínas. Normalmente, el amoníaco se convierte en urea. Esta es filtrada por los riñones y excretada en la orina. Si este proceso falla, la cantidad de amoníaco en la sangre aumenta y puede afectar al cerebro. El resultado es una encefalopatía hepática, con síntomas como disminución de la concentración y la memoria, inquietud, irritabilidad, letargo, sueño excesivo y otros, según Medical News Today .
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Fuente: https://thanhnien.vn/loi-ich-khong-ngo-cua-an-chay-den-gan-185240520002059043.htm
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